Los 20 filósofos de la época medieval más importantes

Los 20 filósofos de la época medieval más importantes

Un repaso a los filósofos más importantes de la Edad Media, así como a sus ideas.

Avicena

Desde que cayera el Imperio Romano en el siglo V hasta que Colón pisó lo que más tarde se conocería como América en 1492, Europa vivió la Edad Media, un período comúnmente conocido por ser oscuro, pobre culturalmente y contrario a la libertad de pensamiento.

Pese a que la creencia común es que se vivió en la más profunda ignorancia, lo cierto es que algo de luz sí hubo. No son pocos los filósofos medievales, tanto cristianos como musulmanes, que aportaron un poco de reflexión y saber en una sociedad bastante inculta.

A continuación vamos a conocer 20 filósofos de la época medieval que, pese a la represión de su tiempo y la persecución religiosa, dieron a conocer qué opinaban sobre el ser humano, Dios y el mundo.

20 filósofos de la época medieval: un resumen de sus ideas

Pese a que la Edad Media fue una época oscura no fueron pocos los hombres (y alguna que otra mujer) quienes reflexionaron sobre la naturaleza del ser humano, su relación con Dios y cómo era el mundo. En toda Europa, norte de África y Oriente Medio filosofar fue un ejercicio común, muchas veces perseguido por las autoridades del momento. Conozcamos a algunos filósofos de estos siglos.

1. San Agustín de Hipona (354 - 430)

San Agustín de Hipona fue una figura muy importante en el pensamiento medieval, pese a que, irónicamente, ni nació ni llegó a vivir en la Edad Media. Sus opiniones han sido fundamentales para la historia de la Cristiandad, especialmente en términos de pensamiento filosófico.

Nació en Tagaste, actualmente Argelia, y durante su vida defendió la idea de que era posible conocer la verdad, algo que chocaba con el pensamiento escéptico extendido a finales de la Edad Antigua.

Los escépticos defendían que se podía dudar absolutamente de todo, pero Agustín de Hipona no opinaba lo mismo. Les dijo que se puede dudar de todo lo que se quiera, en efecto, pero de lo que no se puede dudar es de la propia duda, refutando de esta manera al propio escepticismo y, de forma visionaria, introduciendo la noción cartesiana del “pienso, luego existo”.

San Agustín de Hipona no recibe el apelativo de santo de forma gratuita. Como buen hombre religioso trató el tema de Dios como sinónimo de verdad, además de tratar el concepto de bien como la voluntad del propio Dios.

2. San Isidoro de Sevilla (560 - 636)

Al igual que con San Agustín de Hipona, San Isidoro de Sevilla es otro gran personaje del pensamiento medieval que nació antes del comienzo de la Edad Media. Su filosofía influyó en la visión del mundo que se tuvo durante los siglos posteriores.

Era un gran sabio y prolífico escritor hispanogodo. Anotó la realidad de su tiempo, por lo cual es considerado como uno de los grandes historiadores de la antigua Hispania, antes de la creación del Al-Ándalus y la llegada de sus grandes avances culturales.

San Isidoro habló de muy variados temas, como historia, geografía y astronomía, conocimientos que recopiló en enciclopedias, biografías de personajes ilustres y, como hombre de Dios que fue, habló de liturgia y la Iglesia.

Su obra más conocida es Etimologías, probablemente escrita en 634, en la que plasma todo el conocimiento que conoció y la historia desde los tiempos paganos hasta el siglo VII, cuando el Cristianismo ya estaba iniciando su dominación de Occidente.

Su opinión sobre los judíos era la de que debían dejar de serlo. Conisderaba que la comunidad hebrea de Hispania debía ser convertida al cristianismo, aunque de forma pacífica. Lamentablemente, el rey visigodo del momento, Sisebuto, era más partidario de técnicas menos “amorosas”, algo que siglos después llevarían a la práctica los Reyes Católicos.

3. Juan Escoto Erígena (815 - 877)

Juan Escoto Erígena fue un filósofo de origen irlandés, considerado como el orquestador del primer gran sistema filosófico de la Edad Media. Realizó traducciones de obras de filósofos platónicos al latín.

Su visión del universo era particular, y muy polémica para su tiempo. En su obra De Visione Naturae (865-870) rechaza la idea popularmente extendida en la Cristiandad de que el universo fue creado desde la más absoluta nada

Consideraba que el tiempo y el espacio eran manifestaciones de ideas que debían encontrarse dentro de la perfecta mente de Dios. También sostenía que no debía haber censura por parte de la autoridad, sino que era la autoridad quien debía basarse en la propia razón.

Estas visiones tan polémicas hicieron que su principal obra fuera condenada varios siglos después, y en 1225 acabara siendo pasto de las llamas cuando en el concilio de Sens el papa Honorio III ordenó su quema.

4. Avicena (980 - 1037)

Ibn Sina, latinizado como Avicena, fue un personaje ilustre nacido en Bujara, hoy en día Uzbekistán. Este gran pensador medieval musulmán fue médico, filósofo y científico, considerado como el más grande personaje de la fe islámica, después de Mahoma.

Se cree que escribió más de 300 libros en los que abordó, principalmente, sus dos temas favoritos: medicina y filosofía. Como curiosidad, se le atribuye haber inventado la traqueotomía.

También se le atribuye haber logrado dar a conocer el pensamiento de Aristóteles a la sociedad europea medieval, puesto que con la caída de Roma muchos conocimientos helénicos cayeron en el olvido. No son pocas las obras occidentales que han vuelto a Europa de la mano de grandes pensadores musulmanes, como Avicena o Averroes.

Su pensamiento fue realmente avanzado para su tiempo, dando a conocer una filosofía que influiría en grandes mentes posteriores, como Santo Tomás de Aquino, San Buenaventura de Fidanza y Duns Escoto.

Al igual que pasó con San Agustín de Hipona, Avicena se adelantó a la máxima cartesiana de que pensando se existe. Planteó que saber que uno existe es un conocimiento indudable, pues pensando se existe ya de por sí.

Entre otras temáticas que trató tenemos la alquimia, siendo considerado uno de los mayores alquimistas de su tiempo.

5. San Anselmo de Canterbury (1033 - 1109)

San Anselmo de Canterbury nació en Aosta, Italia. Aunque no nació en el archipiélago británico acabó pasando largo tiempo ahí tras viajar por Europa. En 1070 fue nombrado arzobispo de Canterbury por el rey Gullermo I de Inglaterra, “el Conquistador”

En su filosofía dio a conocer su creencia de que Dios era, sin lugar a dudas, el ser supremo. San Anselmo de Canterbury se dedicó toda su vida a estudiar cuáles eran los atributos de Dios, qué era aquello que lo hacía perfecto.

Para él, no anteponer la fe era presunción, aunque, sin embargo, no apelar a la razón era también una terrible negligencia. Durante toda su vida debatió sobre la relación que debían mantener la fe y la razón, haciéndose más preguntas que hallando respuestas.

Su enseñanza se basó en la meditación, y consideraba que era por medio de este ejercicio que podía justificar la existencia de Dios.

6. Pedro Abelardo (1079 - 1142)

Pedro Abelardo fue un teólogo que acabó siendo una de las más célebres figuras del siglo XII. Como hombre de saber dedicó su vida a la música, la poesía, la enseñanza y el debate.

Trató de conciliar el realismo y el nominalismo y expuso, muy controvertidamente, que la fe estaba limitada por principios de la razón. La mayor parte de su pensamiento se conoce gracias a su autobiografía. Fue monje de la Orden de San Benito.

Por muy monje que fuera, no se salvó de que su filosofía fuera objeto de persecución, censura y destrucción. Uno de sus tratados sobre la Trinidad escrito en 1121 acabó siendo arrojado a las llamas por un concilio católico de la época, que lo consideraba una obra hereje.

7. San Bernardo de Claraval (1090 - 1153)

San Bernardo de Claraval fue un monje francés, conocido no únicamente por su gran influencia dentro de la Iglesia Católica, sino que, además, fue figura clave en la expansión de la arquitectura gótica y haber contribuido a perfilar el canto gregoriano.

8. Hildegarda von Bingen (1098 - 1179)

Hildegarda von Bingen nació en Bermersheim, Alemania en el seno de una familia noble. Al ser la décima hija sus padres la entregaron al monasterio de Disibodenberg al cumplir catorce años. Ese monasterio era masculino, pero aceptaba a un pequeño grupo de reclusas femeninas en una celda anexa bajo la dirección de Jutta de Sponheim.

Hildegarda tuvo visiones que más tarde la propia Iglesia confirmaría que estarían inspiradas por Dios. Eran episodios que este pensador vivía sin perder los sentidos ni sufrir éxtasis. Los describió como una gran luz en la que se presentaban imágenes, formas y vivos colores, acompañados de una voz que explicaba lo que veía y, a veces, con música de fondo.

A pesar de ser joven, las monjas la escogieron como abadesa. Cuando tenía cuarenta y dos años, le sobrevino un episodio de visiones más fuerte, durante el cual recibió la orden de dejar plasmado escrito las visiones que en adelante tuviese. Es a partir de ese momento en el que Hildegarda escribe lo que ve en sus visiones, dando así como resultado la creación de su primer libro Scivias (“Conoce los caminos”), de teología dogmática.

Sus otras dos obras son Liber Vitae Meritorum, que va sobre teología moral, y Liber Divinorum Operum, sobre cosmología, antropología y teodicea. También escribió obras de carácter científico, como Liber Simplicis Medicinae o Physica, sobre las propiedades curativas de plantas y animales desde una perspectiva más holísticas.

Otras de sus obras destacables es la creación de su Lingua ignota, considerada la primera lengua artificial de la historia, por lo cual fue nombrada patrona de los esperantistas, hablantes del idioma auxiliar Esperanto.

9. Pedro Lombardo (1100 - 1160)

Pedro Lombardo es un autor bastante misterioso, puesto que no se conoce casi nada de sus primeros 30 años de existencia. Sin embargo, la obra de Pedro Lombardo sí que es más conocida, teniendo una gran repercusión a lo largo del medievo.

Su obra más conocida es el Libro de Sentencias, el cual fue el texto teológico predilecto en las universidades medievales a partir de 1220. Se trata de una compilación de varios textos bíblicos, que en apariencia pudieran parecer puntos de vista diferentes pero que Lombardo trata y consigue hacer que se reconcilien.

Consideraba que el matrimonio debía ser algo consensual, y que para que fuera perfecto no era necesario consumirlo. Esta visión del matrimonio tuvo repercusión en el pensamiento medieval posterior, siendo esta postura asumida por el papa Alejandro III.

Pedro Lombardo

10. Eloísa del Paráclito (1101 - 1164)

Eloísa del Paráclito llegó a ser abadesa del convento del Paráclito, comunidad monástica campestre fundada en 1131 por el filósofo Pedro Abelardo. Eloísa se retiró en este monasterio después del dramático final de su relación amorosa con el propio Abelardo, quien había sido su maestro.

Su vida fue de los más novelesco, haciendo que sea vista como una especie de figura trascendental para las relaciones amorosos. Su concepción del amor es el propio del amor cortés medieval, muy inspirado en la leyenda celta de Tristán e Isolda. Consideraba que el amor era algo que se debía alimentar con esperas, renunicas por ambos amantes y comprensión mutua.

11. Averroes (1126 - 1198)

Averroes, natalmente conocido como Abū l-WalīdʾAḥmad ibn Muḥammad ibn Rušd es otro de los grandes personajes medievales destacables de tierras musulmanas.

Averroes nació en Al-Ándalus, destacando como gran filósofo y médico, siendo un gran maestro de filosofía, ciencias como matemáticas, medicina y astronomía, además de ser un gran estudioso de la ley islámica. A lo largo de su vida reflexionó sobre cómo el ser humano piensa. Intentó averiguar cómo las personas se formulan verdades universales.

Al igual que con Avicena, Averroes tenía conocimientos de las doctrinas de Aristóteles, basando su filosofía y ciencia en ellas. Analizó la obra aristotélica y contribuyó a definir cuáles eran las diferencias entre el conocimiento propiamente humano de aquel que era propio de Dios.

12. Herrada de Landsberg (1130 - 1195)

Herrada de Landsberg fue una monja del siglo XII y abadesa de la abadía de Hohenburg, en los montes Vosgos. Procedente de una noble familia alsaciana, Herrada tomó los hábitos a temprana edad. En 1167 se convirtió en abadesa y conservó su posición hasta su fallecimiento.

Cerca del 1165 había comenzado el Hortus Deliciarum o El Jardín de las delicias, un compendio de todas las ciencias estudiadas en la época, incluyendo, como cabría esperar, la teología. En esta obra Herrada detalla las batallas entre la virtud y el vicio con imágenes visuales especialmente vívidas que acompañan los textos. Son cerca de 330 ilustraciones de temas teológicos, filosóficos y literarios, algunas con representación histórica, otras representando las experiencias personales de Herrada.

La técnica de sus ilustraciones ha sido muy apreciada en casi todo el mundo del arte, puesto que demuestra una imaginación muy extraña teniendo en cuenta cómo dibujaban otros artistas pictóricos del siglo XII.

13. Guillermina de Bohemia ( 1210-1281 )

Guillermina de Bohemia fue muy controvertida para su tiempo. Afirmó ser, ni más ni menos, que la reencarnación femenina de Dios, e incluso tuvo un grupo de seguidores, los guillerminos partidarios de una paradójica teología de lo femenino y de una santificación absoluta del cuerpo y de la identidad de las mujeres.

14. Roger Bacon (1214 - 1292)

Roger Bacon (que no debe confundirse con Francis Bacon), conocido también como Doctor Mirabilis, ha contribuido destacablemente en la doctrina empirista.

En vida de Bacon la ciencia física tenía como principal problema el partir de los argumentos tradicionales en vez de usar el método experimental aristotélico. Es decir, no se hacían experimentos para expandir el nuevo conocimiento o refutar una teoría anterior, sino que se daba por supuesto que lo que ya se conocía era lo que mejor describía la realidad.

Cabe decir que Roger Bacon fue un personaje conflictivo, sin reparos en atacar a aquellas personas que no opinaban como él. Además criticó seriamente las inmoralidades y la hipocresía del clero medieval.

En la época medieval ser crítico con la Iglesia Católica era motivo suficiente para ser encarcelado, en el caso de Bacon por la orden franciscana. Fue aislado en un monasterio por unos diez años, solo pudiéndose comunicar con el exterior mediante cartas y con el permiso de quienes lo mantenían enclaustrado.

La Iglesia no le sentó bien lo de que le hiciera ver qué es lo que hacía mal, así que acabó siendo acusado de brujería. Esta acusación sería alimentada por el hecho de que Bacon había investigado sobre la alquimia árabe.

En sus obras pidió reformas de los estudios teológicos, pidiendo que se diera menor importancia a cuestiones filosóficas menos trascendentales y optar por centrar el foco en la Biblia, además de aprender las lenguas en las que originalmente fue escrita.

Su interés en el latín, el griego y el arameo se debía a que en aquella época era muy difícil encontrar intérpretes en estas lenguas. Los teólogos no sabían leer textos sagrados en su lenguaje original, haciendo que se perdiera mucho significado de traducción en traducción.

15. San Buenaventura de Fidanza (1221 - 1274)

San Buenaventura de Fidanza consideraba que el aspecto fundamental de la vida religiosa era la oración. De la misma manera que opinaba San Pablo, sólo el Espíritu de Dios podía penetrar en el corazón de los creyentes, y para ello debían orar.

San Buenaventura de Fidanza fue fiel defensor de la doctrina franciscana, lo cual le supuso algunos problemas cuando estaba viviendo en París, dado que en su época surgió un movimiento universitario muy contrario a la visión que tenían los hijos de San Francisco con respecto a la fe y al mundo.

San Buenaventura de Fidanza

16. Tomás de Aquino (1225 - 1274)

Tomás de Aquino es, sin lugar a dudas, uno de los más grandes representantes del pensamiento occidental, de los más destacables representantes de la escolástica. Fue teólogo, metafísico y uno de los primeros filósofos que combinó el pensamiento de Aristóteles con la fe cristiana.

Tomás de Aquino consideraba que la razón humana era muy limitada y que, teniendo en cuenta esto, difícilmente se podría lograr a conocer a Dios en su plenitud. No obstante, esto no quería decir que por medio de la filosofía no se pudieran conocer los conocimientos verdaderos.

Tomás de Aquino trató de demostrar la existencia de Dios por medio de un sistema del que hablaba de cinco vías. Su compleja teoría parte de lo más simple, que eran los movimientos de los objetos, cuáles eran sus causas, hasta llegar a la vía más elevada, que era el orden.

17. Ramon Llull (1232 - 1316)

Ramon Llull es otro filósofo franciscano, nacido en la isla de Mallorca. Su principal mérito el incorporar el pensamiento moral propio de la caballería en el mundo de la filosofía y la teología. Defendía el pensamiento místico y estaba en contra del racionalismo. Defendió la doctrina de la Inmaculada Concepción de María, visión contraria a la de Tomás de Aquino.

Aunque trató de expandir la fe cristiana en tierras musulmanas, tenía un gran interés en la fe islámica. Incluso utilizó las doctrinas del Corán para escribir una de sus principales obras “El Llibre d’amic e amat”, un libro en el que se explica la relación entre el creyente y Dios como la de un amante para con su amado, con una metáfora filosófica para cada día del año.

Defendió la conversión de los infieles musulmanes al cristianismo mediante vías pacíficas, como el cariño, el amor y sin ninguna acción violenta ni imposición religiosa.

18. Guillermo Ockham (1285 - 1347)

Guillermo Ockham dedicó su vida a vivir en la pobreza extrema. Trató de estudiar si la Santa Sede aplicaba la doctrina de la pobreza que, supuestamente, defendía, con lo cual acabó siendo perseguido. Llegó a acusar al papa Juan Pablo XXII de hereje.

Su filosofía ha sido muy importante para el pensamiento occidental, no únicamente durante la época medieval, sino que también ha llegado a ejercer su influencia hasta nuestros días. De hecho, su pensamiento es la base de la creación de las modernas constituciones de muchas naciones democráticas.

19. Catalina de Siena ( 1347-1380 )

Catalina de Siena es otra de las grandes filósofas de la Edad Media. Catalina tuvo una experiencia visionaria decisiva, apareciéndole Jesús quien en su visión se extraía el corazón y se lo intercambiaba con el de la filósofa. El amor a Dios es para Catalina de Siena un sentimiento alegre y una gran estímulo para actuar. Catalina llevó adelante su misión partiendo de bases culturales enriquecidas con el tiempo pese a ser bastante pobres.

20. Erasmo de Róterdam (1466 - 1536)

Erasmo de Róterdam fue un filósofo humanista, filólogo y teólogo nacido en los Países Bajos. Quería, por medio de las oportunidades que ofrecían las universidades, transmitir sus controversiales ideas sobre el catolicismo, además de pedir a la Santa Sede que permitiera una mayor libertad de pensamiento.

La Iglesia Católica se había quedado paralizada en un pensamiento propio de muchos siglos anteriores y, como el Renacimiento estaba a la vuelta de la esquina, había llegado el momento perfecto para abrirse un poco de mente, dando paso a grandes avances científicos y religiosos.

Erasmo de Róterdam consideraba que la teología debía ser la herramienta que permitiera descubrir a Cristo, siendo crítico con la escolástica tradicional. Veía en la escolástica del momento un conjunto de discusiones huecas de significado que no sirven de nada para hacer que un hombre se acerque a la fe. Para él el evangelio debía ser accesible a todas las personas y en todas las lenguas, y no en el infumable latín de la época que ni los curas entendían.

Referencias bibliográficas:

  • Chávez, P. (2004). Historia de las doctrinas filosóficas. Universidad Nacional Autónoma de México: México.
  • Leaman, O. (1988). Averroes and his Philosophy. Routledge: USA.
  • Copleston, F. (1960). Santo Tomás de Aquino. Historia de la filosofía Tomo II. Recuperado 27 de juliode 2019. Disponible en https://s3.amazonaws.com/academia.edu.documents/33784667/2_Copleston-Tomas.pdf?AWSAccessKeyId=AKIAIWOWYYGZ2Y53UL3A&Expires=1522832718&Signature=aiA9XmknZWf1QycxeUsnYwFi54A%3D&response-content-disposition=inline%3B%20filename%3D2_Copleston-Tomas.pdf

Graduado en Psicología con mención en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona. Postgrado de Actualización de Psicopatología Clínica en la UB.

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