Baldur von Schirach, creador de las Juventudes Hitlerianas.

En los últimos años los españoles hemos discutido mucho sobre el adoctrinamiento en las escuelas catalanas, una de las más miserables prácticas de los nacionalistas. Debido al este debate, no he podido evitar acordarme de Baldur von Schirach, el creador y líder máximo de las Juventudes Hitlerianas, las Hitlerjugend.

Von Schirach fue uno de los líderes nacionalsocialistas más cercanos a Hitler, al menos hasta que el Führer se cansó de él. En esos años, sin embargo, a Baldur le dio tiempo de crear uno de los pilares del régimen nazi, una organización juvenil que se convertiría en una de las armas más poderosas del Tercer Reich.

Todo se debió al fanatismo de von Schirach, y a su creencia en que Alemania necesitaba una asociación para reclutar y adoctrinar a los jóvenes en los postulados de la causa. Con el tiempo, las Juventudes Hitlerianas se convirtieron también en la cantera de las SS.

De 1931 a 1939, von Schirach dirigió a las juventudes Hitlerianas, hasta que Hitler decidió ocuparlo en otros menesteres. Su nombre, no obstante, siempre estará asociado a las Hitlerjugend.

Baldur von Schirach

Baldur von Schirach.

Lo que pudo haber sido

Curiosamente, von Schirach, nacido en 1907, era uno de los pocos líderes nazis con cierto nivel de educación. Tanto su padre como su madre, estadounidense, descendían de familias nobles y ricas. Aún así, Baldur eligió la política en lugar de los estudios.

Era tal la influencia de su madre, descendientes de dos firmantes de la Declaración De Independencia de Estados Unidos, que Baldur aprendió a hablar inglés antes que alemán. Baldur pasó largas temporadas en Estados Unidos, donde a punto estuvo de quedarse  a trabajar en el banco de su familia materna.

Al final, el joven ya había sido embrujado por el hombre del bigotito y, a los 18 años, decidió afiliarse al Partido Nazi. En 1929, fue nombrado líder de la Liga Nacionalsocialista de Estudiantes Alemanes. Dos años después, ya era Reichsjugendführer, líder juvenil del Partido Nazi.

Un joven hitleriano

Las cualidades organizativas de von Schirach fueron lo que le auparon al poder, y lo que llamó la atención del Führer. Además, a Hitler le gustaba von Schirach, que tenía todo lo que a él le faltaba: juventud, educación y un cierto aire aristócrata.Von Schirach y Henny Hoffmann

Tanto le gustaba, que propició la boda de von Schirach con Henrietta Hoffman, la hija del fotógrafo favorito y amigo de Hitler. La pareja tendría cuatro hijos, y se separaría en 1949, cuando Henrietta supo de los crímenes de su esposo.

El aún joven Baldur era muy ambicioso y, desde su posición, quiso llegar más lejos. En 1932, propuso a Hitler la creación de un cuerpo organizado de jóvenes que aglutinar a todos bajo un mismo paraguas.

Las Juventudes Hitlerianas

Como en cualquier otro país, en Alemania existía una gran diversidad de organizaciones juveniles, desde clubes deportivos hasta los religiosos, pasando por los Boy Scouts. Von Schirach proponía unirlos a todos, para que ninguno quedara fuera del alcance del nacionalsocialismo.

Asi nacieron, en 1933, las Hitlerjugend, las Juventudes Hitlerianas. Sus orígenes estaban en otras organizaciones juveniles ya adscritas al Partido Nazi. Lo que Baldur von Schirach proponía,  era no sólo unir a los jóvenes nazis, sino hacer de todos los jóvenes alemanes seguidores y servidores de Hitler.

Su propósito anunciado era la adoctrinación de los niños. Pero había otro objetivo secreto: preparar a los jóvenes a ser los soldados del futuro, fanáticas máquinas de matar cuya lealtad única apuntaba a Hitler.

Ser un Hitlerjugend

Para ser miembro de las Juventudes Hitlerianas había que tener entre 14 y 18 años. Los niños de 10 a 14 podrían integrarse en la sección infantil, las Deutsches Jungvolk. Las niños de 10 a 18 tenían su propia organización, la Bund des Deutschen Mädel, de la que ya hemos hablado en el pasado.

Juventudes Hitlerianas

Las Hitlerjugend sólo aceptaban niños arios, con demostrada “pureza de raza”. Esta prohibición, las convirtió en un principio en un club exclusivo, más atractivo para los niños. Muchos jóvenes no arios intentaron unirse, pero no se les permitió la entrada.

Poco a poco, von Schirach ejerció presión en el resto de organizaciones juveniles para integrarse en las Juventudes Hitlerianas. Aquellas que se resistieron, como los Boy Scouts, simplemente fueron prohibidas.

Adoctrinamiento

No es difícil influir en la mente de un niño. Von Schirach lo sabía, y utilizó todos los medios y métodos a su alcance. Los campamentos, las hogueras, las canciones y los uniformes creaban y solidificaban el sentimiento de equipo y camaradería.  

Todo lo que hacían los jóvenes hitlerianos estaba destinado a convertirlos en nazis. Las reglas, los discursos, las diatribas en contra de los judíos y otros grupos étnicos. El amor a la patria, a la raza, y a su defensa era parte integral del ser Hitlerjugend.

Juventudes Hitlerianas

Conforme se acercaba la guerra, el adoctrinamiento sumó el entrenamiento militar. Sacrificar la vida por la patria, escuchaban los jóvenes, era la aspiración máxima de cualquier miembro. Algo así como las 62 vírgenes de los musulmanes.

Claro está, no faltaba el victimismo. Los miembros de las Juventudes Hitlerianas escucharon una y otra vez la teoría de la “puñalada en la espalda”, culpa de los judíos, por supuesto. El mundo estaba en contra de Alemania, y había que defenderla.

Uniformes e insignias

Bien sabemos que los uniformes ejercen una especial atracción a jóvenes de ambos sexos. En las Juventudes Hitlerianas de von Schirach no faltaban. Llevar el uniforme era un símbolo de pertenencia, un orgullo para cada uno de sus miembros.

Pantalones cortos negros y camisa marrón con bolsillos era la base. A estos se añadían insignias nazis, como la runa de la victoria, y un brazalete con la esvástica. Otras insignias se añadían dependiendo de la posición del joven dentro de la organización, y de sus logros.

Brazalate de las Juventudes Hitlerianas

Brazalate de las Juventudes Hitlerianas.

Las Hitlerjugend tenían su manual de comportamiento, bien cargado de doctrina nazi, el Leitungsbuch, o libro de rendimiento. En él se estudiaban las reglas de la organización y se anotaban los logros de su dueño.

Baldur von Schirach el corruptor de menores

Como decía anteriormente, Hitler no se interesó mucho por las Hitlerjugend. Fue el propio Baldur von Schirach quien le hizo ver su potencial. Para ello, aprovechó algunos de los grandes rallies nazis en Nuremberg, donde el líder juvenil presentó a su Führer con miles de jóvenes uniformados y disciplinados que le rendían pleitesía.

Von Schirach también le hizo ver que las JH eran un buen lugar para comenzar el entrenamiento militar de los jóvenes alemanes. De hecho, en 1937, von Schirach firmó un acuerdo con Heinrich Himmler, líder de las SS, para que los miembros de las JH pudieran ingresar directamente en los Schutzstaffel.

Hitlerjugend

Baldur von Schirach fue premiado por su Führer convirtiéndolo en el miembro más joven de su círculo privado. Baldur y Henrietta eran invitados asiduos al Berghof, la residencia privada de Hitler en los Alpes Bávaros.

Adios a las JH

En 1940, cuando la Wehrmacht invadió Francia, Baldur von Schirach pidió a Hitler que le dejara ir al frente. Con rango de cabo, y ascendido luego a Teniente, sirvió con el 4º Regimiento de Infantería Grossdeutschland.

Hitler accedió, pero le retiró el cargo de líder de las Juventudes Hitlerianas. El monstruo que von Schirach construyó, pasó a manos de Artur Axmann hasta el final de la guerra. Pero no todo estaba  perdido para Baldur.

Después de sólo cuatro meses en el frente, Hitler lo mandó a llamar. El Führer nombró a su protegido Gauleiter (gobernador) de Viena. En esa calidad sirvió von Schirach hasta 1945. También desde esa posición, se encargó de deportar a 65,000 judíos de la capital austriaca.

Más tarde en la guerra, von Schirach se mostró algo en contra del tratamiento que sufrían los judíos. Eso lo alejó de Hitler, quien lo sacó de su círculo íntimo, pero no lo destituyó.

Juicio

Baldur von Schirach fue juzgado en Nuremberg después de la guerra. Fue acusado y encontrado culpable de crímenes contra la humanidad por su papel en las deportaciones. Sin embargo, pudo demostrar que en 1943 y 44 protestó ante Martin Bormann, el tratamiento de los judíos. Eso le salvó la vida.

Baldur von Schirach fue sentenciado a 20 años, y sirvió su sentencia completa en la prisión de Spandau, en Berlín, junto a otros líderes nazis. En 1966, recién liberado, se retiró al sur de Alemania. Ahí, escribió sus memorias: “Yo creí en Hitler”,

Von Schirach mayor

Baldur von Schirach, el corruptor de menores, murió el 8 de agosto de 1974.