Anna Ajmátova, que nació como Anna Andreyevna Gorenko, en Odessa, el 13 de junio de 1889 y murió el 5 de marzo de 1966, fue una poeta rusa.
Fue integrante de una familia de la nobleza. Sus padres se separaron cuando era niña. Estudió abogacía, historia y literatura.
Se casó con el poeta Nikolái Gumiliov, figura principal del acmeísmo (corriente literaria opuesta al simbolismo), con el que tuvo un hijo, Lev Gumiliov, futuro destacado arqueólogo, historiador, filósofo y escritor.
Unos años después, se separó de Nikolái y volvió a casarse, esta vez, con Vladimir Shilenko, un reconocido asiriólogo.
Se separó del asiriólogo y se casó con el historiador Nikolái Punin.
Después de la revolución de 1917, su primer marido, el poeta, fue declarado conspirador contra el régimen y lo fusilaron. A su tercer marido lo metieron en un campo de concentración, donde murió.
Anna fue acusada de traición y se prohibieron sus poemas. Considerada una opositora pasiva, no se la encerró. Sí a Lev, su hijo, al que apresaron varias veces (el más prolongado encierro fue en Archipiélago Gulag, del que después de varios años fue liberado por la presión de científicos y literatos de todo el mundo).
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Anna se ganó la vida haciendo traducciones y publicando algunos ensayos.
En los años en que su hijo estuvo preso escribió uno de sus libros más importantes Réquiem, recién publicado en 1963, en Múnich.
Réquiem es un testimonio sobre la Unión Soviética estalinista, en la que el que no estaba muerto, pasaba de un campo de concentración a otro.
Las poesías de Ajmátova están escritas en un lenguaje claro, mostrando lo real y dejando de lado lo superfluo y efímero. Como su primer marido, ella fue una de las máximas representantes del acmeísmo.
Libros iniciales como Tarde y Rosario, le dieron rápida fama. Son libros en los que predominan la soledad y el amor en parejas que se aman, comienzan a odiarse y acaban en la destrucción.
Además de Réquiem, su extenso Poema sin héroe es una de sus mejores obras.
El mérito mayor que tuvo como poeta fue su capacidad para transmitir emociones y su para describir lo terrible de los años en los que le tocó vivir.
Por otra parte, su fuerte personalidad y su característica físicas que impresionaban de inmediato a los hombres, atrayéndolos, la hicieron modelo de Modigliani y Natan Altman, entre otros.
