Biografia de Cardenal Richelieu

Cardenal Richelieu

(Armand Jean du Plessis, cardenal y duque de Richelieu; París, 1568 - 1642) Prelado franc�s que ejerci� el poder como ministro de Luis XIII de Francia. Procedente de la nobleza de Poitou, entr� en la carrera eclesi�stica para evitar que su familia perdiera las rentas del Obispado de Lu�on (1606). Particip� en los Estados Generales de 1614, momento en que la reina regente Mar�a de M�dicis repar� en su talento y le reclut� para el servicio de la Monarqu�a. Fue secretario de Estado (ministro) de Interior y de Guerra en 1616. Pero tuvo que dejar el cargo cuando el joven rey Luis XIII quiso tomar en su propia mano los asuntos de gobierno, desterrando a la reina madre a Blois (1617).


El cardenal Richelieu

Richelieu sigui� a Mar�a de M�dicis y actu� como intermediario para reconciliarla con su hijo. Fue as� como se gan� la confianza de Luis XIII de Francia, que le hizo nombrar cardenal en 1622 y le tom� a su servicio como ministro principal (presidente del Consejo Real) en 1624. Durante los 18 a�os que transcurrieron hasta su muerte ejerci� un poder omn�modo, en estrecha colaboraci�n con el rey (circunstancia que, como era costumbre en la �poca, sirvi� para enriquecer y enaltecer a la familia Du Plessis, introduciendo adem�s en la corte y en la administraci�n de la Monarqu�a a toda una red de clientes y amigos). En 1631 fue nombrado duque de Richelieu, dominio se�orial que hab�a adquirido diez a�os antes.

La pol�tica interior de Richelieu consisti� en reforzar el poder de la Corona, sometiendo tanto a los protestantes franceses (hugonotes) como a los nobles. Acab� con las garant�as pol�ticas que Enrique IV de Francia hab�a concedido a los protestantes por el Edicto de Nantes (1598) para poner fin a las guerras de religi�n; y, tras tomar a los protestantes la fortaleza de La Rochela (1628), les impuso la Paz de Alais (1629), por la que perd�an las plazas fuertes que garantizaban su autonom�a pol�tica, aunque conservando la libertad de culto y la igualdad de derechos con los cat�licos. A los nobles tard� m�s en someterlos, desbaratando sucesivas conspiraciones, ejecutando a algunos de sus promotores y encarcelando a otros (como los partidarios del hermano del rey, Gast�n de Orl�ans).

La obra de Richelieu como protector de las artes y las letras tiene que ver tambi�n con el control del poder simb�lico, poniendo la creaci�n cultural al servicio de la propaganda del poder absoluto de la Monarqu�a: fund� la Academia Francesa (1635), someti� a su control la Universidad de Par�s y edific� la Sorbona y el Palacio Real de Par�s, adem�s de interesarse por la pintura y el teatro. Foment� la econom�a, entendida como fundamento del poder�o de la Monarqu�a, a la manera de los mercantilistas; para ello fund� varias compa��as de comercio y puso las bases del imperio colonial franc�s con asentamientos en Canad�, Guayana, Martinica, Senegal, Madagascar y la Reuni�n.

La fuerza lograda por la Monarqu�a en el interior la puso al servicio de la afirmaci�n del poder de esa misma Monarqu�a en el exterior, fundamentalmente contra los Habsburgo. Actu� como un pol�tico realista, movido por una raz�n de Estado desprovista de consideraciones ideol�gicas o espirituales. As�, hizo caso omiso de la pol�tica de alineamiento con las potencias cat�licas que recomendaba el partido devoto reunido en torno a la reina madre. Por el contrario, intervino en la Guerra de los Treinta A�os (1618-48) apoyando a cualquiera que se opusiera a los Habsburgo, aunque esa pol�tica le obligara a aliarse sistem�ticamente con los pr�ncipes protestantes alemanes y n�rdicos (los reyes Cristian IV de Dinamarca y Gustavo II Adolfo de Suecia), todos los cuales recibieron subsidios de Francia para financiar su lucha contra el Imperio.

Pero, cuando �stos fueron derrotados, Francia tuvo que intervenir directamente en la guerra (1635). Dirigi� sus fuerzas a asegurar el libre paso por las fronteras del reino, lo que significaba -al mismo tiempo- cortar las comunicaciones entre los territorios de los Habsburgo, que rodeaban a Francia; fue as� como anexion� Lorena a Francia. Pero la lucha contra los espa�oles fue muy dura, y s�lo se inclin� del lado franc�s despu�s de que Richelieu debilitara a Felipe IV apoyando las rebeliones de Catalu�a y Portugal (1640).

Al morir, dejaba a Francia en una posici�n favorable en Europa, que culminar�a en la batalla de Rocroi (1643). Su sucesor, el tambi�n cardenal Julio Mazarino (que era hechura y protegido de Richelieu) recoger�a esa herencia, pero tambi�n la dif�cil situaci�n de la Hacienda Real por los costes de la guerra y el descontento patente en las provincias por las cargas fiscales impuestas.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].