¿Crisis matrimonial? Cate Blanchett viajó a Italia sin su marido y sin su anillo de bodas

Luego de 26 años de matrimonio, ¿llegó el fin del amor para Cate Blanchett y Andrew Upton? Las alarmas sobre una posible crisis matrimonial entre la actriz y el dramaturgo se encendieron el fin de semana cuando ella fue vista en uno de los desfiles más exclusivos de La Semana de la Moda de Milán con dos de sus cuatro hijos. Además de la ausencia de Upton, un detalle llamó la atención: en su mano faltaba su anillo de bodas.

Según publicó la revista HOLA!, la ganadora de dos premios Oscar por sus trabajos en Blue Jazmine y El aviador voló hasta Italia para acudir, como una de las grandes figuras invitadas, al desfile otoño-invierno de Giorgio Armani.

La estrella de Hollywood, quien eligió para la ocasión lucir un traje de terciopelo color petróleo y una camisa blanca, disfrutó de cada uno de los diseños de la firma sentada en la primera fila. Junto a ella se acomodaron Edith Vivian Upton, de ocho años y Roman Robert, de 19 años. Además de la pequeña Edith -a la que la pareja adoptó cuando todavía era un bebé- y Roman Robert, Blanchett y Upton son padres de Dashiell John, de 22 años y de Ignatius Martin, de 15.

Los rumores sobre una posible crisis entre las figuras australianas comenzaron a circular durante los últimos meses. Es que, además de no lucir el anillo de casada, a Blanchett no se la ve en público junto a su marido desde hace meses. La última vez fue en agosto del año pasado durante unas vacaciones familiares en Ibiza. A los Premios Bafta, por ejemplo, llegó sola y se ocupó de hacerle compañía al príncipe William. Es que Kate Middleton, la princesa de Gales, estaba internada luego de una operación abdominal.

Pero, además, otro dato mueve todavía más el avispero de la especulación: la pareja puso a la venta, según la publicación, su mansión de Melbourne por 2,27 millones de euros. Si bien siempre mantuvieron su vida privada lejos de los flashes, será cuestión de tiempo saber si continúa o no el amor.

Del rechazo a una inolvidable partida de póker

La historia entre Blanchett y Upton no incluye un flechazo o una presentación exitosa. Es más, la primera vez que la pareja se cruzó el rechazo fue inmediato. La actriz conoció al dramaturgo en 1996 en el rodaje de una serie. En aquel momento, ambos tenían sus respectivas parejas. Pero además, la química entre ellos no fue la mejor: discutieron durante todo el proyecto. “Me parecía una persona extremadamente arrogante”, confesó la protagonista de Tár. A Upton, por su parte, le irritaba la conducta de la actriz.

El tiempo logró lavar aquella primera impresión y, ya solteros, comenzaron a conocerse más. Fue durante una cita cuando descubrieron la gran cantidad de cosas que tenían en común, entre ellas, su pasión por el teatro. En cuanto al primer beso, no llegó en uno de sus encuentros a solas sino en una reunión con amigos en la que estaban jugando al póker. Según el recuerdo de Blanchett, el escritor estaba inventando una historia acerca de lo mucho que le atraía una amiga de Cate, hasta que la miró y le dio un beso que sorprendió a todos, incluso a Blanchett. Desde ese momento, no se separaron más. El frenesí fue tan innegable, que luego de tres semanas de citas Upton le propuso matrimonio con la misma espontaneidad con la que la besó por primera vez.

La pareja se casó poco antes de Año Nuevo, el 29 de diciembre de 1997. En 2001, le dieron la bienvenida a su primer hijo, Dashiell John; en 2004 nació Roman Robert y cuatro años después llegó Ignatius Martin a su vidas. En 2015 adoptaron a su hija, Edith Vivian Patricia. “Ella fue una bendición para nosotros”, expresó Blanchett, quien había querido adoptar desde que tuvo a su primer hijo con Upton.

“Lo nuestro es como un affaire, un romance, un amor apasionado”, manifestó en una ocasión Blanchett sobre su matrimonio, uno que siempre resguardó de la prensa. Para promocionar sus trabajos, la actriz es toda una profesional y asiste a numerosos eventos. Sin embargo, cuando se trata de su familia, sabe escindirse y no exponerse ante los flashes.