Amelia Earhart, la pionera que rompió barreras y cambió la aviación para siempre
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Amelia Earhart, la pionera que rompió barreras y cambió la aviación para siempre

La piloto estadounidense –de la que hoy se cumplen 125 años de su nacimiento– logró casi todo lo que se consideraba imposible para las mujeres de su tiempo: estableció distintos récords de altitud y velocidad, en 1932 fue la primera en cruzar sola el océano Atlántico y, en 1937, desapareció en el Pacífico tratando de convertirse en la primera en dar la vuelta al mundo.

A principios del siglo XX, volar era para muchos un lujo extravagante y temerario, y reservado a unos muy pocos: ricos (o, en su defecto, que contaran con una fuente de financiamiento) y valientes, en este orden. Por mandatos de un siglo atrás, esta actividad no era algo para mujeres –sobre todo jóvenes–, de quienes únicamente se esperaba que se casaran, tuvieran hijos y cumplieran con los deberes del hogar.

Pero hubo una a la que, su espíritu aventurero y su fuerte personalidad, la llevaron a alcanzar metas totalmente impensadas para las mujeres de su tiempo, ya que les demostró a sus congéneres de todo el mundo que el cielo no es el límite.

Decidida y determinada, aprendió a volar antes de cómo conducir un auto. Rompió con los rígidos cánones y estereotipos de la época y logró casi todo lo que se propuso: batió distintos récords de altitud y distancia; en 1932 alcanzó el unánime reconocimiento al convertirse en la primera mujer que cruzó sola el océano Atlántico, y fue elevada al sitial de leyenda cuando, en 1937 –solo 22 días antes de cumplir 40 años–, desapareció en la inmensidad del Pacífico tratando de ser la primera en dar la vuelta al mundo.

La figura de Amelia Earthart, de cuyo nacimiento se cumplen hoy 125 años, se potencia cada día más porque, amén de su abierto desafío a todo orden establecido, inspiró a miles de mujeres de las generaciones siguientes para que cumplieran sus sueños en la actividad aeronáutica, la misma con la que ella dio rienda suelta a su enorme pasión y, como indiscutida pionera, brilló en todo el mundo en las décadas de 1920 y 1930.

Su destino estaba en el aire

Amelia Mary Earhart nació en Atchinson, Kansas, el 24 de julio de 1897, y fue la primogénita de Samuel (Edwin) Stanton Earhart, abogado de una empresa ferroviaria –y con insolubles problemas con la bebida–, y Amelia (Amy) Otis, hija de un acaudalado juez federal jubilado. Su hermana, Grace Muriel, nació el 21 de diciembre de 1899.

Por lo que sería su vida, Amelia vino al mundo casi seis años y tres meses antes de que los hermanos Wilbur y Orville Wright realizaran el primer vuelo con motor de la historia, que tuvo lugar en Kitty Hawk, Carolina del Norte, el 17 de diciembre de 1903.

Su padre le compró el tipo de regalos que normalmente se reservan para los hijos varones de la época, como un bate de béisbol, una pelota de fútbol, o una carabina calibre 22, que ella usaba para cazar ratas. No solo eso: a Amelia le gustaba treparse a los árboles, deslizarse en trineos a toda velocidad y usar bloomers (unos pantalones rústicos, tipo bombacha) por la libertad de movimiento que le brindaban, aunque todas las niñas del vecindario usaran vestidos.

Sus padres se separaron cuando tenía 12 años y, en 1915, después de graduarse en la Hyde Park School, sus abuelos maternos la enviaron a la Ogontz School, una muy prestigiosa escuela de Filadelfia, donde se recibió en 1917.

A principios del siglo pasado, las mujeres de buenas familias debían casarse “bien” (léase con un esposo adinerado) y tener hijos pero, esto, no sería el futuro de Amelia. Quería otra cosa –sin saber exactamente qué, por entonces– ya que, por ejemplo, uno de sus pasatiempos favoritos era armar un álbum con recortes de diarios con artículos sobre mujeres exitosas e independientes, en ámbitos generalmente reservados para los hombres, como la dirección y producción de películas, ejercicio de la Abogacía, publicidad, administración e ingeniería mecánica.

La cita de Earhart con el destino, y que cambiaría su vida para siempre, se dio el 29 de diciembre de 1920 en el Daugherty Field de Long Beach, California. Ese día, su padre le hizo un regalo que la dejó completamente fascinada: un vuelo de bautismo, de diez minutos, y en un biplano al mando de Frank Hawks, famoso piloto de la Primera Guerra Mundial. “Tan pronto como dejé el suelo, supe que yo misma tenía que volar”, recordaría Amelia años después.

Solo le importaba volar

Absolutamente decidida a cristalizar su sueño, tuvo varios empleos para poder pagar sus clases de vuelo y, a la primera lección, la recibió en el Kinner Field de Long Beach el 3 de enero de 1921, impartida en un biplano Curtiss JN-4 Jenny por una pionera de la aeronáutica estadounidense: Mary Anita (Neta) Snook.

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Amelia (derecha) recibió su primera lección de vuelo el 3 de enero de 1921 en el Kinner Field de Long Beach, y se la impartió –en un biplano Curtiss JN-4 Jenny– una pionera de la aeronáutica estadounidense: Mary Anita (Neta) Snook.

Amelia (derecha) recibió su primera lección de vuelo el 3 de enero de 1921 en el Kinner Field de Long Beach, y se la impartió –en un biplano Curtiss JN-4 Jenny– una pionera de la aeronáutica estadounidense: Mary Anita (Neta) Snook.

De 1,73 metro y 54 kilos, Amelia se cortó su largo cabello rubio, se compró una chaqueta de vuelo de cuero y, para que semejara el efecto “arrugado” de un aviador más experimentado, dormía con ella. Pocos meses después se compró su primer avión, un biplano Kinner Airster amarillo de segunda mano al que bautizó The Canary (El Canario).

El 22 de octubre de 1922, Amelia logró el récord mundial de altitud para una aviadora cuando, con The Canary, alcanzó los 14.000 pies (unos 4260 metros), la primera de numerosas marcas de altitud, distancia y velocidad que establecería en los años siguientes.

El 16 de mayo de 1923, Earhart se convirtió en la 16ª mujer en los Estados Unidos en obtener la licencia de piloto (la número 6017) por parte de la National Aeronautic Association, reconocida por la Fédération Aéronautique Internationale (FAI). En el documento consignaron que era nacida en 1898 cuando, en realidad, lo hizo en 1897. Le faltaban dos meses y ocho días para cumplir 26 años, y no paraba de crecer.

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El 16 de mayo de 1923, Earhart se convirtió en la 16ª mujer en los Estados Unidos en obtener la licencia de piloto (la número 6017) por parte de la National Aeronautic Association. Le faltaban dos meses y ocho días para cumplir 26 años.

El 16 de mayo de 1923, Earhart se convirtió en la 16ª mujer en los Estados Unidos en obtener la licencia de piloto (la número 6017) por parte de la National Aeronautic Association. Le faltaban dos meses y ocho días para cumplir 26 años.

El cruce transatlántico de 1928

El sábado 21 de mayo de 1927 y, a bordo del Spirit of St. Louis, el aviador estadounidense Charles Lindbergh aterrizó en Le Bourget tras un viaje de 33 horas y media y se convirtió en el primer piloto que completó un vuelo transatlántico, solo y sin escalas, entre Nueva York y París.

Lindbergh, de 25 años, voló 3600 millas náuticas (unos 5800 kilómetros) con su monoplano Ryan NYP y produjo una auténtica revolución ya que, a partir de allí, la aviación comercial comenzó con un incesante desarrolloy un marcado crecimiento.

Tras la hazaña de Lindbergh, la millonaria Amy Phipps Guest manifestó su interés en ser la primera mujer en volar a través del Atlántico pero, como no era piloto y su familia la hizo desistir del intento al considerar que el viaje era demasiado peligroso, se ofreció a patrocinar el proyecto y sugirió que encontraran a "otra chica con la imagen adecuada".

Así, en abril de 1928, Earhart recibió una llamada telefónica del capitán Hilton Howell Railey –un militar que también era periodista y publicista– quien le preguntó: "¿Le gustaría volar por el Atlántico?"

Los coordinadores del proyecto –incluido el escritor, editor de libros y publicista George Purcel Putnam– le pidieron a Amelia que acompañara como pasajera al piloto Wilmer Lower Stultz y al mecánico Louis Edward Gordon, aunque con la tarea de llevar el registro de vuelo, y esta aceptó el reto.

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El 17 de junio de 1928, Amelia acompañó como pasajera al piloto Wilmer Lower Stultz y al mecánico Louis Edward Gordon en este trimotor Fokker F.VIIb /3m llamado Friendship (Amistad), equipado con flotadores (que reemplazaron al tren de aterrizaje convencional), y se convirtió en la primera mujer que cruzó el Atlántico al completar la ruta Terranova-Gales.

El 17 de junio de 1928, Amelia acompañó como pasajera al piloto Wilmer Lower Stultz y al mecánico Louis Edward Gordon en este trimotor Fokker F.VIIb /3m llamado Friendship (Amistad), equipado con flotadores (que reemplazaron al tren de aterrizaje convencional), y se convirtió en la primera mujer que cruzó el Atlántico al completar la ruta Terranova-Gales.

El 17 de junio de 1928 partieron desde el puerto de Trepassey, Terranova, Canadá, en un trimotor Fokker F.VIIb /3m llamado Friendship (Amistad), matrícula NX4204,equipado con flotadores (que reemplazaron al tren de aterrizaje convencional) y, 20 horas y 40 minutos después, acuatizaron en Pwll, cerca de Burry Port, al sur de Gales.

Dado que la mayor parte del trayecto se realizó por instrumentos y, aunque acumulaba unas 500 horas, Earhart no estaba habilitada para este tipo de vuelo, por lo que en ningún momento piloteó el avión. "Stultz hizo todo el vuelo, tenía que hacerlo. Yo era solo equipaje, como un saco de papas. Tal vez algún día lo intente sola…", les dijo a los periodistas que la entrevistaron tras su arribo.

Más allá de su frustración, el público europeo recibió a la tripulación como héroes, y lo mismo sucedió cuando el 6 de julio volvieron a los Estados Unidos, donde fueron agasajados por el presidente Calvin Coolidge. Ahora Amelia era mundialmente famosa y, su viaje, marcó un gran avance para la participación de las mujeres en la aeronáutica.

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Earhart se asoma por la puerta del Fokker F.VIIb /3m Friendship en el puerto de Southampton, Inglaterra, al día siguiente de haber cruzado el Atlántico en 20 horas y 40 minutos y, aunque no piloteó el avión, fue la primera mujer en hacerlo.

Earhart se asoma por la puerta del Fokker F.VIIb /3m Friendship en el puerto de Southampton, Inglaterra, al día siguiente de haber cruzado el Atlántico en 20 horas y 40 minutos y, aunque no piloteó el avión, fue la primera mujer en hacerlo.

Aprovechando su parecido fisonómico con Lindbergh, a quien la prensa había apodado Lucky Lindy, algunos diarios y revistas comenzaron a llamarla Lady Lindy. Realizó extensas giras contando su experiencia y, Putnam, explotó enormemente su imagen: por ello, Amelia y encabezó muchas campañas de marketing y obtuvo grandes ingresos publicitarios.

El 7 de febrero de 1931, Amelia se casó con George Putnam –divorciado y con dos hijos de su matrimonio anterior– después de que él se lo propusiera seis veces. En una carta que le entregó el día de la boda, escribió: “Quiero que entiendas que no te obligaré a ningún medio malvado (sic) código de fidelidad a mí ni te consideraré obligado de manera similar”. Y completó: “Es posible que tenga que quedarme en algún lugar donde pueda ir para estar sola, de vez en cuando, porque no puedo garantizar soportar en todo momento el confinamiento incluso en una jaula atractiva”. Nunca tuvieron hijos.

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El 7 de febrero de 1931, Earhart se casó con el escritor, editor de libros y publicista  George Putnam –divorciado y con dos hijos de su matrimonio anterior– después de que él se lo propusiera seis veces. Putnam explotó enormemente la imagen de Amelia, quien  encabezó muchas campañas de marketing y obtuvo grandes ingresos publicitarios.

El 7 de febrero de 1931, Earhart se casó con el escritor, editor de libros y publicista George Putnam –divorciado y con dos hijos de su matrimonio anterior– después de que él se lo propusiera seis veces. Putnam explotó enormemente la imagen de Amelia, quien encabezó muchas campañas de marketing y obtuvo grandes ingresos publicitarios.

Además, Earthart continuó logrando marcas: el 8 de abril de 1931, estableció un récord mundial de altitud de 18.415 pies (5600 metros) volando un autogiro Pitcairn PCA-2.

Emulando a Charles Lindbergh

El 21 de mayo de 1932, la Historia recibiría a Amelia con los brazos abiertos: ese día, se convirtió en la primera mujer (y la segunda persona después de Charles Lindbergh) en volar sola a través del océano Atlántico.

Despegó a las 19.12 (local) del 20 de mayo desde Terranova, Canadá, a bordo de un Lockheed Vega 5B de 600 HP y, 14 horas y 56 minutos después, aterrizó en un pastizal de Culmore, cerca de Londonderry, Irlanda del Norte. “¿Dónde estoy?”, les preguntó a dos peones que presenciaron su arribo y se acercaron a su avión. “En el campo de Gallagher. ¿Volaste desde lejos?”

Amelia les dio una respuesta que los asombró: “Sí, desde Estados Unidos”.

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El 21 de mayo de 1932, Amelia se convirtió en la primera mujer (y la segunda persona después de Charles Lindbergh) en volar sola a través del océano Atlántico. Despegó a las 19.12 (local) del 20 de mayo desde Terranova, Canadá, a bordo de un Lockheed Vega 5B de 600 HP y, 14 horas y 56 minutos después, aterrizó en un pastizal de Culmore, cerca de Londonderry, Irlanda del Norte.

El 21 de mayo de 1932, Amelia se convirtió en la primera mujer (y la segunda persona después de Charles Lindbergh) en volar sola a través del océano Atlántico. Despegó a las 19.12 (local) del 20 de mayo desde Terranova, Canadá, a bordo de un Lockheed Vega 5B de 600 HP y, 14 horas y 56 minutos después, aterrizó en un pastizal de Culmore, cerca de Londonderry, Irlanda del Norte.

Al regresar a su país, el Congreso le otorgó la Cruz de Vuelo Distinguido, una condecoración militar otorgada por “heroísmo o logros extraordinarios durante la participación en un vuelo aéreo”, y fue la primera mujer en alcanzar tal honor. Asimismo, fue distinguida con la Cruz de Caballero de la Legión de Honor del gobierno francés, y la Medalla de Oro de la National Geographic Society, por parte del presidente Herbert Hoover.

El 11 de enero de 1935, Earhart se convirtió en el primer aviador (hombre o mujer) en volar solo desde Honolulu, Hawaii, hasta Oakland, California y, además, lo hizo desde Los Angeles a la ciudad de México, y desde esta a Newark, Nueva Jersey.

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Amelia tuvo una enorme recepción en su país tras cruzar sola el Atlántico en 1932. El Congreso le otorgó la Cruz de Vuelo Distinguido, una condecoración militar otorgada por “heroísmo o logros extraordinarios durante la participación en un vuelo aéreo”, y fue la primera mujer en alcanzar tal honor.

Amelia tuvo una enorme recepción en su país tras cruzar sola el Atlántico en 1932. El Congreso le otorgó la Cruz de Vuelo Distinguido, una condecoración militar otorgada por “heroísmo o logros extraordinarios durante la participación en un vuelo aéreo”, y fue la primera mujer en alcanzar tal honor.

Entre 1930 y 1935, Amelia estableció siete récords de velocidad y distancia para mujeres y, entonces, comenzó a tomar forma el reto más grande (y peligroso) de todos los que afrontó: circunnavegar el globo lo más cerca posible del Ecuador.

El primer intento

A principios de 1936, Earhart empezó a planificar esta travesía de 29.000 millas (53.000 kilómetros), que seguiría una ruta ecuatorial. El 17 de marzo de 1937 y, con un bimotor Lockheed Electra 10E, Amelia despegó desde Oakland, California, para completar la primera de las etapas previstas (hasta Honolulu, Hawaii) de su audaz intento: dar la vuelta al mundo de este a oeste. Como navegantes, la acompañaban el capitán Harry Manning (que también era piloto), y Frederick (Fred) Joseph Noonan.

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A principios de 1936, Earhart empezó a planificar el reto más grande (y peligroso) de todos los que afrontó: circunnavegar el globo lo más cerca posible del Ecuador. A esta travesía de 29.000 millas (53.000 kilómetros) la llevaría adelante con este bimotor Lockheed Electra 10E.

A principios de 1936, Earhart empezó a planificar el reto más grande (y peligroso) de todos los que afrontó: circunnavegar el globo lo más cerca posible del Ecuador. A esta travesía de 29.000 millas (53.000 kilómetros) la llevaría adelante con este bimotor Lockheed Electra 10E.

Como tuvieron problemas mecánicos, el Electra terminó en el Luke Field de Ford Island, en Pearl Harbor. Luego de tres días de reparaciones y, en la carrera de despegue hacia Howland Island, donde finalizaría el segundo tramo, la aeronave sufrió un ground loop (una brusca guiñada con el avión aún en tierra), que provocó el colapso del tren de aterrizaje, que ambas hélices golpearan el suelo, y que terminara deslizándose sobre la parte inferior de su fuselaje.

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El 17 de marzo de 1937 Amelia partió desde Oakland, California para completar la primera de las etapas (hasta Honolulu, Hawaii) de su intento de dar la vuelta al mundo de este a oeste. Antes de despegar, posaron (de izquierda a derecha) Paul Mantz (asesor técnico, quien no integró la tripulación), Earhart, y los navegantes Harry Manning y Fred Noonan.

El 17 de marzo de 1937 Amelia partió desde Oakland, California para completar la primera de las etapas (hasta Honolulu, Hawaii) de su intento de dar la vuelta al mundo de este a oeste. Antes de despegar, posaron (de izquierda a derecha) Paul Mantz (asesor técnico, quien no integró la tripulación), Earhart, y los navegantes Harry Manning y Fred Noonan.

El segundo intento, y su desaparición

Esta vez volarían de oeste a este, y solo Fred Noonan acompañaría a Amelia. Despegaron desde Oakland el 20 de mayo de 1937 y, el 1 de junio, desde Miami, comenzaron la nueva travesía. El 29 de junio y, tras haber completado casi 22.000 millas (40.700 kilómetros), llegaron a Lae, en Papúa Nueva Guinea.

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En el segundo intento de dar la vuelta al mundo, volarían de oeste a este, y solo Fred Noonan (foto) acompañaría a Amelia. Despegaron desde Oakland, California, el 20 de mayo de 1937 y, el 1 de junio, desde Miami, comenzaron la nueva travesía.

En el segundo intento de dar la vuelta al mundo, volarían de oeste a este, y solo Fred Noonan (foto) acompañaría a Amelia. Despegaron desde Oakland, California, el 20 de mayo de 1937 y, el 1 de junio, desde Miami, comenzaron la nueva travesía.

Entre otros países, habían realizado escalas en Puerto Rico, Venezuela, Brasil, Senegal, Sudán, Pakistán, India, Birmania, Indonesia (donde Amelia contrajo disentería) y Australia y, las 7000 millas (12.900 kilómetros) que restaban para cumplir con el recorrido, las volarían sobre el inmenso océano Pacífico.

A las 11 (hora local; la 1, hora de Greenwich) del 2 de julio, Amelia y Noonan despegaron con rumbo a Howland Island, distante a 2221 millas (unos 4113 kilómetros), y donde tenían previsto aterrizar tras 20 horas de vuelo. Para ello, cargaron unos 7500 litros de combustible.

La Marina de los Estados Unidos había enviado a Howland Island al USCGC Itasca, un patrullero que le brindaría a Earhart enlaces radiales y apoyo en la navegación pero, la tragedia, daría el presente.

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Amelia en el cockpit del Lockheed Electra 10E, en una de las últimas fotos que le tomaron. El 2 de julio de 1937, despegó con Noonan desde Lae, en Papúa Nueva Guinea, con rumbo a Howland Island, donde esperaban aterrizar tras unas 20 horas de vuelo. Jamás llegaron a destino.

Amelia en el cockpit del Lockheed Electra 10E, en una de las últimas fotos que le tomaron. El 2 de julio de 1937, despegó con Noonan desde Lae, en Papúa Nueva Guinea, con rumbo a Howland Island, donde esperaban aterrizar tras unas 20 horas de vuelo. Jamás llegaron a destino.

A las 17.20 (local), Amelia reportó su posición a 232 kilómetros (125 millas) al sudoeste de Nukumanu Island y, a las 18 (local), tuvo su último contacto radial con Lae (desde donde había partido) e informó que volaba hacia Howland Island a 12.000 pies (3650 metros).

No obstante, jamás se sabría el rumbo que siguió tras alcanzar Nukumanu Island. A las 5.30 (local, ya en el día siguiente), Amelia dijo: “KHAQQ llamando al Itasca. Debemos estar encima de ustedes, pero no los vemos... El combustible se está agotando…” y, a las 6.14, el guardacostas recibió el último mensaje donde dio su posición (o donde ella y su navegante creían estar).

Luego, el silencio que perdura hasta nuestros días… Noonan tenía 44 años y, a Amelia, le faltaban 22 días para cumplir 40.

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El mapa indica el probable lugar –en la inmensidad del Pacífico– donde Earhart y Noonan desparecieron el 2 de julio de 1937, y nunca fueron encontrados. Habían completado casi 22.000 millas (40.700 kilómetros), y les restaban 7000 millas (12.900 kilómetros) para completar la vuelta al mundo.

El mapa indica el probable lugar –en la inmensidad del Pacífico– donde Earhart y Noonan desparecieron el 2 de julio de 1937, y nunca fueron encontrados. Habían completado casi 22.000 millas (40.700 kilómetros), y les restaban 7000 millas (12.900 kilómetros) para completar la vuelta al mundo.

A las 9.30 (local), se concluyó que el avión se había estrellado en el mar tras quedarse sin combustible y, la zona inicial de búsqueda, se fijó entre 30 millas (56 kilómetros) y 86 millas (160 kilómetros) al oeste de Howland Island.

El presidente Franklin Delano Roosevelt autorizó la búsqueda de Earhart y Noonan con nueve barcos y 66 aviones, en una operación que costó 4 millones de dólares, la más grande emprendida por los Estados Unidos hasta entonces. La misma se dio por finalizada el 19 de julio, aunque George Putnam financió una búsqueda privada y continuó con la misma hasta fin de mes. Jamás los encontraron y, el 5 de enero de 1939, Amelia Earhart y Fred Noonan fueron declarados legalmente muertos.

Su legado

La historia de su vida –junto con los obstáculos que sorteó y los brillantes logros aeronáuticos que alcanzó, y que fueron motivo, a la fecha, de centenares de artículos y libros publicados, y documentales realizados– inspiraron a una generación de aviadoras, incluidas las más de 1000 que cumplieron múltiples misiones de vuelo en la Segunda Guerra Mundial.

La determinación e independencia de juicio para romper con las normas establecidas en las primeras tres décadas del siglo XX y, su compromiso con el protagonismo femenino en la aviación y el mundo, la convirtieron en un ícono de la lucha por la igualdad de oportunidades y derechos.

En 2009 se estrenó la película biográfica Amelia, dirigida por la hindú-estadounidense Mira Nair y protagonizada por Hillary Swank (cuya caracterización de Earhart es impactante), y Richard Gere, como George Putnam.

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En 2009 se estrenó la película biográfica Amelia, dirigida por la hindú-estadounidense Mira Nair y protagonizada por Hillary Swank (cuya caracterización de Earhart es impactante), y Richard Gere, como George Putnam.

En 2009 se estrenó la película biográfica Amelia, dirigida por la hindú-estadounidense Mira Nair y protagonizada por Hillary Swank (cuya caracterización de Earhart es impactante), y Richard Gere, como George Putnam.

Hoy, cuando se cumplen 125 años de su nacimiento, su recuerdo y su ejemplo para quienes la siguieron permanecen inalterables. Y, aunque hayan pasado 85 años de su desaparición, la valiente e intrépida Amelia Mary Earhart continúa volando, solo que desde entonces lo hace en el cielo, rumbo a la eternidad.