Reinas Borbones de cuidado



Domingo 14 de abril de 2002 - Número 339

HISTORIA | REALEZA

Reinas Borbones de cuidado
�HAN SIDO MATRIMONIOS por amor los de los reyes de la dinast�a Borb�n en Espa�a? Juan Balans�, gran experto en temas reales, afirma que la mayor�a no. En su �ltimo libro, titulado �Por raz�n de Estado�, disecciona con agudeza la vida y la personalidad de 15 reinas y un rey consortes

JUAN BALANS�
Encuentro oficial de Felipe V y Mar�a Luisa Gabriela de Saboya en Figueres. La primera reina de la Casa de Borb�n se cas� con 13 a�os reci�n cumplidos.
No han faltado opiniones. Mientras dur� la frustrada relaci�n del Pr�ncipe Felipe con la modelo noruega Eva Sannum y ahora que cientos de mon�rquicos est�n a la espera de que el heredero anuncie que definitivamente deja la solter�a, los argumentos sobre qui�n y c�mo ha de ser la futura Reina han arreciado. �stos claman que debe ser espa�ola. Aquellos insin�an la conveniencia de que sea de noble abolengo, si es din�stico, mejor. Algunos hemos recordado el mandato constitucional en virtud del cual la esposa de Felipe de Borb�n podr�a llegar a ser jefa de Estado.Otros subrayan la importancia de que el Pr�ncipe se case por amor...

Lo cierto es que la historia de las anteriores consortes no constituye precisamente una galer�a de vidas ejemplares. Hasta bien entrado el siglo XIX las novias que ven�an a casarse con los futuros reyes de Espa�a llegaban al matrimonio casi ni�as y con un deber que cumplir: proporcionar herederos. Ninguna hubiera desobedecido lo dispuesto por sus padres o por imperativo de las relaciones internacionales.

�Existi�, pues, el matrimonio por amor entre los reyes que forjaron la cadena din�stica espa�ola? Generalmente no. Para los m�s afortunados, el amor lleg� con el tiempo, tras apreciar las cualidades del c�nyuge. Para otros no lleg� jam�s.

Desde Mar�a Luisa Gabriela de Saboya, la primera esposa de Felipe V, introductor de la dinast�a borb�nica en Espa�a, hasta la actual Sof�a de Grecia, consorte de Juan Carlos I, 15 mujeres y un hombre han ocupado el trono espa�ol como consortes, no siempre con igual tino. Una m�s, Mar�a Antonia de N�poles, se qued� en las gradas, al morir dos a�os antes de la proclamaci�n como rey de su marido, Fernando VII.

S�lo dos fueron espa�oles: Francisco de Borb�n, casado con Isabel II, y Mar�a de las Mercedes de Orleans, la primera mujer de Alfonso XII. Hubo adem�s cinco italianas, tres alemanas, dos portuguesas, dos francesas, una inglesa y una griega.

Todas tambi�n �l fueron princesas desde la cuna salvo Julia Clary y Mar�a Victoria Dal Pozzo, precisamente las esposas de los dos reyes no borbones de la reciente Historia de Espa�a.En cualquier caso, tanto una como otra, y pese a haber nacido sin �l, ya ten�an t�tulos de alteza antes de sentarse en el trono.

En cuanto a los motivos, 12 consortes se casaron por estrictas razones de Estado y otras dos, por sus caudales (la Dal Pozzo y la Clary). S�lo de otras dos pudo decirse que se casaron por amor: Mar�a de las Mercedes de Orle�ns, la primera mujer de Alfonso XII, y Victoria Eugenia de Battenberg, la infeliz esposa de un Alfonso XIII m�s obnubilado que enamorado.

Finalmente, dos de los 16, Mar�a Cristina de Borb�n y Mar�a Cristina de Habsburgo Lorena, tuvieron que ocupar la jefatura de Estado como regentes. �stas son las 15 mujeres y el hombre que se han casado con los soberanos espa�oles de los �ltimos 300 a�os:

LA NI�A. Mar�a Luisa Gabriela de Saboya fue desflorada por Felipe V cuando acababa de cumplir 13 a�os. En el fondo, no era m�s que una ni�a asustada que dos a�os despu�s de su boda deslizaba en carta a su familia: �Me pregunt�is por qu� no quedo embarazada y os confieso que es una pregunta divertida. En los primeros tiempos de estar casada, era demasiado ni�a para ello; despu�s, no se por qu� no sucede Las menstruaciones, desde que se iniciaron, no dejan de presentarse regularmente como corresponde a una persona de buena salud�. Muri� tuberculosa tras haber parido a dos futuros reyes, Luis I y Fernando VI.

LA MAQUIAV�LICA. Mar�a Luisa Gabriela no tard� en ser suplida por Isabel Farnesio, pues la naturaleza de Felipe V no le consent�a estar sin mujer al lado y el concubinato era rechazado por su estricta conciencia moral. El trono de la ambiciosa Farnesio fue la cama, desde la que se dict� la pol�tica espa�ola de su tiempo. Maestra de intrigas, sent� a sus polluelos Carlos con el tiempo, Carlos III y Felipe, dos pr�ncipes segundones que iban en el orden sucesorio tras los hijos de su predecesora, en los tronos de N�poles y Sicilia, y Parma, respectivamente.

LA CAPRICHOSA. Luis de Borb�n, que en 1724 se convirti� en Luis I despu�s de que su padre, Felipe V, abdicara aquejado de vapores en los sesos (una gr�fica expresi�n de la �poca para referirse a los alienados) se cas� en 1722 con Luisa Isabel de Orle�ns.Luis I s�lo ocup� el trono seis meses, al cabo de los cuales muri� v�ctima de la viruela. Su mujer, juzgada de extravagante y caprichosa durante su breve reinado, qued� viuda a los 15 a�os, justamente cuando comenzaba a vivir.

LA SUFRIDA. Oronda y carente de atractivo f�sico, B�rbara de Braganza, primog�nita de Juan V de Portugal ten�a gran coraz�n y am� profundamente a su marido, Fernando VI, hermano menor y heredero del trono de Luis I. El matrimonio, como el de Luis I y Luisa Isabel de Orle�ns, result� est�ril, pero no por culpa de ella. �Aun cuando existen en el Rey los s�ntomas y movimientos necesarios para dar satisfacci�n a una mujer, carece de algo esencial, de modo que hay en �l muchos resplandores, pero sin llamas capaces para la generaci�n�, se lee en un parte m�dico de la �poca.

LA RIJOSA. Mar�a Amalia de Sajonia fue la elegida por Isabel Farnesio como esposa para su hijo Carlos. Cuando el futuro monarca y la hija del rey de Polonia se conocieron sintieron un flechazo instant�neo. Al poco del encuentro don Carlos escribi� a sus padres: �Nos acostamos a las nueve de la noche. Tembl�bamos los dos pero empezamos a besarnos y enseguida estuve listo y al cabo de un cuarto de hora la romp�. Desde entonces, lo hemos hecho dos veces por noche y siempre nos corremos al mismo tiempo porque el uno espera al otro�. Mar�a Amalia de Sajonia falleci� pocos meses despu�s de que su marido ocupara el trono espa�ol. Carlos III, que hab�a estado muy enamorado, no volvi� a contraer matrimonio.

LA BRUJA. Carlos IV, la falta de car�cter personificada, se cas� con su prima italiana Mar�a Luisa de Parma. El rey fue manejado por su favorito (Manuel Godoy), burlado legendariamente por su esposa y derrocado por su hijo, Fernando VII. Goya retrat� su supina nulidad y la majeza desgarrada de la reina Mar�a Luisa, princesa de Borb�n avinagrada con ojos fulgurantes de bruja, hembra que llamaron augusta y tal vez no fue m�s que un pend�n.

LA INTRUSA. El car�cter de Mar�a Luisa de Parma contrast� vivamente con la insipidez de su sucesora como reina consorte, Julia Clary.La esposa de Jos� I Bonaparte, a quien los patriotas levantados en la guerra de la Independencia dieron el sobrenombre de la reina intrusa, era hija de un burgu�s de Marsella, pero para cuando se sent� en el trono espa�ol ya ten�a los t�tulos de reina de las Dos Sicilias y princesa imperial francesa.

LA FEA. Tres a�os despu�s de concluir la Guerra de la Independencia, Fernando VII se cas� con Mar�a Isabel de Braganza, la hija de Juan VI de Portugal. Era buena como el pan, pero no pose�a prestancia ni gracia alguna. Su marido nunca olvid� el pasqu�n an�nimo colocado el d�a de su boda en la verja de palacio: �Fea, pobre y portuguesa.�Ch�pate esa!�.

LA INAPETENTE. A Mar�a Isabel de Braganza, fallecida de parto, la sustituy� en el trono Mar�a Josefa de Sajonia, una alemana m�s triste que un sauce. Le ten�a tan poca afici�n al santo yugo que hasta el Papa hubo de reconvenirla. Su repulsi�n al sexo la empuj� a un mundo irreal de poes�a gazmo�a en el que se refugiaba de sus penas. Muri� muy joven sin dar heredero a la corona.

LA ZALAMERA. La cuarta esposa de Fernando VII (tercera desde que subi� al trono) fue Mar�a Cristina de Borb�n, una princesa siciliana de antecedentes pizca borrascosos, pero adecuad�sima para solazar el lecho de don Fernando. A pesar de ser 20 a�os m�s joven, supo encandilar al rey con sus zalamer�as. Le dio dos hijas, pero ning�n var�n, circunstancia que desencaden� las guerras carlistas.

�EL HOMOSEXUAL? La siguiente en ocupar el trono fue Isabel II.Seguramente, hubiera necesitado en la cama a un hombre tan ardiente como ella, pero la pol�tica impuso su boda con un primo hermano de costumbres morigeradas, el infante don Francisco de Borb�n, pr�cticamente su ant�tesis. Sus desavenencias dieron p�bulo a elucubraciones sobre la supuesta homosexualidad del rey consorte o la ninfoman�a de la soberana.

LA VIRTUOSA. A la depuesta Isabel II la sucedi� Amadeo de Saboya, elegido por las Cortes en 1868. Su esposa, Mar�a Victoria Dal Pozzo, era de una familia noble del Piamonte y gan� la distinci�n de alteza semanas antes de su boda con Amadeo. Pas� por mujer discreta y ejemplo de virtud.

REINA DE COPLA. Mar�a de las Mercedes de Orle�ns de Borb�n fue la �nica espa�ola que ha ocupado el trono como reina consorte.Criada en Sevilla, era ingeniosa, muy linda y, seg�n escribi� Alfonso XII cuando eran novios, �la imagen perfecta de la bondad�.Reina de copla, su matrimonio dur� cinco meses: ella muri� de tifus al alba de los 18 a�os.

LA BUENA REGENTE. Puesto que el joven viudo no hab�a conseguido sucesi�n se hizo necesario casarlo de nuevo. Alfonso y Mar�a Cristina de Habsburgo Lorena, archiduquesa de Austria, contrajeron matrimonio en 1879. Seis a�os despu�s el rey muri� dejando dos hijas y a su esposa embarazada de un var�n, el futuro Alfonso XIII. Asumi� la regencia de modo admirable hasta 1902.

LA DESDICHADA. Victoria Eugenia de Battenberg, sobrina del rey Eduardo VII de Inglaterra, era una belleza rubia que encandil� al joven Alfonso XIII. Abjurada su religi�n protestante, disfrazada su calidad de hija de un pr�ncipe morgan�tico alem�n, velada su dolencia gen�tica (la hemofilia, enfermedad muy poco estudiada por entonces), do�a Victoria Eugenia pudo acceder finalmente al trono de Madrid. El d�a de su boda, 31 de mayo de l906, una bomba, lanzada por un anarquista contra la carroza nupcial, caus� varios muertos a su alrededor. Alfonso XIII le reprochaba, injustamente, haber transmitido la hemofilia a la Casa Real de Espa�a y, tras el exilio de 1931, se separaron de hecho.

LA PRESENTE. En 1962, Juan Carlos de Borb�n contrajo matrimonio con Sof�a de Grecia. Entonces s�lo hab�a dos pr�ncipes europeos con expectativas sucesorias a un reino: Harald de Noruega y el propio Juan Carlos, elegido por el general Franco para perpetuar su r�gimen autoritario. Harald prefiri� una noruega a la princesa helena y Juan Carlos la despos� en Atenas. Despu�s, �l fue designado �sucesor a t�tulo de Rey�. Don Juan Carlos acept�, con la oposici�n de su padre, el conde de Barcelona, heredero de Alfonso XIII, lo que le desvinculaba de su pasado din�stico.

�Por raz�n de Estado�, del periodista Juan Balans�, sale la venta esta semana, publicado por Plaza y Jan�s




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