Anastasia Nikoláyevna Románova

Anastasia Nikoláyevna Románova
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Gran Duquesa de Rusia
Anastasia Nikoláyevna Románova.jpg
Nombre real Anastasia Nicolaeivna Romanov-Oldenburg-Holstein-Gottorp y von Hessen
Nacimiento 18 de junio de 1901.
Peterhof, Bandera de Rusia Rusia
Fallecimiento 17 de julio de 1918
Ekaterimburgo, Bandera de Rusia Rusia
Entierro Fortaleza de San Pedro y San Pablo, San Petersburgo, Bandera de Rusia Rusia
Dinastía Romanov
Padre Nicolás II de Rusia
Madre Alejandra Fiódorovna Románova


Gran Duquesa Anastasia de Rusia o Anastasia Nikoláyevna Románova (en ruso: Вели́кая княжна́ Анастаси́я Никола́евна) (18 de junio de 1901/5 de junio según el calendario juliano - 17 de julio de 1918), fue la hija más joven del emperador Nicolás II, el último zar de la Rusia Imperial, y de su esposa Alejandra Fiódorovna. Anastasia fue la hermana menor de la Gran Duquesa Olga, la Gran Duquesa Tatiana y la Gran Duquesa María, y la hermana mayor de Alexis Nikoláyevich Románov, de Rusia. Los rumores de que Anastasia sobrevivió son persistentes desde 1918. Muchas mujeres a lo largo del siglo XX han afirmado ser la Gran Duquesa Anastasia, la más famosa de las cuales fue Anna Anderson, cuyo cuerpo fue incinerado tras su muerte, acaecida en 1984. A pesar del apoyo que prestaron a Anderson muchas personas que habían conocido a Anastasia, las pruebas de zarévich ADN de Anderson en su pañuelo y pelo revelaron que no tenía ningún parentesco con la Gran Duquesa.

Síntesis biográfica

Era la pequeña de las cuatro hijas del Zar y era muy conocida por ser quien cuidaba constantemente de su hermano el Zarevich Alexis, el pequeño de la familia. Anastasia se crió junto a sus otras tres hermanas: Gran Duquesa Olga, Gran Duquesa Maria y Gran Duquesa Tatiana. Junto a ella siempre su adorado hermano Alexis de dos años menor que ella. Vivió alrededor de una corte sublime, pomposa y elegante.

Pero a Anastasia de carácter algo reservado, disfrutaba de realizar actividades lúdicas como también tenía entre sus aficiones, salir al campo, practicar tenis, jugar con sus hermanas o escuchando a su abuela paterna, la zarina Maria de Dinamarca que disfrutaba de contar miles de historias y cuentos infantiles. Sabemos que també asistió a actos protocolarios como las fiestas de Navidad o de Pascua de Resurrección. No hay muchos datos de la joven Anastasia desde su nacimiento hasta el final de sus días.

La posible Anastasia

Nadie supo quien fue realmente Anna Anderson. Pero había gente que quería comprender y quería aceptar la posibilidad de que aquella historia fuera real y que la joven Anastasia se salvara de aquella masacre. El parecido físico con la auténtica gran duquesa hizo que la gente que la había conocido o tratado cuando era joven se alarmara y pretendiera aceptarla como tal. Por entonces, nadie podía entender como podía tener tantos recuerdos de la familia imperial si no hubiera sido la auténtica. Incluso su abuela paterna, recluida en un castillo en Dinamarca donde pasó su reclusión tras las muertes de su familia, la reconoció antes de su fallecimiento en octubre de 1928 como tal después de un tiempo en que le inundaban las dudas de la identidad de aquella joven.

Anna Anderson no tuvo una existencia fácil y durante su vida tuvo que asistir varias veces ante los tribunales como en 1938 cuando se presentó ante la corte alemana para probar que realmente era quien decía. Su último marido el norteamericano John “Jack” Manahan de unos viente años más joven que ella y con quien se casaría cuando Anna tenía la edad de 67 años de edad. El suceso fue en Charlotteville en el año 1968 y donde viviría recluida de los medios de comunicación. Durante el resto de su vida tuvo que admitir y probar de diferentes maneras que ella era Anastasia Romanov. Murió en Klostersee (Alemania) en 1984 a la edad de 83 años a causa de una neumonía. Según dicen fue encinerada por deseo propio.

Después de morir, Anna Anderson, se empezó a investigar la posibilidad científica de que ella fuera la autentica hija del zar Nicolás II. Un grupo de científicos, espeólogos, geólogos, genéticos y otros expertos de la medicina hallaron los restos de la familia imperial en 1991. En 1998 y gracias a las pruebas demostradas con el ADN se supo que todos los cadáveres encontrados pertenecían a la familia imperial. Los siete componentes eran sin dudarlo, el Zar Nicolás II, su esposa y todos sus hijos. Para la confirmación pidieron muestras de ADN a diferentes miembros de la realeza europea más cercana a los Romanov, a miembros de las casas reales danesa, británica y a la griega Se cree que también a los duques alemanes de Essen.

Los análisis y muestras de ADN de Anna Anderson que pudieron ser rescatados, grácias a una prueba que se le hicieron en vida durante una operación en 1979 en el Hospital Martha Jefferson, fueron comprobados y la resolución demostró que aquella mujer que en los años 20 y hasta el final de su vida defendía su identidad como Anastasia Romanov, no era la auténtica. Mucha gente había creído en su palabra pero también hubo gente que nunca la creyó.

Ahora descansa bajo una lápida que dice: Anastasia Manahan 1901-1984. Su genética fue comparada con las familias de una lista de desaparecidos entre 1918 y 1920 y se halló que Ana Anderson no era quien decía y que su auténtica identidad era otra. Su nombre bautismal era el de Franziska Schanzkowska, nacida en Pomerania (Polonia) el 16 de diciembre de 1896 y desaparecida en marzo de 1920, perdió la memoria cuando trabajaba en una fabrica de Berlin y al encontrarla cerca de un puente de aquella ciudad, asumió los relatos de Anastasia que su marido le contara como si fuera de su propia vida. Estuvo casada con el soldado Tschaikovsky (ruso-polaco) que estuvo presente en la matanza a los Romanov en 1918.

Muerte

Corría el año de 1917. Rusia, era un polvorín. Tomaron prisioneros al Zar Nicolás II, a su esposa Alejandra Fiódorovna, y a sus cinco hijos Olga, Tatiana, María y al malogrado zarévich de Rusia, Alexis. La noche del 17 de Julio de 1918 fueron despertados en el medio de la noche. Fueron conducidos a un sótano, así, la familia real, y un reducido círculo de sirvientes y ayudantes (el doctor Sergéi Botkin, la doncella Ana Demídova, el cocinero Iván Jaritonov, el lacayo Alekséi Trupp y un perro) fueron llevados a uno de los sótanos de la casa. Ese fue el fin.

Véase también

Enlaces externos

Fuentes