Crisis de angustia: síntomas, causas y tratamiento

Crisis de angustia: síntomas, causas y tratamiento

Un concepto de la psicología clínica y vinculado a los trastornos de ansiedad.

Crisis de angustia
Una alteración asociada a la ansiedad.Unsplash.

Los trastornos de ansiedad son de los trastornos mentales más prevalentes en la sociedad a nivel mundial. Éstos son de diferentes tipos, y pueden llegar a incapacitar de forma importante la vida de la persona que los padece.

En este artículo hablaremos de las crisis de angustia o ataques de pánico, muy comunes en los diferentes trastornos de ansiedad. Actualmente, en el DSM-5, se consideran un especificador de cualquier otro trastorno. Se definen como la aparición súbita de miedo o malestar intenso, que alcanza su máxima expresión en minutos

Crisis de angustia: características

Las crisis de angustia, también llamadas crisis de pánico o ataques de pánico o de angustia, están recogidas en el DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders). El DSM-5 incluye las crisis de angustia como un especificador de cualquier otro trastorno, y no tanto como un trastorno en sí (en el DSM-IV-TR sí que se consideraba la crisis de angustia como un “trastorno” independiente, el llamado trastorno de pánico o panic attack).

Por otro lado, la CIE-10 (Clasificación Internacional de Enfermedades) requiere, para diagnosticar una crisis de angustia, que al menos uno de los síntomas sea: palpitaciones, temblores, boca seca o sudoración.

Síntomas

El DSM-5 define la crisis de angustia como la aparición súbita de miedo o malestar intenso, que alcanza su máxima expresión en minutos. Durante este tiempo, se producen 4 (o más) de los siguientes síntomas:

  • Palpitaciones, golpeteo del corazón o aceleración de la frecuencia cardíaca.
  • Sudoración.
  • Temblor o sacudidas.
  • Sensación de dificultad para respirar o de asfixia.
  • Sensación de ahogo.
  • Dolor o molestias en el tórax.
  • Náuseas o malestar abdominal.
  • Sensación de mareo, inestabilidad, aturdimiento o desmayo.
  • Escalofríos o sensación de calor.
  • Parestesias (sensación de entumecimiento o de hormigueos).
  • Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (separarse de uno mismo).
  • Miedo a perder el control o de “volverse loco”.
  • Miedo a morir.

Por otro lado, los síntomas somáticos más frecuentes en las crisis de angustia son: en primer lugar las palpitaciones, seguidas de vértigos-mareos y temblores (son comunes tanto en niños como en adultos).

Los niños, a diferencia de los adultos, presentan en menor medida síntomas cognitivos (miedo a volverse loco/a, por ejemplo).

Tipos de ataques de pánico

La aparición súbita del miedo o malestar se puede producir desde un estado de calma o, por contra, desde un estado de ansiedad. Por otro lado, los ataques de pánico son muy comunes en los diferentes trastornos de ansiedad.

Según el DSM, es posible diagnosticar un ataque de pánico en ausencia de miedo o ansiedad, lo que se define como “crisis de pánico cognitivas o alexitímicas”.

Los ataques que no llegan a presentar los 4 síntomas se denominan “crisis asintomáticas limitadas”.

Diferencias en población clínica y no clínica

Se sabe que los ataques de pánico se dan también en población no clínica (sin trastorno mental), además de en población clínica (con trastorno mental). Dichos ataques se parecen en la vivencia similar fisiológica, en que se dan en momentos de estrés y en que existe una historia familiar similar de ataques de pánico.

En cuanto a las diferencias, encontramos que:

  • Los pacientes clínicos presentan ataques de tipo inesperado, mientras que los no clínicos los sufren más en situaciones de tipo social (evaluativas).
  • Los pacientes clínicos expresan cogniciones más catastrofistas.

Causas

Encontramos diferentes tipos de causas a las que se han hecho referencia para intentar explicar la aparición de las crisis de angustia. Estas son, a grandes rasgos, de 3 tipos (aunque en la mayoría de los casos existe una interacción entre varias de ellas que acaban originando el trastorno).

1. Biológicas

Las hipótesis biológicos aluden a cierta predisposición a los trastornos de ansiedad, así como a aspectos neurobiológicos (alteraciones del GABA, hiperactividad del locus coeruleus, hipersensibilidad de los receptores de serotonina, etc.), aspectos neuroendocrinos y psicofisiológicos.

2. Aprendizaje

Las teorías del aprendizaje hacen referencia al condicionamiento clásico, al modelo bifactorial de Mowrer (que incluye condicionamiento operante y clásico como originadores y mantenedores de la ansiedad), a la ley de la incubación de Eysenck y a la teoría de la preparación de Seligman.

3. Cognición

Los modelos cognitivos aluden a aspectos más relacionados con cómo procesamos la información, haciendo referencia por ejemplo a redes o estructuras cerebrales de “miedo” y a una selectividad para atender a estímulos aversivos, entre otras.

Tratamiento

El trastorno de elección para tratar el trastorno de pánico o las crisis de angustia, es un tratamiento multicomponente cognitivo-conductual, que incluye entre sus componentes:

Por otro lado, se consideran tratamientos con buena eficacia: el tratamiento del control de pánico de Barlow, y la terapia cognitiva de Clark.

Como tratamientos ligeramente menos eficaces, encontramos:

  • La relajación aplicada de Öst.
  • La terapia de exposición.
  • La farmacoterapia (ISRS).

Finalmente, en fase experimental, existen tres tipos de tratamientos con datos favorecedores para tratar las crisis de angustia:

  • El tratamiento de exposición a través de realidad virtual (para el trastorno de angustia con agorafobia)
  • La terapia intensiva focalizada en las sensaciones (de Baker Morissette)
  • La terapia cognitivo-conductual incrementada para el pánico (de Levitt)

Referencias bibliográficas:

  • OMS (2000). CIE-10. Clasificación internacional de enfermedades, décima edición. Madrid. Panamericana.
  • Caballo (2002). Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos psicológicos. Vol. 1 y 2. Madrid. Siglo XXI
  • Belloch, A.; Sandín, B. Y Ramos, F. (2010). Manual de Psicopatología. Volumen I y II. Madrid: McGraw-Hill.
  • American Psychiatric Association –APA- (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Madrid: Panamericana.

Graduada en Psicología por la Universitat de Barcelona, con Máster en Psicopatología Clínica Infantojuvenil por la Universitat Autònoma de Barcelona. Especializada en Trastornos del Neurodesarrollo. Actualmente trabaja como Psicóloga infantil en la Associació Catalana del Síndrome X Frágil. Autora del libro "Vivir de memoria" (Editorial Círculo Rojo, 2018). Aficionada del deporte y la lectura.

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