Balcón de la vivienda donde, según los vecinos, se produjo el suceso.

Balcón de la vivienda donde, según los vecinos, se produjo el suceso. E.E

Reportajes

Carlota, la joven asesinada por su novia: tenía 31 años y eran conocidas por sus peleas y borracheras

En el barrio de La Latina, las dos jóvenes eran conocidas entre los vecinos y trabajadores de los locales por los altercados que habían protagonizado.

18 julio, 2022 02:01

“Mira, mira, fue ahí, donde está colgada la bandera LGTBI”, cuchichean entre sí un grupo de jóvenes mientras caminan a la altura del edificio en el que el viernes se produjo el trágico suceso. Desde entonces, tal y como se puede comprobar en las inmediaciones de los bares que frecuentaban las dos jóvenes, no se habla de otra cosa. Todo el mundo en el barrio conocía a la pareja y todos coinciden en la misma versión: se trataba de una pareja conflictiva. 

Tal y como ha podido saber EL ESPAÑOL a través de las declaraciones de algunos vecinos de la zona, ambas eran conocidas en el barrio por los altercados que habían protagonizado en anteriores ocasiones. Una relación marcada por las discusiones entre ambas que ha acabado con un final que no sorprende en la zona. “Una vecina le dijo a la Policía que como no hicieran algo algún día iba a haber una desgracia”, cuenta la propietaria de uno de los locales cercanos a la vivienda. 

Y no se equivocaba. La Policía Nacional detuvo el pasado viernes a Ana, la presunta autora del asesinato de su pareja Carlota. La víctima, de origen francés y tan solo 31 años, falleció tras recibir cinco puñaladas en el tórax y el estómago de la que era su novia. Los hechos ocurrieron alrededor de las 16.40 horas de la tarde, en el número 6 de la calle Alfonso VI, en el distrito de La Latina. Los agentes, a su llegada, encontraron el cuerpo de la víctima y a la presunta agresora en el interior del domicilio. 

Asesinato en La Latina.

Asesinato en La Latina. E.E

Los dueños y trabajadores de los bares y restaurantes de la zona definen a la pareja como dos personas problemáticas y agresivas que eran conocidas en el barrio por las constantes peleas y discusiones que protagonizaban. De hecho, la Policía ya había acudido en anteriores ocasiones al domicilio “porque se pegaban”, explica la dueña del local anteriormente mencionado. Desde este establecimiento aseguran, además, que a Ana solían verla por la zona desde hacía tres años, pero no fue hasta un año después cuando comenzaron a encontrarse con “Charlotte”, nombre por el que se conocía a la víctima en el barrio. 

Una relación marcada no solo por la discusiones sino también por sus problemas con el alcohol, según comentan algunos trabajadores de los locales situados en la Plaza de la Paja, a escasos metros del domicilio de la pareja. Todos ellos coinciden en que eran clientas habituales y solían frecuentar los establecimientos para emborracharse. “Siempre estaban borrachas y siempre estaban metiendo bulla. Eran unos personajillos”, cuenta otra de las trabajadoras de una cafetería cercana.

[La relación tóxica entre Ana y su pareja: la asesinó tras una noche de fiesta y muchas discusiones]

Tal y como cuentan, siempre andaban con discusiones “para arriba y para abajo”, llegando incluso a discutir la misma mañana del asesinato. Así lo contaba la dueña del local Lorena a este medio, explicando cómo las dos jóvenes acudieron a su bar “pasadas de vuelta” la misma mañana del crimen. “Han llegado aquí por la mañana y nos han pedido alcohol. La encargada les ha dicho que no servíamos hasta las 11”, explicó. Entre discusiones, ambas volvieron al piso y fue en ese momento cuando Ana asesinó, presuntamente, a su pareja Carlota. 

A pesar de las trifulcas constantes y de pensar que en algún momento podría llegar a ocurrir un suceso como este, muchos de los que conocían a la pareja en la zona no se esperaban que fuera a suceder. “Te choca porque eran dos chicas jóvenes, muy monas y derepente…”, cuenta una de las camareras de otro bar que había atendido a la pareja en varias ocasiones. "Tampoco daba para entablar conversación. Ellas venían aquí montaban sus show y luego se iban felices otra vez", añade. Algunos sí que las conocían pero no ha sido hasta este domingo cuando se han percatado de que eran las protagonistas del suceso. Así lo explica un joven trabajador de un bar cercano, que asegura haber atendido en varias ocasiones a las dos chicas. “Siempre estaban como picadas la una con la otra”, asegura. 

Los dueños de los locales confirman los constantes altercados e incidentes que han protagonizado en la zona debido a su actitud. Es el caso de un hecho ocurrido en una ocasión en uno de lo bares de la zona de donde, según la camarera de otro bar, fueron expulsadas por vender droga en el interior del establecimiento. 

Momento en el que se llevan al perro en común de la pareja

Momento en el que se llevan al perro en común de la pareja E.E

Los vecinos, hartos

A diferencia de las extensas frases con las que definen a las protagonistas en los locales de la zona, el hermetismo y el silencio se apodera de la mayoría de los vecinos del edificio. La mayoría de ellas no quieren hablar de lo ocurrido ni entrar en detalle, pero sí aseguran todos que eran conocidas por sus altercados. Uno de ellos, un chico joven, cuenta a este periódico cómo en el vecindario estaban “hasta las narices” de la pareja y los problemas que traían al edificio. 

Uno de los vecinos, a pesar de no querer aportar demasiada información al caso, confirma conocer a Ana, la presunta agresora, de primera mano. Tal y como cuenta, conocía a la joven de 37 años desde hacía un tiempo y sí asegura que protagonizaba junto a su pareja ciertas discusiones. Unas discusiones que no solo tenía con su actual pareja, sino que, según afirma este vecino, también solía tener con sus anteriores parejas. “Siempre ha peleado con sus novias”, concluye.

Tal y como ha publicado el diario El País, la presunta autora del crimen permanece ingresada desde el viernes en la Fundación Jiménez Díaz, aunque no han podido aclarar las razones médicas de su ingreso. Tras la detención, la Policía se llevó al perro que tenía la pareja en común. Un chihuahua con el que los trabajadores de los locales de la zona aseguran haberlas visto en varias ocasiones.