El castillo de Kronberg revive los fantasmas de la familia real británica: Diana y el pasado nazi de los Mountbatten

Protagonizada por Kristen Stewart en el papel de Lady Di, la película 'Spencer' ha comenzado a rodarse en el castillo de Kronberg, escenario de la boda que emparentó al duque de Edimburgo con la cúspide del nazismo.

El castillo de Kronberg (originariamente llamado Schloss Friedrichshof) en 1900

Getty

Diana de Gales no es el único fantasma familiar de los Windsor que ha invocado el rodaje de Spencer. Dirigida por Pablo Larraín y protagonizada por Kristen Stewart, la nueva película sobre la trágica princesa estará ambientada en Sandringham House, escenario de la últimas y complicadas vacaciones de Navidad que Diana pasó junto a su familia política antes de divorciarse. Sin embargo, Spencer ha comenzado a rodarse en el Schloss Kronberg, un castillo alemán, pero construido en la misma época que Sandringham por una tía bisabuela de Isabel II (la reina Victoria de Prusia), en el que tuvo lugar otro episodio del que la familia real británica prefiere no acordarse.

El 15 de diciembre de 1930, los mismos muebles y paredes entre los que ahora pasea Kristen Stewart caracterizada de Lady Di arroparon a la princesa Sofía de Grecia, hermana de Felipe de Edimburgo y tía del príncipe Carlos, el día de su boda con Cristóbal de Hesse-Kassel, un príncipe alemán que moriría luchando por el nazismo. Hijo del landgrave de Hesse-Kassel y nieto del káiser Federico III, el príncipe Cristóbal se afilió al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) al año siguiente de su boda y, tras la llegada de Hitler al poder en 1933, empezó a ascender en el escalafón nazi. En 1935, fue nombrado jefe del servicio de inteligencia de Herman Göring, mientras que cuatro años más tarde el cuñado del duque de Edimburgo alcanzó el rango de Oberführer en las temibles SS.

No fue el primer miembro de la histórica casa de Hesse que se unió a los nazis. El príncipe Felipe de Hesse-Kassel, hermano mayor de Cristóbal y heredero de la casa, se había afiliado al Partido Nazi en octubre de 1930 y era amigo personal del propio Hitler, a quien, según recoge el historiador Jonathan Petropoulos en el libro Royals and the Reich, la familia Hesse-Kassel invitó a tomar el té en el castillo de Kronberg. El matrimonio del príncipe Felipe con Mafalda de Saboya, una de las hijas del rey Victor Manuel III de Italia, le había convertido en un útil intermediario entre Mussolini y Hitler. Nombrado gobernador de la provincia de Hesse-Nassau en 1933, el príncipe también jugó un papel importante ganando adeptos para el Partido Nazi entre la aristocracia alemana e incluso actuó como marchante de arte de Hitler en Italia. Sin embargo, cuando en 1943 el rey Victor Manuel III declaró el armisticio de su país con los Aliados, su suerte cambió. Sintiéndose traicionado por los Saboya, Hitler mandó capturarlos. El príncipe Felipe de Hesse-Kassel fue enviado al campo de concentración de Flossenbürg y la princesa Mafalda murió en el de Buchenwald. Pero esa es otra historia.

La princesa Sofía, hermana de Felipe de Edimburgo, el día de su boda con Cristóbal de Hesse-Kassel. 15 de diciembre de 1930

Getty

El duque de Edimburgo tenía nueve años cuando asistió a la boda de su hermana, a quien ayudó llevando la cola de su vestido de novia, y posó sentado a los pies de Cristóbal de Hesse-Kassel en el retrato familiar que se tomó en el castillo de Kronberg tras la ceremonia. No es la única imagen en la que puede verse al marido de Isabel II rodeado de nazis. Otra de sus hermanas, la princesa Cecilia de Grecia, se casó un año más tarde con Jorge Donato de Hesse-Darmstadt, miembro al igual que el príncipe Cristóbal de una de las ramas de la Casa de Hess y del NSDAP. Su trágico final aparece en uno de los capítulos de The Crown.

En 1937, tanto Cecilia de Grecia como su marido y dos de sus hijos murieron en un accidente aéreo en Bélgica. El duque de Edimburgo vivía por aquel entonces en Escocia como interno del colegio Gordonstoun, pero viajó a Alemania para asistir al funeral. En las fotografías de aquel día, aparece caminando por las calles de Darmstadt tras los féretros de sus familiares, una escena que recuerda a la que protagonizaron sus nietos, los príncipes Guillermo y Harry, en el funeral de la princesa Diana, solo que la muchedumbre que flanquea la procesión fúnebre recibe a los muertos con el saludo fascista en vez de ramos de flores.

En octubre de 1943, un segundo accidente aéreo acabó con el otro cuñado nazi del duque de Edimburgo. El príncipe Cristóbal de Hesse-Kassel regresaba a Alemania desde Italia cuando su avioneta se estrelló contra los Apeninos, no muy lejos del lugar en el que en esa misma época Felipe de Edimburgo se encontraba combatiendo a los nazis como teniente de la marina real británica. Recuperado un par de días después, su cuerpo fue repatriado a Kronberg para ser enterrado en la cripta familiar del castillo.

Felipe de Hesse-Kassel y Mafalda de Saboya en un acto del Partido Nazi en la provincia de Hesse-Nassau. 1933

Getty

La hermana del duque de Edimburgo, por su parte, rehizo su vida y, en 1946, volvió a casarse con Jorge Guillermo de Hannover, tío materno de doña Sofía y director del internado alemán en el que estudió de niña la reina de España. Sin embargo, cuando un año después el duque de Edimburgo e Isabel II se prometieron, su hermana no fue invitada a la boda, celebrada en la abadía de Westminster en 1947. El final de la Segunda Guerra Mundial aún era reciente y la familia real británica quiso evitar el vínculo con los nazis que representaba la cuñada de la futura reina de Inglaterrra.

Algo parecido había ocurrido durante la Primera Guerra Mundial, cuando para librarse de la germanofobia el rey Jorge V renunció a los títulos alemanes de la familia real británica y cambió el apellido “Sajonia-Coburgo-Gotha” por el de “Windsor”. Los parientes británicos del duque de Edimburgo, por su parte, tradujeron el suyo al inglés: de Battenberg (“montaña de Batten” en alemán) pasaron a llamarse Mountbatten.

Este es el apellido que el marido de la reina Isabel II ha trasmitido a sus descendientes, aunque sus enemigos no olvidan su linaje alemán. Es lo que ocurrió en 2008 durante la investigación judicial de la muerte de Diana. Mohamed Al Fayed, padre de la última pareja de la princesa y por entonces dueño de los famosos almacenes Harrods, acusó al duque de Edimburgo de haber planeado el asesinato de su exnuera y le llamó “nazi” y “racista” durante una de las sesiones. “Ya es hora de devolverle a Alemania, que es de donde procede”, dijo Al Fayed en otro momento del juicio. “¿Queréis saber su nombre original? Acaba en Frankenstein”.

La reina Isabel II con su cuñada, la princesa Sofía, en Windsor. 1989

Getty

La reina Isabel II y Felipe de Edimburgo no visitaron de manera oficial Alemania hasta 1965, más de diez años después de la subida al trono de la monarca. Para entonces, sin embargo, Sofía de Grecia y Dinamarca, ahora princesa de Hannover, ya era recibida abiertamente en la familia real británica. La cuñada de la reina Isabel II pasó con los Windsor la Navidad de 1963 en Sandringham House, mientras que un año después tanto el duque de Edimburgo como el príncipe Carlos y la princesa Ana visitaron con ella el Partenón en Atenas.

En 2015, la reina y el duque de Edimburgo regresaron a Alemania en una nueva visita oficial. Esta vez, el matrimonio incluyó en su agenda un almuerzo con parientes como el príncipe Donato de Hesse. Nieto de Felipe de Hesse-Kassel y Mafalda de Saboya, este aristócrata alemán es quien actualmente ostenta el título de landgrave de Hasse y preside la fundación que gestiona el castillo de Kronberg, reconvertido hoy en un coqueto hotel de cinco estrellas que ha encontrado en los rodajes cinematográficos una manera de sobrevivir a la falta de turistas provocada por la pandemia. Quién iba a decirle a Felipe de Edimburgo que el viejo castillo de su cuñado se libraría del fantasma del nazismo para acabar poseído por el mito de su exnuera.

Los secretos y maravillas del castillo de Windsor, el refugio de la reina Isabel II