(PDF) Nietzsche, Friedrich (2017). Aurora: Pensamientos acerca de los prejuicios morales | José Ignacio Galparsoro - Academia.edu
146 Enrahonar. An International Journal of Theoretical and Practical Reason 60, 2018 Ressenyes Nietzsche, Friedrich (2017) Aurora: Pensamientos acerca de los prejuicios morales Estudio preliminar, traducción y notas a cargo de Jaime Aspiunza Madrid: Tecnos, 304 p. ISBN 978-84-309-7082-7 Inicialmente incluido en el volumen iii de la excelente edición de las Obras Completas de Nietzsche, dirigida por Diego Sánchez Meca, la editorial Tecnos publica este libro en ejemplar aparte y dentro de su colección «Los Esenciales de la Filosofía». La edición está a cargo de Jaime Aspiunza, quien reconoce no partir de cero en su trabajo de traducción. Con buen criterio, no cae en esa tentación tan extendida en diferentes ámbitos de hacer tabula rasa, ni cierra los ojos ante las anteriores traducciones de esta obra, tanto en castellano como en italiano, inglés y francés. Por el contrario, ha aprovechado el trabajo de otros especialistas que, antes que él, se vieron enfrentados a la siempre difícil tarea de verter el escrito de un clásico de la filosofía en otra lengua. Y ello, claro está, redunda en beneficio del resultado final. La cuidada traducción se acompaña de un aparato crítico que ayuda a comprender el texto, pues sus más de 800 notas explicitan matices que no pueden ser vertidos directamente en una traducción. Además, Aspiunza ha redactado un útil e informado estudio preliminar. Aurora se compone de 575 aforismos y se divide en 5 capítulos que no tienen título. Ello puede dar pie a considerar que la obra carece de una estructura coherente. Sin embargo, la coherencia y el orden expositivo existen. Una cosa es negarse —como hace Nietzsche— a escribir un libro que presente un sistema filosófico cerrado, y otra bien distinta es —lo que Nietzsche no hace— redactar un libro compuesto de retales de textos sin conexión alguna entre sí. Karl Löwith hablaba de «sistema de aforismos» para referirse a la filosofía de Nietzsche. Y Au- rora encaja en esta descripción. Cada aforismo posee una unidad en sí mismo, pero, al mismo tiempo, está abierto a la conexión con otros aforismos, lo cual proporciona unidad a la obra. Un claro indicio de ello puede ser encontrado en el hilo conductor que recorre el libro y que se refleja en su subtítulo: Pensamientos acerca de los prejuicios morales. Ese es, pues, el tema sobre el que pivota: la reflexión en torno a los prejuicios morales. A pesar de que Aurora no haya disfrutado de la atención que la crítica ha dispensado a otros textos consagrados al estudio de este tema, como, por ejemplo, La genealogía de la moral, no por ello ha de ser considerada una obra menor en el conjunto de los escritos nietzscheanos. Muchas de las tesis sostenidas en esta última comienzan a prefigurarse en aquella. Si hacemos una suerte de genealogía del pensamiento nietzscheano, nos encontramos con que Aurora es el lugar en que precisamente comienza a fraguarse su proyecto genealógico. Proyecto que, por lo demás, no puede estar desligado de la posición naturalista-inmanentista (es decir, radicalmente opuesta a la concepción metafísico-teológico-trascendente) sostenida por Nietzsche y que claramente aflora en esta obra. En efecto, aquí presenta la hipótesis de que es preciso considerar los orígenes de la moral como un fenómeno puramente natural, desligado de cualquier consideración de orden trascendente. Para lograr tal objetivo, en primer lugar, Nietzsche denuncia el siguiente presupuesto erróneo subyacente a las acciones motivadas moralmente: considerar que el ser humano es el libre agente de sus acciones morales. Para él es una ilusión creer que una ac- Ressenyes Enrahonar. An International Journal of Theoretical and Practical Reason 60, 2018 147 ción sea la consecuencia exclusiva de un acto voluntario consciente (§ 116). En realidad, no conocemos los motivos por los cuales actuamos. Nietzsche se sitúa en el mismo terreno en el que trabajará lo que mucho más tarde se llamará psicología cognitiva. En segundo lugar, hace aflorar las falsas creencias o supersticiones basadas en antiguas prácticas y costumbres, que funcionan como presupuestos causales de los sentimientos morales del hombre actual. En el fondo, el ser humano actúa movido por esa «obediencia de la tradición» (§ 9), y ello hará que su individualidad se resienta. El tema principal de Aurora es, pues, su crítica a la moral (léase: la milenaria moral cristiana dominante en Occidente). Y esa crítica se ejerce para denunciar las nefastas consecuencias de la moral sobre el ser humano. Para Nietzsche, hay una flagrante incompatibilidad entre aquella y el hombre libre. Este no actúa movido por la obediencia a la tradición, sino por otros motivos distintos, entre los que se incluye el provecho individual (§ 9). En definitiva, según Nietzsche la moral es una amenaza y un obstáculo para que el ser humano pueda alcanzar la grandeza que merece. La crítica nietzscheana a la moral no es, pues, una descarga malhumorada dirigida contra una concepción que le resulte particularmente antipática, sino más bien un grito de advertencia para intentar salvar al ser humano de la desnaturalización a la que es conducido precisamente por esa concepción moral que Nietzsche critica. En el fondo, se trata de salvar la moral noble de la dominación de la moral decadente. Es decir, de salvar la moral de la inmoralidad de esa moral que va contra los instintos vitales. Nietzsche utiliza una poderosa arma para interpretar la realidad —que volverá a ser blandida en el futuro por autores como Foucault— y que consiste en mostrar que un término comúnmente considerado como noble puede proceder de su contrario. Así, del mismo modo que la razón vino al mundo «como tenía que ser, de forma irracional, por un azar» (§ 122), el origen de la moral (cristiana) es una inmoralidad que se ha olvidado que es tal. Lo que ocurre es que acaba por parecer increíble que las cosas que duran tanto tiempo tengan su origen en lo contrario de ellas (§ 1). La tesis que Nietzsche sostiene ya en Aurora, y que no abandonará a lo largo de su obra, es que la moral utilizó medios inmorales (i. e.: denigrar los instintos vitales en favor de la decadencia) para poder triunfar. La moral no es una ayuda para el hombre, sino aquello que contribuye a su denigración. Ello será confirmado años más tarde por el propio Nietzsche en Ecce Homo, su autobiografía intelectual, donde, en el capítulo dedicado a Aurora (§ 2) podemos leer: «con Aurora fui el primero en emprender la lucha contra la moral de la renuncia a sí mismo». Es esta moral la que, según Nietzsche, es profundamente inmoral. El ser humano, más que a la renuncia, debe estar siempre abierto a la aspiración de conquistar nuevos territorios. Es clara la preocupación antropológica de Nietzsche, quien pretende fortalecer y elevar «el sentimiento general de poder del ser humano» (§ 146). Solo así podrá evitarse «la tiranía del miedo» prescrita por la ley moral y rebelarse contra esa tendencia a «convertir a toda la humanidad en arena» (§ 174), es decir, a nivelar a todos los seres humanos y convertirlos en miembros de un gran rebaño. Se aprecia que esta preocupación nietzscheana prefigura lo que años más tarde será expuesto mediante la figura del superhombre: se tratará siempre de elevarse «por encima de la moral» (§ 207). Por ahora, en Aurora se esfuerza en mostrar —en términos proféticos muy parecidos a los que empleará después en Así habló Zaratustra— que hay síntomas de que se está gestando algo grande: «nuestra esperanza secreta es que “lo que aquí se está 148 Enrahonar. An International Journal of Theoretical and Practical Reason 60, 2018 gestando sea algo más grande de lo que nosotros somos”: preparamos todo para él, para que venga al mundo en hora buena» (§ 552). Otro concepto que Nietzsche acuñará poco después de Aurora, pero que ya se anuncia en esta obra, es el de «voluntad de poder». Como bien señala Aspiunza, el término aparece por primera vez en un fragmento póstumo del verano de 1880. En efecto, en Aurora aparecen expresiones similares como «sentimiento de poder» (§ 348). Y hay aforismos, como en el § 119, en el que analiza la noción de «pulsión», o en el § 429, donde se refiere a la «pulsión de conocimiento», la cual podría ser interpretada como un caso particular de la voluntad de poder. Nietzsche advierte que esta pulsión puede tener sus riesgos, pero insiste en que merece la pena arriesgarse, aunque la humanidad corra el peligro de desaparecer. En cualquier caso, siempre es mejor que la humanidad perezca por una pasión que por una debilidad. Una imagen muy extendida de Nietzsche le presenta como un autor crítico y, en esta medida, destructor y radicalmente inmoral. La lectura de Aurora muestra con claridad cómo esta imagen ha de ser sustituida por la de un filósofo totalmente entregado a la pasión del conocimiento y, en esta medida, impulsado por una profunda moralidad que no siempre es entendida: «[…] nosotros, los investigadores, al igual que los conquista- Ressenyes dores, descubridores, navegantes y aventureros, somos de una moralidad temeraria y hemos de soportar que, en conjunto, se nos tenga por malos» (§ 432). El espacio reducido de una recensión no permite analizar minuciosamente los detalles del libro que se está presentado. Pero en ella sí hay lugar para informar al futuro lector de que se va a encontrar con una obra rica de contenidos, y de que adentrarse en sus pensamientos le va a exigir un esfuerzo notable. Nietzsche advierte, en el § 5 del prólogo, que «[…] sólo desea lectores y filólogos perfectos». Esto puede parecer una condición imposible de cumplir, pero ello no ha de preocupar al lector, pues, para lograr la perfección exigida, no es necesario poseer unas virtudes que se sitúen fuera de su alcance. Basta tan solo con no precipitarse, con tener paciencia, con disfrutar de examinar con una lentitud que para algunos podría resultar exasperante cada uno de los pensamientos que contiene el libro: «[…] hay que poder meter y sacar la cabeza de él una y otra vez y no hallar en derredor nada habitual» (§ 454). Nietzsche reconoce, en el último aforismo, que la tarea del saber es infinita, pero ello no debe paralizar la acción, sino que debe servirle de estímulo. Siempre hay que esforzarse en llegar hasta donde uno pueda. En este punto, siempre habrá quien tome el relevo y vaya más lejos aún. Con Aurora Nietzsche llegó muy lejos. Su lectura nos invita a volar todavía más alto. José Ignacio Galparsoro Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea https://doi.org/10.5565/rev/enrahonar.1183