La verdadera historia de Alicia de Battenberg, la suegra de Isabe | El Cierre Digital
12 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Su hijo es Felipe de Edimburgo que se casó en 1947 con la soberana inglesa y era, además, tía segunda de la Reina Emérita de España doña Sofía

La nueva estrella de Netflix: Alicia de Battenberg, suegra de Isabel II, monja ortodoxa y heroína del Holocausto

Alicia de Battenberg
Alicia de Battenberg
La serie de Netflix 'The Crown' ha convertido para muchos el pasado de la Casa Real británica en lo que siempre fue: un culebrón lleno de amores, traiciones y personajes excéntricos. Para los desconocedores de la reciente historia del Reino Unido esta ficción televisiva ha convertido en populares a muchos personajes secundarios de la dinastía. Una de ellos es Alicia de Battenberg, la peculiar suegra de Isabel II.

Alicia de Battenberg, princesa de Grecia y Dinamarca, madre del príncipe Felipe de Edimburgo, ha sido durante años un nombre poco conocido incluso en el país del que es consorte su hijo. Sin embargo, el futuro monarca Carlos de Gales siempre ha tenido muy presente a su abuela paterna. El viernes 24 de enero, Carlos de Inglaterra en una visita a Jerusalén (Israel) dijo que desde hace mucho tiempo las acciones altruistas de su querida abuela le sirven de inspiración.

¿Pero quién es Alicia de Bettenberg? Alicia de Grecia, como se la conoció durante años, nació en el castillo de Windsor en 1885 hija de Victoria de Hesse, (nieta de la Reina Victoria) y de Luis de Battenberg. Por sus venas circulaba la sangre de siete dinastías del Gotha. Casi cinco siglos de historia europea le precedían. Sorda de nacimiento, sus padres la casaron en 1903 con Andrés de Grecia, Príncipe de una monarquía casi a estrenar, la griega, cuya dinastía reinante era una rama secundaria de la corona danesa. Era el cuarto hijo de Jorge I de Grecia.

En su juventud con su marido Andrés de Grecia. 

Tras ser madre de cinco hijos, cuatro mujeres y Felipe, vivió una revelación mística y decidió tomar los hábitos de una orden de monjas. Antes de este arrebato religioso vivió con toda su familia política las hieles del exilio cuando el 1920 tuvieron que salir huyendo de Grecia. La vida de la familia fue nómada durante años, viviendo de la caridad de parientes pertenecientes a dinastías reales que habían conocido, hasta entonces, mejor suerte.

En 1930 vivió una de las perores experiencias de su vida. Su marido decidió internarla en sanatorio mental en Suiza. Nadie entendía sus arrebatos religiosos ni la forma en la hablaba directamente con Dios. Se le diagnosticó esquizofrenia paranoide. Cuando dos años más tarde pudo salir, volvió a Atenas porque en Grecia, una vez más, se había restaurado la monarquía. Sin embargo, no volvió con su marido al que nunca perdonó su internamiento.

Se centró en estos años en las obras de caridad y llegó a fundar la Orden Cristiana de la Hermandad y de Marta y María, una congregación de religiosas caracterizada por  el hábito de color gris adscrita a la Iglesia Ortodoxa. Su labor durante la invasión fascista de Grecia fue encomiable. Llegó a ser nombrada Heroína del Holocausto en Israel por haber ocultado a familia judías durante la II Guerra Mundial.

Su relación con su nuera Isabel II nunca fue especialmente cálida. La entonces princesa inglesa veía con espanto las excentricidades de su suegra que acudió a su boda en 1947 vestida de religiosa. Apenas participó cuando su primo hermano Luis de Mountbaten, se encargó de que Felipe se convirtiera en el consorte de la soberana inglesa. Mountbaten, es uno de los personajes más pintorescos de los círculos reales. Bisexual declarado, negoció la independencia de la India y fue asesinado por el IRA en 1979.

En Londres con su hijo Felipe de Edimburgo. 

Sin embargo, sí aceptó de buen agrado dos regalos de su pintoresca madre política. Un brazalete que se convierte en tiara, que lucieron la Princesa Ana y la hija de ésta Zara Philips en ocasiones y un solitario de diamantes que siempre lleva consigo la soberana inglesa.

Alicia, tía en segundo grado de la Reina Sofía, siempre permaneció viviendo en Grecia, bajo el manto protector de la dinastía helena. Tras verse obligados a salir al exilio de nuevo, tras el contragolpe que intentó el Rey Constantino contra los militares en diciembre de 1967, Alicia se refugió en el palacio de Buckhingham pero, siempre con su sempiterno hábito, no tuvo papel oficial en el protocolo real. Su sobrina Irene le aficionó en esos años a los Beatles y se interesó por las corrientes orientalistas tan en boga en la década de la psicodelia. Falleció en 1969 a los 84 años y tal y como exigió fue enterrada en Tierra Santa.

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