Camilla impacta de azul como sustituta de Isabel II en la misa de Jueves Santo

El príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles han presidido por primera vez en el castillo de Windsor la tradicional ceremonia del Maundy Thursday o Jueves Santo.

La reina Isabel II ha vuelto a delegar en el príncipe Carlos uno de los actos más destacados de su agenda como monarca. Por primera vez en sus setenta años de reinado, ha sido el heredero del trono británico quien ha presidido la tradicional misa de Jueves Santo, celebrada al igual que de costumbre en la capilla del castillo de Windsor. 

Carlos y Camilla a su llegada al castillo de Windsor

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La monarca reside actualmente en sus aposentos de Windsor, pero aún se encuentra reponiendo fuerzas tras sus recientes achaques de salud y no ha creído conveniente presentarse en la ceremonia. El príncipe de Gales ha sido el elegido para sustituirla y encargarse del tradicional reparto del “dinero del Jueves Santo”, una limosna simbólica en forma de 96 peniques (uno por cada año de edad la reina Isabel II) que se entrega al mismo número de ciudadanos británicos de edad avanzada. 

Acompañaba en la capilla de San Jorge al príncipe Carlos su esposa, la duquesa de Cornualles. Camilla se ha presentado en la misa con un elegante abrigo con solapas en azul y blanco, una imponente pamela y un bolso de Chanel a juego, y uno de sus inconfundibles collares choker de perlas. 

La duquesa de CornuallesGETTY

Hasta este año, la reina Isabel II solo había faltado a la misa de Jueves Santo en cuatro ocasiones. En 1954, no pudo asistir por encontrarse realizando una gira por los países de la Commonwealth, mientras que seis años más tarde acababa de dar a luz a su hijo Andrés y tuvo que ser la reina madre quien presidiera el acto. En 1964, en nacimiento de su cuarto hijo le impidió asistir también a la misa. La monarca volvió a faltar a la del Jueves Santo de 1970, teniendo que ser de nuevo la reina madre quien la sustituyera por encontrarse de viaje en Nueva Zelanda. 

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Tal y como reconoció hace unos días, la reina Isabel II quedó “exhausta” después de contagiarse de coronavirus en febrero. La enfermedad y el cansancio físico han provocado que la monarca lleve a cabo la mayoría de sus actos por videoconferencia, aunque hace unas semanas reunió la energía suficiente para viajar a Londres y asistir a la misa en recuerdo de su difunto marido, el príncipe Felipe de Edimburgo. 

En junio se espera que regresa a la capital británica para participe en los festejos de su Jubileo de Platino.