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Reino Unido

Reina Camila: de 'madrastra' malvada a pilar sobre el que hoy descansa la monarqu�a brit�nica

El c�ncer de Carlos III y Kate Middleton, y el trabajo 'a medio gas' del pr�ncipe Guillermo para acompa�ar a su mujer, han dejado a la Consorte al frente de la instituci�n. Y su labor est� disparando su popularidad

La Reina Camila en el hip�dromo de Cheltenham, Gloucestershire, el pasado 13 de marzo
La Reina Camila en el hip�dromo de Cheltenham, Gloucestershire, el pasado 13 de marzoGtres
Actualizado

Fue una de las �ltimas decisiones que tom� Isabel II pocos meses antes de su muerte: "Cuando Carlos se convierta en rey, Camila ser� reina". La reverenciada soberana que ocup� el trono del Reino Unido siete d�cadas zanj� de este modo en febrero de 2022 los rumores y el deseo de parte de la opini�n p�blica brit�nica de que la mujer de su Heredero nunca fuera reconocida m�s que princesa. Se impuso, sin embargo, la tradici�n y la cordura. Isabel II, adem�s, a esas alturas no s�lo sent�a aprecio personal por su nuera -sabido es que no siempre hab�a sido as�-, sino que valoraba lo que representaba para su hijo y el empe�o y rigor con el que remaba en favor de la instituci�n.

Dicho y hecho. El deseo de Isabel II se cumpli�. Y Camila fue coronada en la pomposa ceremonia de investidura de Carlos III el pasado mayo en Westminster no como reina consorte, sino como reina, a secas, que es su t�tulo oficial. Nadie pod�a imaginar ese d�a que precisamente sobre los hombros de esta mujer de 76 a�os iba a recaer el mayor peso de la Corona en este annus horribilis de 2024.

Y es que, desde que se conoci� que el monarca padece c�ncer y que su tratamiento le impide desarrollar agenda oficial p�blica, ha sido la reina Camila quien ha protagonizado los actos m�s importantes de la Monarqu�a brit�nica. Durante semanas, el pr�ncipe Guillermo fue muy criticado por el hecho de que no fuera �l quien asumiera una agenda de mayor envergadura en ausencia de su padre, que evitara la sensaci�n de trono vacante. El conmovedor e impactante anuncio el pasado viernes de Kate Middleton de que ella tambi�n tiene c�ncer y que ha comenzado un tratamiento preventivo de quimioterapia, hizo entender el por qu� del perfil tan bajo del pr�ncipe Guillermo todas estas semanas.

La Reina Camilla durante su visita a Irlanda del Norte el pasado 21 de marzo
La Reina Camilla durante su visita a Irlanda del Norte el pasado 21 de marzoGtres

Camila, pues, es no s�lo quien m�s actos institucionales est� desarrollando, sino tambi�n la que asume aqu�llos que por su relieve le corresponder�an directamente al rey. Fue ella, por ejemplo, quien llev� la batuta de los compromisos con motivo del D�a de la Commonwealth, el 12 de marzo, una de las fechas m�s se�aladas en el calendario de la Corona. Si bien Guillermo la secund� durante el servicio interreligioso en la Abad�a de Westminster, la reina, ya en solitario, presidi� la recepci�n para las autoridades de la cincuentena de pa�ses de la Mancomunidad y el resto de invitados en Marlborough House. Tambi�n ella fue la anfitriona por la misa de acci�n de gracias por el rey Constantino. O, anteayer, Camila llev� a cabo el tradicional reparto de regalos de Jueves Santo en nombre de rey en la ceremonia tradicional en la catedral de Worcester con la que siempre se inicia la Pascua en Reino Unido. La Royal Maundy Thursday es una cita centenaria, de enorme tradici�n, que Isabel II apenas se perdi� cuatro veces en todo su reinado.

Tampoco ha dejado estas semanas Camila de acudir a actos en las cuatro naciones del Reino Unido, incluido el viaje de dos d�as de la semana pasada a Irlanda del Norte en el que, como siempre, puso al mal tiempo buena cara tranquilizando a la opini�n p�blica sobre la salud de Carlos III y aun gastando bromas, con su habitual sentido del humor, dando una imagen de estabilidad imprescindible.

Lejos quedan ya los amargos a�os en los que Camila era la mujer m�s odiada del Reino Unido, la amante por la que el Heredero hab�a hecho tan desgraciada a la princesa del cuento, Lady Di, la madrastra a la que Guillermo y Harry no quer�an ver ni en pintura. Mark Bolland, brillante asesor de imagen, fue el hombre que consigui� que los brit�nicos empezaran a tragar con Camila en una cuidad�sima estrategia que se prolong� 20 a�os y que comenz� en 1999 con la llamada operaci�n Ritz, la primera foto oficial de Carlos y la mujer a la que amaba.

La hoy reina est� a�n lejos de ser un Windsor de verdad popular. Y hace un a�o ten�a una aceptaci�n que apenas llegaba al 40%, seg�n las encuestas. Pero la crisis que atraviesa la Monarqu�a la est� relanzando. Un sondeo reciente de YouGov indica que hoy el 50% de los ciudadanos est� satisfecho con su labor. "Aunque no esperaba encontrarse en la posici�n de liderar la familia, la reina est� absolutamente preparada para hacer lo que sea necesario por la instituci�n", revelaba d�as atr�s una fuente de Palacio al Sunday Times. "Ha encontrado reservas de energ�a que ni siquiera ella cre�a tener, y la estimaci�n que tienen de ella los empleados de Buckingham se ha disparado a medida que se ha puesto manos a la obra".

Otra fuente palaciega asegur� a medios brit�nicos que "la reina Camila est� orgullosa de su trabajo, es resistente y devota, y si sirve al rey y a la naci�n dar un paso al frente y servir a la naci�n, lo har�". A eso se le llama ponerse la Monarqu�a sobre los hombros.