Blanca de Anjou, la reina que renació de sus restos

Blanca de Anjou, la reina que renació de sus restos

Recién cumplido el 711 aniversario del fallecimiento de Blanca de Anjou, esposa de Jaime II El Justo, recordamos las vicisitudes de los restos de esta reina, que por fin descansan en el Monasterio de Santes Creus, de Tarragona.

Vicente Alcaíde

Un momento de la autopsia a Blanca de Anjou, realizada en 2010.
Un momento de la autopsia a Blanca de Anjou, realizada en 2010.

El pasado 14 de octubre, se cumplía el 711 aniversario del fallecimiento de la reina Blanca de Anjou (1280-1310), esposa de Jaime II, que murió tras el último de sus diez partos, según la documentación histórica y los datos obtenidos en una autopsia realizada a sus restos en 2010.

Blanca de Anjou (1283-1310), hija de Carlos II el Cojo, rey de Nápoles, se casó a los 12 años con Jaime II El Justo, que contaba 28 y había estado casado antes. El primer hijo lo tuvo a los 13 años. Tenía tanto miedo a morir en el alumbramiento que hizo testamento antes del nacimiento de uno de sus hijos. Y sus temores se hicieron realidad.

Los restos de la reina y su esposo sufrieron un violento ataque en 1836

Una carta escrita por su marido apunta a que la reina falleció el 14 de octubre de 1310 de parto:  "Os hacemos saber con esta carta, con gran amargura y aflicción de corazón, como la ilustre señora Blanca, de grata memoria, reina de Aragón y queridísima esposa nuestra, complació a Dios que muriera y le entregara el espíritu como reina católica que era el martes pasado por la noche, tras gravísimos dolores que tuvo que sufrir a causa del parto”.

Pero la historia de Blanca de Anjou no acabó aquí. Los restos de la reina y su esposo sufrieron un violento ataque en 1836, cuando una patrulla de liberales expolió y destrozó el cuerpo de Jaime II. Mientras que los del rey fueron, incluso, troceados y utilizados como diana de disparo, los de la reina se arrojaron a un pozo, donde más tarde fueron recuperados por un monje y depositados de nuevo en el sepulcro del Real Monasterio de Santes Creus en Tarragona.

Monasterio de Santes Creus, donde se depositaron y descansan los restos de Blanca de Anjou.
Monasterio de Santes Creus, donde se depositaron y descansan los restos de Blanca de Anjou.

Sin embargo, éstos se pudieron reconstruir 700 años después de su muerte, gracias a su buen estado de conservación. De esta forma, los estudios forenses realizados por el Museo de Historia y el Instituto de Medicina Legal de Cataluña confirmaron, lo que Jaime II ya relataba en aquella carta: la reina de la Corona de Aragón Blanca de Anjou murió durante, o inmediatamente después, del último de sus partos.

la piel embalsamada permitió recomponer sus facciones. Además, aparecieron algunos mechones de cabellos que, por el análisis de ADN, pudieron constatarse que pertenecían a la soberana

Los forenses, al hallar el cuerpo de la descendiente de Carlos II de Nápoles y María de Hungría, constataron que correspondían a una persona que medía 1,50 de estatura, que vivió entre 25 y 30 años (hasta ese momento se había documentado que Blanca de Anjou murió a los 27 años de edad) y, además, tras un análisis de su zona abdominal, se descubrió que la reina había vivido múltiples partos a lo largo de su vida.

Por otro lado, la piel de Blanca de Anjou apareció con un tono amarillento y un aspecto acartonado. El cráneo se conservaba parcialmente -faltaba la mandíbula, entre otras partes-, pero la piel embalsamada permitió recomponer sus facciones. Además, aparecieron algunos mechones de cabellos que, por el análisis de ADN, pudieron constatarse que pertenecían a la soberana.

Detalle de la tumba de Blanca de Anjou.
Detalle de la tumba de Blanca de Anjou.

Algunos de los hallazgos también revelaron detalles del entierro. Así, se encontró un hilo de seda adherido a la cara, que se interpretó que, en el momento del sepelio, le cubrieron el rostro con un velo.  También se observaron marcas de las medias en la pantorrilla derecha, así como trazas del vestido y el cinturón sobre la piel. En la rodilla y el tobillo se observaron signos de heridas intencionadas, que probablemente se ocasionaron post-mortem, en un intento de vencer el rigor mortis. 

También apareció un pequeño elemento del ajuar de la reina: un fragmento de pendiente de coral, material que se creía protegía al portador

Extrañamente, dado los saqueos, en la tumba, también apareció un pequeño elemento del ajuar de la reina: un fragmento de pendiente de coral, material que se creía protegía al portador.

Blanca de Anjou descansa hoy en el Monasterio de Santes Creus, donde inicialmente fue enterrada.