El comité de epidemias del Parlamento danés ha dado el martes por la noche su respaldo a que la pandemia vuelva ser considerada como socialmente crítica, aprobando así los planes del Gobierno para reintroducir ciertas restricciones relacionadas con el coronavirus, como el pasaporte COVID-19.
El ministro de Sanidad, Magnus Heunicke, ha afirmado que una amplia mayoría está a favor de ello y ha precisado que la decisión tiene una validez inicial de un mes.
De este modo, se faculta al Gobierno a adoptar medidas para frenar la propagación del coronavirus sin tener que solicitar la aprobación del Parlamento.
Por su parte, el ministro de Economía, Simon Kollerup, ha anunciado en un comunicado de prensa que a partir del viernes habrá que volver a mostrar el pasaporte COVID-19 al acudir a restaurantes o clubes.
Este documento certifica la vacunación, haber superado la enfermedad o una prueba negativa y se exige a los adultos y a los niños mayores de 15 años.
Asimismo, el pasaporte también se exigirá en los actos públicos con muchos participantes. Por ello, se verán afectados los conciertos, las conferencias, las ferias y los parques de atracciones. La exigencia de pasaporte también se aplicará a los visitantes de los hospitales.
El 10 de septiembre, Dinamarca levantó las últimas restricciones introducidas en el país durante la pandemia, argumentando que en ese momento estaba controlada. Sin embargo, desde mediados de octubre, el número de infecciones ha vuelto a aumentar.
Por otra parte, la vecina Noruega, uno de los países menos afectados en Europa por la pandemia de coronavirus, registró este miércoles un récord de nuevos casos, mientras las autoridades estudian medidas tras eliminar las restricciones en septiembre pasado.
Durante las últimas 24 horas se han notificado 2.126 nuevos casos, 500 más que hace una semana y por encima del récord de 1.973 del pasado 1 de noviembre, según las últimas cifras del Instituto de Salud Pública.
(Con información de Europa Press y EFE)
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