Best Sellers

*Érase una vez

Estamos lejos de los sofisticados personajes interpretados por Caine en las películas de Nolan, así como del espléndido señor del primer Alfie (1966) o Dressed to Kill (1980). En Best Sellers, Caine es un personaje extremo (un Jack Nicholson liviano), perfecto para él, en un mundo que intenta relacionar las protestas de los 70 y la revolución sexual, con una generación perdida en el mundo laboral.

El equilibrio se consigue gracias a Lucy Standbridge, una joven editora que intenta salvar la empresa de su padre y que debe enfrentarse al duro carácter de Harris Shaw, el testarudo escritor interpretado por Caine.

*Giro inesperado

A mitad del metraje, hay un cambio de tono en la película. Por fin deja de flotar entre la protesta social y la comedia dramática y se centra en la química de los protagonistas. Esto permite que la historia se convierta en un retrato más realista y honesto de cómo el arte —premisa fundamental y muchas veces repetida durante el filme—, el amor y nuestras relaciones se entrelazan para permitirnos dar un paso hacia delante y salvarnos a nosotros mismos (a través del otro).

De ahí que la parte final destaque sobremanera; en esos momentos finales, la película tiene algo universal e identificable que decir sobre la pérdida y el dejar ir a alguien. La conmoción y la honestidad que muestra Best Sellers en este tercer acto es más efectiva que prácticamente cualquier cosa que ocurrió antes.

*Sí, pero no

Best Sellers no es una película perfecta; tiene muchos defectos. Trata al espectador como impresionable e ingenuo, asumiendo que Lucy —como una millennial de manual— es incapaz de manejar la editorial que ha heredado. Los comentarios sobre internet y la cultura literaria son abundantes y están presentes en la trama continuamente, pero no se desarrollan lo suficiente como para ser una parte sugerente de la película.

Está claro que Best Sellers no terminó siendo la pieza compleja y crítica que aparentemente quería ser; es una obra divertida que resalta la importancia del amor propio y, aunque la ejecución sea un poco inestable, la química entre Caine y Plaza es innegable.

*Conclusiones

La película de Roessler tiene mucho que decir sobre la muerte de la alfabetización en el mundo editorial actual, sobre cómo ya nadie lee nada y sobre cómo las celebridades instantáneas nacen en las redes sociales. Sin embargo, si hay un mensaje central que debemos llevar a casa para reflexionar, quizá no eligió el mejor camino, puesto que es fácilmente olvidable.

Escrito por Soraya Unión Álvarez

Al grano. La historia no tiene nada especial o nuevo que ofrecer, pero se deja ver sin pretenciones. Aunque me hubiera gustado ver al señor Caine más allá del arquetipo de viejo verde, alcohólico y sucio, él mismo es el 100% de la película y creo que el motivo (más que suficiente) principal para los que nos hemos aventurado a ver 'Best Sellers'.

Por cierto, la recomiendo encarecidamente verla en versión original, ya que el acento cockney de Caine blasmefando e insultando hará que te rías en más de un momento, cosa que presupongo que no pasará con el doblaje al español, por razones obvias.

Como dije, se deja ver, pero la olvidarás al día siguiente.

Un saludo.