El nacimiento de un rey

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El nacimiento de un rey

Fernando II de Aragón vino al mundo en Sos el 10 de marzo del año 1452

Sos del Rey Católico.

Sos del Rey Católico. / EL PERIÓDICO

Sergio Martínez Gil

Sergio Martínez Gil

Se cumplen 572 años del nacimiento de uno de los soberanos más importantes de la historia del reino de Aragón, de la Corona aragonesa, de Castilla y también de la Europa de su tiempo. Y es que así lo reconoció el mismo Nicolás Maquiavelo en su famosa obra El príncipe, en la que establece cuáles debían ser las virtudes que debía tener todo buen gobernante, siendo el monarca aragonés el gran ejemplo de su tiempo, en ese momento de transición entre lo que había sido la Europa medieval hacia lo que llamamos Edad Moderna.

El primer título real que ostentó fue el de rey de Sicilia, otorgado por su padre Juan II el Grande en el año 1468 tras haber acordado el matrimonio de su hijo y heredero con Isabel de Castilla. De esa manera, se le daba al príncipe aragonés un mayor estatus antes del casamiento. Posteriormente se convirtió en el año 1474 en rey de Castilla. En un primer momento lo haría como rey consorte, un papel que nunca admitió, consiguiendo llegar a un acuerdo con Isabel gracias a la Concordia de Segovia que otorgó a Fernando los mismos poderes que a ella en el reino castellano. Fue ya en 1479, a la muerte de su padre, cuando asumió también el gobierno de los Estados que conformaban la Corona de Aragón, y con todo ese poder proyectó junto a Isabel I todo el poderío de unos reinos y una dinastía en alza en Europa. Fueron ellos, de hecho, los responsables de forjar el nuevo orden europeo que nacería a inicios del siglo XVI forjando aquella Monarquía Hispánica, el primer imperio mundial de la Edad Moderna, y que conseguiría el estatus de primera potencia europea hasta mediados del siglo siguiente.

Sin embargo, en el día del nacimiento de Fernando todo aquello quedaba todavía muy lejos en una Europa aún muy diferente, aunque ya en vías de transformación. La cristiandad estaba viviendo con consternación, aunque sin mover apenas un dedo, la que iba a ser al año siguiente la conquista de la gran ciudad de Constantinopla (actual Estambul), por parte de los turcos otomanos. Otro imperio en alza que venía desde el Oriente Mediterráneo que ya dominaba buena parte de Anatolia, así como de los Balcanes, y que era ya vista como una gran amenaza para la cristiandad.

Palacio de los Sada, lugar de nacimiento de Fernando el Católico.

Palacio de los Sada, lugar de nacimiento de Fernando el Católico. / EL PERIÓDICO

Pero en la península Ibérica también estaban ocurriendo muchas cosas. Existían luchas de poder en el interior de Castilla que minaban la posición de la monarquía frente a una poderosa nobleza, a la par que todavía seguía existiendo la presencia islámica con el emirato nazarí de Granada. Mientras tanto, la Corona de Aragón estaba más mirando al Mediterráneo con su rey, Alfonso V, desde hacía muchos años viviendo en Nápoles y sin intención de volver. Mientras tanto, su hermano y heredero, el infante Juan, se había convertido en rey de Navarra al casarse con la reina titular doña Blanca. Ambos tuvieron un hijo, Carlos, príncipe de Viana. Sin embargo, había quedado acordado que si Blanca fallecía antes, en ese momento sería Carlos quien la sucedería al trono. Sin embargo, su padre Juan II no estaba precisamente dispuesto a dejar el trono navarro, de modo que pronto empezó una situación de tensión que fue en aumento mientras la nobleza se posicionaba de un lado y de otro creando dos bandos enfrentados.

Mientras tanto, Juan II volvió a casarse, en esta ocasión con la castellana Juana Enríquez, hija del almirante de Castilla. Fruto de ese matrimonio Juana quedó embarazada justo en el momento en el que se respiraba ambiente de guerra civil en Navarra. Por ello, a principios del mes de marzo del año 1452, y huyendo de la posibilidad de dar a luz en plena guerra, Juana marchó con su séquito apenas unos días antes. Así fue como cruzó la frontera con el reino de Aragón, del cual su marido Juan II era heredero al trono, llegando a la localidad de Sos, uno de los bastiones defensivos del reino aragonés en ese lado de la frontera. La reina fue alojada en el palacio de los Sada, donde poco tiempo después acabó dando a luz al infante Fernando, quien años más tarde se convertiría tras la muerte de su hermanastro Carlos de Viana en el nuevo heredero de la Corona de Aragón. Hoy en día siguen quedando testigos mudos de su nacimiento, como la Puerta de la Reina por donde se cuenta que Juana Enríquez entró en Sos viniendo de tierras navarras, el mismo palacio de los Sada, o incluso la coletilla que forma parte de su topónimo desde 1925 indicando que allí nació uno de los monarcas más importantes de la historia aragonesa: Fernando II el Católico.

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