Una fría mañana de enero de 1649 el pueblo de Londres se arremolinaba expectante para ver como su rey, el primero de los Carlos, perdía la cabeza. A los 25 años de edad, Carlos I se convirtió por "derecho divino" e incuestionable, al menos así lo creía él, en rey de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda. La pugna sobre los poderes monárquicos, las finanzas, las prácticas religiosas y los conflictos de ideas desembocó en las tres Guerras civiles inglesas, un período de tiempo que se prolongó durante nueve años (1642-1651). En estas guerras se enfrentaron dos bandos, las fuerzas realistas llamadas cavaliers comandados por Carlos I, y los parlamentarios o roundheads (cabezas redondas), dirigidos por Oliver Cromwell. En la batalla de Naseby (1645) los monárquicos fueron derrotados. Carlos I se refugió en Escocia antes de ser apresado y ajusticiado.
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