Brandon Lee no renunciaba a heredar el grandioso legado de su padre, el rey del cine de barrio del kung-fu, pero quería que su nombre tuviera un significado propio sin necesitar la acotación “el hijo de Bruce Lee”. Lo consiguió con ‘El cuervo’ (1994). Después de vagar por un sinfín de producciones de acción donde su linaje era el principal reclamo y haberse formado en las artes marciales para honrar la leyenda que él continuaba, la fantasía neogótica dirigida por Alex Proyas era notablemente distinta a todo lo que había hecho antes. En ella encontró el margen para lucirse como su carismático y oscuro antihéroe, un roquero llamado Eric Draven que vuelve de la tumba en busca de venganza, un año después de que una pandilla les matase a él y a su novia cuando estaban a punto de casarse.

“No sé si estaba destinado a este papel, pero me siento muy afortunado por hacerlo”, contó en su última entrevista. Era la película que le iba a convertir en estrella de pleno derecho, pero no iba a disfrutar de su éxito: el 31 de marzo de 1993, hace ahora 30 años, tuvo lugar uno de los accidentes laborales más sonados de la historia de la industria del cine, cuando, durante el rodaje de una escena de acción, los restos de una bala real (la punta de plomo, sin pólvora) que permanecían en una pistola cargada con material de fogueo impactaron sobre el abdomen de Lee. Pese a los esfuerzos de los médicos, el actor perdió la vida horas después y la noticia dio la vuelta al mundo. También las teorías conspiranoicas sobre una maldición o sobre la implicación, jamás demostrada, de la mafia o de una secta que buscaba proteger los secretos de las artes marciales, como se dijo con su padre o se diría muchos años después con David Carradine.

brandon lee
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Tenía 28 años, cuatro menos que la edad con la que contaba su progenitor al fallecer también prematuramente. Igual que Bruce Lee se quedó sin conocer el gran recibimiento a ‘Operación Dragón’ (1973) al morir seis días antes del estreno (según una investigación de científicos españoles publicada el año pasado, por beber demasiada agua), Brandon Lee tampoco vivió para escuchar las alabanzas a su trabajo en ‘El cuervo’.

Como el personaje al que encarnaba, Lee estaba a punto de casarse. El 17 de abril, apenas dos semanas y media después del suceso, planeaba contraer matrimonio con su prometida Eliza Hutton, al estar previsto que se hubiera completado para entonces el rodaje de ‘El cuervo’. Pese a que Paramount canceló el proyecto (temían que el contenido de la película, tan directamente relacionado con el tema de la muerte, resultase de pésimo gusto), Hutton apoyó al director Alex Proyas para intentar completar la película en homenaje a su protagonista y, finalmente, Miramax compró los derechos de distribución y efectuó la inyección presupuestaria requerida para los efectos especiales que permitiesen cubrir la parte del difunto. El amigo de Lee y entonces especialista Chad Stahelski, popular en la actualidad por ser el director de la saga ‘John Wick’, hizo de su doble. Lejos de quedar exclusivamente marcada por la tragedia, la película trascendió y tuvo una influencia sustancial en el cine contemporáneo. Y con ella, su figura central.

Héroe de acción

Entrenado de pequeño por su padre, Brandon Lee acumuló una amplia formación en diversos tipos de artes marciales, no con vistas a competir en campeonatos, sino desde la certeza de que iba a necesitar esas competencias para su trabajo en el cine, destino que asumió desde muy pronto. Pese a la inescapable sombra del mayor icono del cine de acción de todos los tiempos, el joven Lee no tardó en alcanzar cierta notoriedad: hizo un par de producciones vinculadas a la serie ‘Kung Fu’, pero, sobre todo, satisfizo las expectativas con sus primeras películas netamente de peleas. La película de acción hongkonesa titulada en España, con no poco descaro, ‘Brandon Lee: La leyenda continúa’ (1986) le puso rápidamente en el mapa, con un pase en el Festival de Cannes del que salió con buenas críticas y la aclamación unánime a sus habilidades físicas.

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Si bien recordando en entrevistas la superioridad en la plasmación de los combates en el cine de Hong-Kong y su deseo de trasladar esa contundencia (y respeto por los movimientos) a sus producciones, Lee siguió el camino esperado y empezó a contar con papeles de héroe de acción en Estados Unidos. Aparte de ‘Misión Láser’ (1989) y ‘Rapid Fire’ (1992), su interpretación más popular y recordada en este sentido fue la de ‘Little Tokyo: Ataque frontal’ (1991), una buddy movie protagonizada por Dolph Lundgren, el mercenario escandinavo, donde Lee daba rienda suelta a su vis cómica en el papel de compañero gracioso del poli duro, en un registro que podía recordar a Kato, el personaje de su padre en la serie ‘El avispón verde’ (1966-67).

Además de la química con su partenaire, las estupendas coreografías elevaron el conjunto de un título que era pura resaca ochentera —es del mismo autor de ‘Comando’, la desquiciada peli de Schwarzenegger de 1985, y se nota— y que contó con un recorrido mucho mayor del que hubiera disfrutado sin ese esencial valor añadido. Una película de argumento difícil de tomar en serio (un yakuza asesina a los padres de un niño, el niño planta cara y le vence en una pelea de sables, el yakuza huye y, ya de mayor, el niño es Dolph Lundgren en busca de venganza), pero con tollinas altamente serias.

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El cuervo

En plena consolidación, Lee tenía contratos con Fox para protagonizar más películas de acción y también con Paramount para aparecer en las secuelas que, se esperaba, pudieran surgir de ‘El cuervo’. Con la finalidad de desmarcarse y tener entidad actoral propia, rechazó interpretar a su padre en ‘Dragón: La vida de Bruce Lee’ (1994), que no llegó a ver. Se rumoreó que el intérprete estuvo en la terna también para liderar también el reparto de la adaptación de ‘Mortal Kombat’ (1995) o incluso de ‘Matrix’ (1999). Stan Lee, por su parte, quiso que Brandon Lee fuese la encarnación cinematográfica del personaje de Marvel Shang-Chi, que no tendría su propia película finalmente hasta 2021, por la poca fe de Hollywood en las estrellas no caucásicas.

“No llueve eternamente”

El incidente en el rodaje de ‘El cuervo’ fue seguido de un proceso que se resolvió, finalmente, de manera extrajudicial. La madre de Brandon Lee denunció a todos los implicados, incluso al desafortunado actor Michael Massee, cuyo personaje apretaba el gatillo en la calamitosa escena. Pese a que obviamente la responsabilidad de supervisar los contenidos de las diferentes armas no recaía sobre él, Massee quedó traumatizado, se retiró un tiempo del cine y, hasta su muerte en 2016, sostuvo en entrevistas no haber sido capaz de ver nunca ‘El cuervo’. Aunque se extendió la leyenda urbana de que la película contenía el momento del disparo real a Lee, obviamente la grabación (que, aparte, las autoridades solicitaron inmediatamente) no se incluyó en el montaje.

brandon lee en el cuervo
Miramax

La consecuencia más destacada fue el establecimiento de protocolos de seguridad mucho más estrictos en la industria; entre otros, la prohibición de apuntar con un arma de manera directa a otra persona para, en su lugar, simularlo mediante los ángulos de cámara. No obstante, el deceso de Lee volvió a la actualidad en 2021 cuando, en el rodaje de la todavía inconclusa ‘Rust’, el actor y productor Alec Baldwin, acusado formalmente de homicidio involuntario, disparara a la directora de fotografía Halyna Hutchins con una pistola que él creía de fogueo. Eliza Hutton, que no dio declaraciones tras lo sucedido en 'El cuervo', rompió su silencio a consecuencia de ello en una entrevista en la revista People: "Hace 28 años, quedé destrozada por la conmoción y el dolor de perder al amor de mi vida, Brandon Lee, sin ningún sentido. Ahora me duele el corazón nuevamente por el esposo y el hijo de Halyna Hutchins, y por todos los que están teniendo que afrontar esta tragedia evitable. Pido a quienes están en posición de poder que consideren alternativas a las armas reales en los platós".

La película ‘El cuervo’, icónica por su estética, atmósfera, banda sonora y cuidadas secuencias de acción, marcó también un precedente en el modo de abordar la muerte de un protagonista y salvar el proyecto. ‘El imaginario del doctor Parnassus’ (2009), con Heath Ledger, salió adelante con un cambio argumental que hacía a su personaje mutar de aspecto en determinadas escenas; ‘Fast & Furious 7’ (2015) se sobrepuso a la pérdida de Paul Walker reciclando metraje no utilizado de otras películas y contando con sus hermanos como dobles; ‘Los juegos del hambre: Sinsajo - Parte II’ (2015) o ‘Star Wars: El ascenso de Skywalker’ (2019) digitalizaron los rostros de Philip Seymour Hoffman y Carrie Fischer, respectivamente.

Con una brevísima carrera, Brandon Lee demostró talento y compromiso tanto con el nombre de su padre como con el suyo propio: dejó un puñado de minutos de buena acción con sello personal y un abanico de registros más que respetable, incluso desde el rol de villano, que representó en la serie ‘Ohara’ (1988). Su trabajo, especialmente en ‘El cuervo’, sigue viéndose y siendo importante 30 años después de su muerte. Enterrado en el cementerio de Seattle junto a Bruce Lee, en la lápida de Brandon Lee figura una cita de un libro que el actor había seleccionado para las invitaciones a su boda, nunca celebrada: “Como no sabemos cuando moriremos, vemos la vida como un pozo sin fondo. Pero todo sucede solo un cierto número de veces. ¿Cuántas veces más verás la luna llena? Quizás veinte. Y, sin embargo, todo parece inagotable…”.

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Jaime Lorite

Periodista y cantante punk, vio 'Holmes & Watson: Madrid Days' el viernes de estreno y un día se puso el objetivo de que le pagaran por escribir sobre pelis de tortas y de gente con las tripas por fuera. Podría estar consiguiéndolo.