Por: Jorge Chávez Hurtado
El Distrito de Margos, provincia de Huánuco, guarda entre sus cerros andinos el tesoro de un hombre que ha dedicado su vida a entrelazar melodías con los profundos latidos del corazón huanuqueño. Este admirable personaje es Elías Valdivia Jara, un maestro de la tuba y el bajo, cuya vida es un concierto continuo de notas que han marcado generaciones y embellecido los rincones más profundos de la región.
Nacido el 17 de abril de 1958, un día como hoy, Elías emergió como una promesa musical desde sus años tempranos. Con el cálido abrazo de su padre, Oswaldo Valdivia Medina y la dulce mirada de su madre, Victoria Jara de Valdivia, Elías encontró en la música no solo su vocación, sino también su destino. Sus primeros acordes resuenan en los pasillos del Centro Educativo 407 Daniel Alomía Robles, donde descubrió los matices y secretos de las melodías que poblarían su vida.
En 1984, el 15 de agosto, Elías Valdivia conoció a María Clara Urbina Paucar, con quien forma una hermosa familia y la pareja es bendecida con dos hermosas hijas, Clara y Judith.
Fue en la década de 1970 cuando Elías Valdivia Jara marca el inicio de su trayectoria en el firmamento de la música. Recordando aquel 25 de diciembre de 1970, en Cayhuayna, cuando se unió a la Banda de Músicos de los Hermanos Rivera, junto a Alejandro, Manuel y Cirilo Rivera Garay, se vislumbra el inicio de una odisea musical que abrazaría toda una región. Sus pasos lo llevaron a la Escuela Superior de Música Daniel Alomía Robles, donde bajo la tutela del maestro Florencio Marcellini, forjó los cimientos de su profesión con destreza y pasión.
Huánuco pronto se convirtió en su escenario y suma con su trabajo en las mejores bandas de música de la época. Con la Banda Los Pillco Mozos de Huánuco, dirigida por el maestro Nicolás Miller Figueroa, compartió el eco de sus melodías en cada rincón del Perú. Su nombre resonaba junto a músicos de la talla de Carlos Miller, Félix Rosales, Jorge Alcántara, Ernesto Mallqui, Teodosio Gayoso, Ciro Trujillo, Benigno Valentín, Ernesto Sánchez, Pablo Vélez, Julio Deza, Pablo Cajas, Abelardo Ramírez, el popular Boliche, Santos, Francisco Solano, entre otros.
Además, fue integrante de la Cuadrilla de Negritos Justo Juez los Músicos, en el año 1982 viajó a la ciudad del Cuzco con este elenco para concursar en la Fiesta del INTI RAYMI, con la participación de todos los departamentos del Perú, ocupando el 1er puesto en este certamen que tuvo como invitados a Chile y Bolivia.
Pero la música no fue su único escenario de acción. Elías Valdivia Jara también se distinguió en el ámbito laboral y social. Desde su labor en el sector de la Construcción Civil, trabajando con diversas empresas en todo el país, hasta su destacada participación como dirigente en la Confederación Nacional de Trabajadores del Perú, donde dejó huella como Secretario General Provincial, Secretario de Organización Regional y Secretario de Organización Nacional.
Su compromiso con la comunidad no se detuvo ahí. Presidió el Comité Central en el marco del aniversario del Pueblo Joven Las Moras, y lideró la Cofradía de Negritos Huallayco el 1 de enero. Además, fue socio fundador y presidente de la Asociación de Músicos Santa Cecilia Región Huánuco, dejando su impronta en el desarrollo cultural de su tierra natal.
Pero la polifacética vida de Elías Valdivia Jara no se limita a su labor como músico y líder comunitario. También destaca como empresario en el rubro de las brasas, demostrando que su creatividad y empuje no conocen fronteras.
Hoy, al cumplir 66 años de vida, Elías Valdivia Jara es mucho más que un nombre en la historia de Huánuco. Es un símbolo de perseverancia, talento y compromiso con el desarrollo cultural, social e institucional de su amada tierra. Su legado musical y su huella en la comunidad son melodías que seguirán resonando por generaciones, recordándonos que el arte y la pasión son puentes que unen corazones y construyen un futuro lleno de armonía.
