YODONA
Moda

Beatriz de York, la estrella m�s independiente (y estilosa) de los Windsor

La hija del pr�ncipe Andr�s y Sarah Ferguson sustituir� a su padre como consejera de Estado de la Reina Isabel. �ltimamente, la princesa muestra una serie de looks deslumbrantes.

Actualizado
Beatriz de York, la mayor de las dos hijas del pr�ncipe Andr�s y Sarah Ferguson.
Beatriz de York, la mayor de las dos hijas del pr�ncipe Andr�s y Sarah Ferguson.Getty

Beatriz de York naci� quinta en la l�nea de sucesi�n al trono brit�nico y ahora es la d�cima. Cinco peque�os intrusos, los hijos de William y de Harry, se interpusieron entre ella y el trono. Afortunadamente para su salud mental, Bea dej� de ser repuesto para convertirse en sobrante, hasta cierto punto.

�Alguna vez imaginaste que la d�cima en la fila del trono necesitar�a un perfil de LinkedIn?, pues Bea York lo tiene. 'Better to prevent'. Graduada en Historia, trabaj� brevemente en el Foreign Office y en Sony Pictures antes de unirse a la multinacional estadunidense Afiniti. A la fuerza ahorcan, porque ni ella ni su hermana Eugenia son "reales trabajadoras", no tienen agenda oficial, no reciben dinero del contribuyente ni tienen protecci�n financiada con fondos p�blicos.

En la cuerda floja

Antes de que Bea naciera, su padre hab�a dado que hablar por sus lascivas singladuras en el Caribe con la actriz de porno blando Koo Stark. Lo llamaban Andy the Randy (el cachondo) y era uno de esos tipos que elegir�an el cielo por el clima y le infierno por la compa��a. Despu�s conoci� a Sarah Ferguson, amiga de la infancia de Diana de Gales, una chispeante pelirroja sumamente adecuada para el papel de nuera de segunda l�nea, marchosa y con un coeficiente intelectual m�s que notable.

Cuando se casaron Andr�s y Sarah Fergusson -Fergie para el pueblo y los tabloides-, la Reina les regal� la mansi�n de Sunninghill Park, en Berkshire, cerca de Ascot y del castillo de Windsor. Seis a�os despu�s, su matrimonio termin� en esc�ndalo por unas fotos en el 'Daily Mirror' que, entre otras escenas para adultos, mostraban al millonario texano John Bryan besando y chupando los dedos de los pies de Fergie. La pelirroja duquesa de York estaba en problemas.

Con unos padres propensos a pisar charcos -ovejas negras de los Windsor-, la peque�a Bea aprendi� a andar por la cuerda floja para obtener la aprobaci�n tanto del p�blico como de su abuela, la reina, mientras sus padres se tambaleaban al borde de un abismo.

Tras su divorcio en 1996, la duquesa de York recibi� de la reina medio mill�n de libras para una nueva casa, 350.000 en efectivo y 1,4 millones para un fideicomiso para las princesas Beatriz y Eugenia.

Aplomo y autocontrol

Para verg�enza de Beatriz, sus padres convirtieron su vida en una telenovela y, a semejanza de las telenovelas, el espectador quedaba a la espera del pr�ximo cap�tulo con nuevas dosis de esc�ndalos. Hab�a mucha tensi�n en casa.

Est� claro que el logro mutuo que m�s enorgullece a los York son sus hijas. Cuando, al final de su adolescencia, la princesa Beatriz comenz� a aparecer en la alta sociedad la prensa elogiaba su aplomo y autocontrol. No beb�a ni fumaba y demostraba un decoro perfecto. A pesar de ser disl�xica, hab�a sido elegida Head Girl en la St. George's School.

Sus amigos eran un pu�ado de arist�cratas y financieros con el a�adido efervescente de unas cuantas celebrities. Bea se mezclaba por igual con jefes de Estado, pop stars y glamurosas debutantes. Fue ella quien present� al pr�ncipe Harry a su pen�ltima novia, Cressida Bonas.

La princesa en una fiesta reciente en el jard�n de Buckingham Palace.
La princesa en una fiesta reciente en el jard�n de Buckingham Palace.Getty

A los 19, asist�a a las mismas fiestas que el infame set de Primrose Hill, que inclu�a a Kate Moss, Sienna Miller, Jade Jagger o Meg Matthews. O sea, la realeza no oficial, un grupo decididamente m�s rockero que el c�rculo social de sangre azul de la princesa.

Si su madre disfrutaba cuando se le abr�an las puertas de terciopelo de los it places m�s fashion -algo que le brindaba su propia fama-, su hija no tard� en seguir su ejemplo.

A dieta a lo ocho a�os

Salvo en sus bodas de pompa y circunstancia, los Windsor 'sobrantes' se empe�an en hacernos creer que llevan una vida austera, como si temieran el esc�ndalo de los brit�nicos por ver a la familia real haciendo las cosas que les gustar�a hacer a ellos. Un temor infundado, porque hay que ser muy bolchevique para sentir envidia de los royals: un plebeyo solo puede sentir envidia de otro plebeyo y solo los royals pueden sentir envidia de otros royals. Aunque tambi�n es cierto que la pe�a no est� acostumbrada a ver a sus pr�ncipes actuar como celebrities. Y los Windsor son celebrities cum laude. Dios los salve.

Lo que salva a Beatriz es su independencia, su saber estar, las muchas causas de charity en las que se compromete y -last but not least- su estilosa personalidad.

A su madre -en un juego de palabras con su t�tulo de York- alg�n tabloide la hab�a apodado "duquesa del jam�n". (Despreciable, desde luego, pero racionemos el desprecio dada la cantidad de gente que lo merece). Beatriz ten�a solo ocho a�os cuando su madre la puso a dieta por primera vez. Sus padres ya estaban divorciados y Fergie estaba privada del apoyo financiero de la casa real y hab�a aceptado un contrato para promocionar la marca de adelgazamiento WeightWatchers. Su escrutinio se dirigi� a su propia hija. Tales fueron las presiones de una infancia vivida ante los focos. Cada movimiento de la princesa Beatriz -y cada kilo- eran un tema de debate p�blico.

Un estilo que levanta cejas

A los 21 a�os, Beatriz accedi� al fideicomiso constituido por su abuela tras la separaci�n de los York. Dos millones y medio de libras que le dieron m�s alas que el redbull: joven, rica, royal y elegante.

Los Windsor no son ajenos a la lista de los mejor vestidos. En las d�cadas de 1950 y 1960, la princesa Margarita dominaba la escena de la moda, compitiendo con sus contempor�neas de Hollywood. En la de los 70, fue el turno de la princesa Ana: minifaldas florales y botas hasta la rodilla. Por supuesto, la d�cada de 1990 perteneci� a Diana de Gales. Tomaron el relevo las duquesas de Cambridge y Sussex, ambas convertidas en prescriptoras haut de gamme.

Beatrice les est� echando un pulso con tan excelentes resultados que su estilo levanta cejas. A sus 33 a�os, en las �ltimas semanas ha hecho una serie de apariciones fulgurantes representando a la Reina.

El pasado 12 de mayo, asisti� en Windsor a la presentaci�n de A Gallop Through History, un espect�culo sobre el amor de toda la vida de Su Majestad por los caballos. En esa ocasi�n, opt� por un vestido floral largo hasta el suelo de The Vampire's Wife, una marca que toda It girl tiene en su arsenal. De hecho, tres invitadas la vistieron en la boda de Harry y Meghan en 2018.

Luego vino su aparici�n en el Royal Chelsea Flower Show, para el que eligi� un oportuno vestido con estampado de rosas en azul y blanco de la marca estadounidense Reformation, conocida por su est�tica cool girl y una de las favoritas de las modelos Kaia Gerber, Kendall Jenner y Karlie Kloss, amiga de Beatriz.

Beatriz en la inauguraci�n en Londres de una tienda de la marca Alice + Olivia.
Beatriz en la inauguraci�n en Londres de una tienda de la marca Alice + Olivia.Getty

La semana pasada, en las fiestas del jard�n de verano de la reina en Buckingham, Bea cautiv� con un vestido a cuadros con diadema a juego. Para la inauguraci�n de la nueva tienda en Bruton Street de Alice + Olivia, la princesa eligi� una chaqueta corta con ribete de cadena tipo Chanel en tweed blanco y un vestido mini a juego, dos preciosas piezas de la marca anfitriona totalmente ponibles sin necesidad de ser royal. Combin� el look con tacones azul pop de Kurt Geiger y un bolso de mano negro de Fiona Kotur.

Independiente como su madre

Esta carrera de apariciones coincide con la renovaci�n de los consejeros de Estado de la Reina, un grupo de cuatro miembros de la realeza a quienes Isabel II puede sustituir cuando le d� su real gana. La lista incluye actualmente al duque de York y a los de Sussex, ambos apartados de funciones oficiales. Se conjetura que la duquesa de Cornualles y la princesa Beatriz ser�n sus sustitutas.

Beatriz est� casada con Edoardo Mapelli Mozzi, un promotor inmobiliario y noble italiano. Por causa de la pandemia, la boda se celebr� en privado en la Capilla Real de Windsor el 17 de julio de 2020. Su vestido de novia, un Norman Hartnell convenientemente remodelado, se lo prest� la reina, as� como la tiara Queen Mary Fringe que us� Isabel II en su propia boda. Su hija Sienna Elizabeth naci� el pasado septiembre.

La �ltima vez que abr� el sitio web de Beatriz, hab�a un sinf�n de referencias a la charity. Una beneficencia muy sportive, porque la princesa se convirti� en el primer miembro de la familia real en completar la marat�n de Londres, para recaudar fondos para varias organizaciones ben�ficas. La primera en escalar el Mont Blanc y el Etna para otras causas humanitarias. La primera en participar en la media marat�n para ni�os de Luang Prabang, en Laos.' Pas mal' para la hija de un cr�pula.

Una forma de vida propia

Avara de su propio destino, Bea admira la forma en que su madre ha tomado el control de su propia vida y ha derrotado a sus cr�ticos. Tanto ella como su hermana Eugenia saben que ser SAR ya no significa mucho y quieren abrirse camino en el mundo. Huir del ejemplo de pap�, que acab� en el escarnio universal y en el ostracismo de la Corte por su mala cabeza y peores compa��as. Hacer como mam�, que a pesar de haber abandonado la familia real hace 30 a�os, se ha mantenido en el foco de atenci�n y ha forjado una exitosa carrera como escritora, presentadora y mujer de lucrativos negocios.

Para los Windsor 'sobrantes' el �xito social es, al mismo tiempo, su forma de desquite y de destierro. Dec�a Chamfort que Dios tiene mil maneras de compensar las cosas.

Conforme a los criterios deThe Trust Project

Saber más
ModaLa falda y top de marca espa�ola para ser la mejor vestida en tus eventos este verano
ModaSandalias plateadas: c�mo lucirlas del d�a a d�a a un evento
ModaEl nuevo cors� de Zara que va a arrasar y c�mo combinarlo