Frederick de Dinamarca se casa con su novia tras una larga batalla legal
El Tribunal Supremo alemán ha resuelto que el príncipe es el legítimo propietario del Palacio de Berleburg
Una batalla de 19 años ha llegado a un final feliz para una de las familias reales europeas. El pasado fin de semana, el Príncipe Heredero Frederik, la Princesa Heredera Mary, el Príncipe Joachim, la Princesa Marie y la Princesa Benedikte, junto con otros invitados y miembros de la familia, participaron en la celebración del Príncipe Gustavo y la Princesa Carina. Se casaron el sábado en la capilla del Palacio de Berleburgo.
Gustavo, séptimo príncipe de Sayn-Wittgenstein-Berleburgo, y Carina se casaron el 4 de junio. Es un príncipe germano-danés y el hijo mayor de la princesa Benedicta de Dinamarca y Ricardo, 6º príncipe de Sayn-Wittgenstein-Berleburgo. Esto le convierte en sobrino de la reina Margarita II de Dinamarca y de la reina Ana María de Grecia.
La fiesta de boda tuvo lugar en el cenador del jardín del Palacio de Berleburgo, situado en el estado alemán de Renania del Norte-Westfalia. El Palacio de Berleburgo es una de las pocas residencias nobiliarias de Alemania que ha sido habitada por la misma familia durante los últimos 750 años. El palacio fue construido en el siglo XIII.
El príncipe heredero Frederik de Dinamarca y su esposa, la princesa heredera Mary, fueron los testigos de la boda de los novios.
La polémica del retraso de la boda se remonta a 1939, cuando el abuelo del príncipe, Gustav Albrecht, 5º príncipe de Sayn-Wittgenstein-Berleburg, redactó un testamento en el que exigía que el futuro cónyuge de su nieto fuera ario, noble y protestante si quería heredar el Palacio de Berleburg.
Carina no cumple estos requisitos. Ha trabajado como modelo y ahora es autora de libros infantiles. Su madre es mexicana y ella nació católica.
La pareja lleva muchos años luchando por convertirse en matrimonio y, tras una decisión del Tribunal Supremo alemán, se resolvió que el príncipe es el legítimo propietario del citado palacio y de los bienes asociados, aunque no todos en la familia estén de acuerdo.
