Princesa Ana: lo que no sabes sobre la hija favorita del duque de Edimburgo

El cumpleaños 71 de la princesa Ana seguramente será uno de los más difíciles para la royal pues es el primero de sus aniversarios de vida que pasa sin su padre, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo. Fueron siete décadas en las que cada 15 de agosto la única hija de la reina Isabel II contó con la presencia de su gran hombre. 

A los 99 años de edad, Felipe de Edimburgo partió de este mundo dejando un gran vacío en toda la Familia Real Británica, después de luchar durante sus últimas semanas de vida con problemas de salud relacionados con su avanzada edad. Es un secreto a voces que la princesa Ana era la favorita del duque de entre sus cuatro hijos. 

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Durante toda su vida adulta, Ana de Inglaterra se ha dedicado con pasión a cumplir sus deberes reales y ha demostrado en todo momento su fuerte compromiso que representa su madre, Isabel II del Reino Unido y el resto de su estirpe. Es una de los rostros más vistos en los eventos oficiales de la agenda real, incluso por encima de otros miembros como su hermano Carlos de Gales. 

Ahora que a su sobrino, el príncipe Harry, se le han retirado algunos de sus cargos dentro de la milicia real, será la princesa Ana quien tome esas responsabilidades y esta noticia ha sido tomada con agrado de parte de las filas de militantes, pues saben de la responsabilidad de Su Alteza Real. Es una mujer admirada dentro de su institución. 

Ella fue la primera miembro de la realeza británica que solicitó que a sus descendientes no se les otorgara un título y que no recibieran un trato de príncipes, para que así pudieran llevar una vida lo más normal posible. Además, la Ana del Reino Unido se toma muy en serio el cumplimiento de su agenda, la cual no se puede ver aplazada en momento alguno. Sus allegados aseguran que no se toma descansos y que a veces agota a su personal. 

A la princesa Ana le gusta hacer la cosas ella misma

El séquito que acompaña a la hija favorita del duque de Edimburgo, de hecho, es pequeño; por ejemplo, no cuenta con estilistas, peluqueros o maquillistas, y ella misma puede colocarse y ajustarse las tiaras reales que llega a utilizar. Aunque, por otro lado, algunas situaciones pueden lograr que sus nervios se alteren y se salga de control un poco, como en la ocasión que intentaron secuestrarla, asunto que no es para menos. 

De su padre heredó el amor por los caballos. Esta es una afición que comparte con muchos miembros de la familia real, incluida su madre la reina Isabel II y su hija Zara Tindall. Su pasión por la vida ecuestre es tal que en alguna ocasión su padre dijo para referirse a ella que si algo "no se tiraba gases o comía heno, ella no estaría interesada". 

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De su madre, por otro lado, parece haber heredado esa actitud incansable y dinámica, pues ninguna parece dar un paso en reversa cuando se trata de cumplir con su deber con el pueblo británico. La jubilación no es una palabra que esté pasando por sus mentes. La princesa Ana del Reino Unido seguirá presente en los tabloides por un buen rato