Guerra de Sucesión de Polonia (1733-1738).

Estallido bélico ocurrido en Polonia tras la muerte del rey Augusto II en 1733 y en el que las principales potencias europeas del momento se enfrentaron para colocar a sus respectivos candidatos en el trono polaco.

Antecedentes y conflicto bélico

Desde finales del siglo XVII Polonia era un país con graves problemas tanto económicos, como de población, ya que sufría un fuerte proceso de despoblación y decadencia. Augusto II fue colocado en el trono polaco en el 1697 por Austria y Rusia.

Augusto, contando con la alianza de Rusia y de Dinamarca, atacó las posesiones suecas en el Báltico, pero las tropas de Carlos XII lograron derrotar a los polacos, que tras la victoria impusieron en Varsovia como rey a Estanislao Leczinski en 1704. Sin embargo, Augusto, con la ayuda del zar Pedro I, logró recuperar el trono y expulsar a los suecos del país en 1709. Desde este momento la población polaca se dividió entre partidarios de Augusto, que formaron la Confederación de Sandómezh, y de Estanislao, el cual organizó la Confederación de Tarnogrod. Ambas confederaciones fueron disueltas en 1717 por la intervención del zar ruso.

Carente de recursos naturales, con una población arruinada y muy escasa, y un ejército desmantelado por las medidas adoptadas por el zar de Rusia, Polonia se convirtió en un títere de los intereses de las grandes potencias europeas. Por ello, cuando Augusto II, a cuya política de recuperación se oponían los países vecinos, trató de transmitir la corona a su hijo Augusto III, se encontró con la oposición de las potencias europeas, por lo que ante la oposición de Rusia nombró heredero a Estanislao Leczinski, candidato de Francia y de su aliada España (véase Pacto de familia).

A la muerte del monarca, acaecida en 1733, tanto Francia como Rusia y Austria se enfrentaron de nuevo para colocar a sus respectivos candidatos en el trono, dando así lugar a la Guerra de Sucesión polaca.

La elección de Estanislao desató la Guerra de Sucesión polaca y la intervención de Rusia y de su aliada Prusia en apoyo de Augusto III. Desde 1733 y hasta 1738 los ejércitos de Francia y España se enfrentaron a los de Rusia y Prusia en el territorio polaco, con el consiguiente perjuicio para la ya muy mermada población de Polonia. El resultado de la contienda fue favorable a Rusia que logró, tras la victoria, imponer a su candidato.