¿Quién fue Carlos II, el Hechizado?
Carlos II de España, “el Hechizado” (1661-1700), fue el último rey representante de la dinastía de los Habsburgo que pudo ostentar el título máximo de la monarquía española. Sus taras físicas e intelectuales, producto de la política endogámica de su familia, son el ejemplo más claro de la decadencia de la Casa de Austria en España.
El apodo de “el hechizado” surgió precisamente por sus problemas de salud, los cuales despertaron las sospechas de que el gobernante era víctima de algún maleficio. El origen de la dinastía Habsburgo se remonta a la región de Argovia, actual Suiza, en el siglo XI d.C.
A consecuencia de una exitosa política de alianzas matrimoniales, los Habsburgo obtuvieron una posición geográfica muy privilegiada. Gracias a esta situación aventajada, esta familia gobernó los territorios del Imperio romano y también los del Imperio español.
Los Austrias
En España, la dinastía de los Habsburgo se conoció como Casa de Austria. Tomaron el poder de este Imperio cuando los reyes católicos de la dinastía Trastámara casaron a sus hijos con los del archiduque Maximiliano I de Habsburgo.
Esta alianza tenía el objetivo de frustrar el acecho efectuado por la Corona francesa a los territorios itálicos que estaban dominados por España.
Debido a la muerte prematura de Juan de Trastámara, hijo de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, el hijo de Maximiliano (Felipe II) tomó el poder como consorte de la heredera de los reinos de España, Juana “la Loca”.
El matrimonio de Felipe “el Hermoso” con Juana de Castilla significó el cruce de dos linajes que practicaban la endogamia.
Esto se explica porque, así como Juana era hija de Isabel y Fernando —quienes eran primos—, la madre de Felipe era María de Borgoña, quien solo tenía seis bisabuelos.
Taras genéticas
Los Austrias españoles heredaron las taras genéticas de los Trastámara y los borgoñeses, así como sus territorios. Vale la pena destacar que la práctica endogámica siguió realizándose por varias generaciones, pasando por Carlos I, Felipe II, III y IV, hasta llegar a Carlos II (también hay que destacar que la práctica endogámica se hizo en todas las grandes familias de la aristocracia europea).
Ya con Felipe IV, la continuidad del clan se vio amenazada por el problema de la infertilidad. Su primera esposa, Isabel de Borbón, tuvo diez intentos de gestación. De estos, solo dos hijos superaron la infancia. Baltasar, único hijo varón de este matrimonio, murió de viruela a los diecisiete años, antes de poder heredar el trono.
Al morir Isabel, Felipe IV contrajo nupcias con su sobrina, Mariana de Austria, para mantener unidas la rama ibérica y la centro-europea de los Habsburgo.
Mariana tuvo cinco hijos y tres de ellos murieron siendo bebés. A los cinco días de la muerte del primer varón, Felipe Próspero, nació por fin quien sería el último heredero de la Casa Austria.
Biografía de Carlos II
Carlos II nació el 6 de noviembre de 1661. Tener un 0,254 de coeficiente de consanguinidad genética hizo que su salud siempre fuese precaria.
Tenía el síndrome de Klinefelter, además, era de constitución frágil y no caminó hasta los seis años. También sufría una aparente poca capacidad mental, y aprendió tardíamente a hablar, leer y escribir.
Heredó el trono de España con apenas cuatro años, ya que Felipe IV murió en 1665. Durante su infancia, su madre fue la regente de los territorios de la Casa Austria, confiando las decisiones administrativas a validos de su confianza.
Nupcias varias
En 1679, al cumplir los 18 años, Carlos II contrajo nupcias con María Luisa de Orleans, hija del duque Felipe de Orleans y sobrina del rey Luis XIV.
Diez años después, y sin haber dado luz a un sucesor, María Luisa murió. Vale acotar que la consorte era sospechosa de conspirar contra los Austrias en favor de la Corona francesa.
Prontamente y a pesar del luto, se le buscó al rey una nueva esposa, esperando que esta le diera un hijo que prolongara la dinastía. La elegida fue su prima alemana Mariana de Neoburgo, hija del duque Felipe Guillermo, elector del Palatinado.
Mariana fue seleccionada porque su linaje daba garantía de fertilidad: su madre había parido veintitrés hijos. En 1690 se casaron y la llegada de esta reina creó nuevas tensiones en la corte de los Austrias.
La esposa inmediatamente comenzó a rivalizar con la madre del rey por el control de sus poderes. La heredera de Neoburgo tuvo que fingir doce embarazos para mantener su influencia como cónyuge.
Tras la muerte de Mariana de Austria, la nueva reina realizó varias maniobras para favorecer la rama alemana de los Habsburgo.
El robo de capital español, la manipulación del conflicto en cuanto a sucesiones y confabulaciones relacionadas con los tribunales de la Inquisición, fueron acciones que mancharon la reputación de la segunda esposa.
Problemas de gobierno
Durante el gobierno del rey Carlos II la crisis política y económica que arrastraba España desde Felipe IV confluyó con las disputas de corte para ejercer el poder de facto ante la incapacidad del heredero.
La madre del rey, regente encargada, confió primeramente en las habilidades de su confesor, el jesuita austriaco Juan Everardo Nithard, quien fue nombrado consejero de Estado e inquisidor general en 1666.
Advocarse por un clérigo extranjero fue una decisión que disgustó a un sector importante de la corte y también a la mayoría de la población.
Participación de Juan José de Austria
El principal adversario del gobierno conjunto de Mariana de Austria y el padre Nithard fue el hijo bastardo de Felipe IV, Juan José de Austria, quien pretendía obtener el poder que, por consanguinidad y afinidad con su padre, él creía merecer.
Por el asedio al territorio de los Países Bajos que Luis XIV había comenzado en 1667 con la Guerra de Devolución, Mariana de Austria encomendó al bastardo de su esposo la protección de Flandes.
Si bien era una estrategia para alejar a Juan de Madrid, este aprovechó el nombramiento como gobernador general de los Países Bajos para posicionarse jerárquicamente en la monarquía hispánica y desprestigiar a Nithard, alegando que este no le otorgaba los recursos necesarios para la empresa que se le había encomendado.
Después de tener que capitular con Francia para entregar varios territorios de los Países Bajos, Juan José de Austria decidió emprender una campaña militar desde Barcelona hasta Madrid para exigir la destitución del inquisidor general. Su empresa tuvo una aceptación popular tan grande que la reina Mariana debió ceder ante sus exigencias.
El siguiente valido de Mariana de Austria y del rey Carlos II (quien ya tenía la mayoría de edad) fue Fernando de Valenzuela, destituido en 1776 por una conspiración de Juan José de Austria.
Desde entonces, el hermanastro del rey obtuvo el poder que tanto deseaba, convirtiéndose en el nuevo valido de Carlos, función que desempeñó hasta 1779, cuando murió en circunstancias extrañas.
El mandato de Juan José fue una decepción para quienes habían depositado en él sus esperanzas. Una de las razones fue que el bastardo tuvo que ceder nuevamente ante la presión francesa, perdiendo los territorios del franco-condado en la guerra de Holanda (1672-1678).
Siguientes encargados
El siguiente encargado fue Juan Francisco de la Cerda, duque de Medinaceli. Este debió afrontar una de las mayores crisis económicas de la historia de España, producto de los continuos fracasos bélicos, de la aparición de una epidemia de peste, del decaimiento de las cosechas y el consiguiente aumento de los precios.
La medida principal del duque fue devaluar la moneda, lo que ocasionó una deflación que dejó en bancarrota a importantes comerciantes y a poblados enteros. Esta medida le costó el destierro.
Su reemplazo fue Manuel Joaquín Álvarez de Toledo, el conde de Oropesa. Para contener la caída estrepitosa de las arcas del reino, el conde reguló el gasto público, redujo los impuestos y saldó las deudas de los municipios.
Sin embargo, debido a que sus medidas afectaron los beneficios de la nobleza, se ganó muchas antipatías en la corte. Su principal adversaria fue Mariana de Neoburgo.
Lo que sentenció el final del período del conde de Oropesa como presidente del Consejo de Castilla fue lo que se conoce popularmente como “El motín de los gatos” (1699), una sublevación del pueblo madrileño como protesta contra la falta de pan. Ante este evento, el rey Carlos II se vio obligado a destituirlo.
El supuesto maleficio
En 1696 la salud del monarca empeoró gravemente. Ante la ineficacia de la ayuda médica y la abundancia de intrigas de corte relacionadas con el asunto de la incierta sucesión, comenzó a correr el rumor de que el rey era víctima de un hechizo que lo había enfermado y vuelto estéril.
El asunto fue tratado en el Consejo de la Inquisición, pero el caso fue desacreditado por una evidente falta de pruebas.
Sin embargo, el propio Carlos II estaba absolutamente convencido de que había sido hechizado, razón por la cual citó extraoficialmente a Juan Tomás de Rocabertí, el inquisidor general, y le pidió que no descansara hasta descubrir quién había sido el culpable de todos sus males.
Rocabertí sabía de un caso de exorcismo que fue llevado por fray Antonio Álvarez de Argüelles en un convento de Cangas de Tineo, y se alió con el confesor del rey, Froilán Díaz, para crear la fachada de un interrogatorio a los demonios que habían poseído a las monjas.
El exorcismo —ordenado por Rocabertí y Díaz, y ejecutado por Argüelles— se realizó a espaldas de la autoridad del obispo de Oviedo y del Consejo de la Inquisición. En medio de estas irregularidades, Argüelles reportó que las monjas posesas efectivamente habían confirmado la teoría del encantamiento.
Acusados
Los acusados fueron la madre, Mariana de Austria, y su valido Fernando de Valenzuela, quienes supuestamente lo habían hechizado durante su adolescencia. Con la confirmación de esta teoría se procedió a someter al ya debilitado rey a una serie de exorcismos y tratamientos que solo lograron desmejorar más su salud.
La intriga del maleficio se oscureció aún más con la muerte de Rocabertí en 1699. El rey designó como nuevo inquisidor al cardenal Alonso de Aguilar, encargándole como principal tarea completar la tarea de Rocabertí. Este se apoyó en un nuevo exorcista llamado Mauro Tenda.
La investigación, en ese momento a cargo de Froilán Díaz, Alonso de Aguilar y Mauro Tenda, apuntaba a que los culpables estaban relacionados con Mariana de Neoburgo. Sin embargo, los procedimientos correspondientes fueron interrumpidos por la repentina muerte de Alonso de Aguilar.
Por la injerencia de la esposa del rey, se proclamó a Baltasar de Mendoza —quien tenía afinidades por el partido proalemán— como nuevo inquisidor general. Este procedió a enjuiciar a Froilán Díaz y a fray Tenda por la irregularidad de sus procedimientos.
Fallecimiento
A pesar de los exorcismos y las curas recomendadas por los clérigos, la muerte de Carlos II llegó en 1700. Los estudios posteriores revelaron que la esterilidad se debía al síndrome de Klinefelter y que una infección urinaria combinada con su insuficiencia renal crónica derivó en una ascistis con insuficiencia cardiaca progresiva.
El conflicto de sucesión
Después de que el rey muriera sin haber tenido un heredero, no se hizo esperar la lucha por el poder, habitual en este tipo de situaciones.
Las facciones enfrentadas en el conflicto de sucesión se formaron en torno a dos candidatos. Uno representaba a la Casa de los Habsburgo, se trataba del hijo del emperador Leopoldo I, Carlos, archiduque de Austria.
El otro candidato favorecía a la dinastía de los borbones: fue el príncipe Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV y de María Teresa de Austria, hermana de Felipe IV.
Carlos II favoreció en su testamento al príncipe francés para resguardar la integridad del reino, evitando los ataques de Luis XIV. Esto terminó de sellar el cambio en la balanza de la geopolítica en Europa.
La aristocracia de Francia consolidó de esta forma su hegemonía, acaparando el control de los dos imperios más poderosos de todo el continente.
Referencias
- Carlos II: el monarca hechizado. Recuperado de nationalgeographic.com.es.
- War of the Spanish Succession. Recuperado de britannica.com.
- Carmona Sánchez, J.I. La España Mágica. Madrid: Nowtilus.
- Juan José de Austria, el bastardo que quiso reinar en la España de «El Hechizado». Recuperado de abc.es.
- La tragedia de los Austrias españoles: la dinastía que fue destruida por la endogamia. Recuperado de abc.es.