25/11/2022 - El segundo largometraje de Andrea Magnani es un cuento tan extraño que puede llegar a enajenar al espectador

A medio camino entre Forrest Gump y Pinocho, muy extraña y definitivamente singular dentro del panorama cinematográfico italiano reciente. Así es como podríamos resumir La lunga corsa [+lee también:
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ficha de la película], de Andrea Magnani, que ha tenido su estreno mundial en la competición principal del Festival Black Nights de Tallin.

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ficha de la película], el director ha decidido contar una historia que se desarrolla casi exclusivamente en una cárcel de mujeres dejada de la mano de Dios. El joven Giacinto (interpretado por Adriano Tardiolo, conocido por Lazzaro Feliz [+lee también:
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ficha de la película]), hijo de dos reclusos, nació y se crio en este centro penitenciario. Tiene buen corazón, pero es demasiado ingenuo para este ambiente, donde pasa la mayor parte de su vida. Jack, el único guardia masculino de la prisión (Giovanni Calcagno), se convierte casi de inmediato en una figura paterna para él, dispuesto a sustituir a los ausentes y aprovechados padres de Giacinto (Aylin Prandi y Stefano Cassetti). En su segundo papel importante en la gran pantalla, Tardiolo vuelve a recibir la tarea de interpretar a un personaje que se siente como "pez fuera del agua". Por su parte, Calcagno retrata con gran solvencia a un hombre de ley, estricto pero afectuoso.

También asistimos a un desfile de personajes surrealistas, cada uno dotado de un perfil de cuento de los hermanos Grimm: entre estos, destacan la directora de la prisión (Barbora Bobulova), su enigmático padre, que fue director antes que ella (Orest Syrvatka), el sacerdote Aldo (Gianluca Gobbi) y una reclusa anciana con un ojo de cristal (Nina Naboka). El efecto alienante de la película se ve reforzado por las interpretaciones de algunos actores ucranianos, ya que casi todos hablan en italiano.

El mundo que construye Magnani, tanto dentro como fuera de la prisión, es evidentemente imaginativo. Pronto nos damos cuenta de que, a pesar de que la trama sugiere que la historia está ambientada en Italia, los rostros de los figurantes, los coches, ciertos elementos de atrezzo, el paisaje que los rodea y otros aspectos de la obra proceden de "otro lugar" extranjero (claramente de Europa del Este), potenciando la sensación de estar en un "no lugar" de habla italiana.

En general, La lunga corsa es un intento aceptable de producir un tipo diferente de película italiana, pero ciertas decisiones de dirección, como llevar los aspectos fantásticos y surrealistas de la película todavía más lejos, o mejorar los tiempos cómicos en algunas de las secuencias más agitadas de la película, podrían haber dado lugar a un resultado final más pulido. Este defecto es especialmente visible en una de las escenas iniciales, en la que el padre de Giacinto protagoniza un torpe intento de escapar de la prisión.

Aun así, el largometraje de Magnani podría atraer a un público amplio y mucho más joven, gracias a su estructura narrativa lineal, los conflictos claros y bien definidos entre las prisioneras y los guardias, la relación turbulenta pero cálida entre Jack y Giacinto, y el viaje de crecimiento en el que se embarca este último, que adopta una forma un tanto tradicional en términos de desarrollo y resolución, pero que, a pesar de todo, parece encajar perfectamente con el lenguaje cinematográfico accesible elegido por Magnani.

Desde el punto de vista técnico, la banda sonora de Fabrizio Mancinelli resulta especialmente eficaz, ofreciendo una mezcla sorprendentemente única de voces y ruido ambiente.

La lunga corsa es una coproducción entre Italia y Ucrania, producida por Bartlebyfilm, Pilgrim Film y Fresh Production Group. La británica Reason8 se encarga de las ventas internacionales.

(Traducción del italiano)