La Corona Británica esconde un sinfín de oscuros secretos, aunque algunos vayan saliendo a la luz y no puedan ser negados por las autoridades correspondientes, existen aún muchos misterios que se fueron o se irán a la tumba con la realeza. Seguramente muchos fueron sepultados recientemente junto con el príncipe Felipe, sobre todo aquellas anécdotas sobre el oscuro pasado de su madre Alicia de Battenberg.
Alicia de Battenberg
Victoria Alice Elizabeth Julia Marie nació en el castillo de Windsor en 1885, sus padres eran el príncipe Luis de Battenberg y la princesa Victoria de Hesse, ella era nieta de la reina Victoria. Cuando era una niña pequeña, le diagnosticaron sordera y, para distraerse de esta condición y concentrarse en otras habilidades comenzó a leer mucho, al grado de que a los 8 años era considerada una lectora con el nivel de un adulto. Se cree que tanto su sordera como su conocimiento literario pudieron haberla hecho sensible a los desfavorecidos y marginados.
Foto: HolaEn 1903, a los 18 años, Alicia se casó con el príncipe Andrés de Grecia. La pareja tuvo cinco hijos: cuatro hijas y un hijo, el futuro duque de Edimburgo y consorte de la reina Isabel II de Inglaterra. Durante la Segunda Guerra Mundial, la princesa Alicia vivió en el palacio de Atenas del príncipe Jorge de Grecia, su cuñado, mientras trabajó con la Cruz Roja Sueca y Suiza. Ese momento en la historia fue particularmente difícil para Alicia, ya que además de enfrentarse a los horrores de la guerra, dos de sus yernos lucharon en el lado alemán mientras que su hijo, Felipe, se encontraba luchando en la Marina Real Británica.
Los experimentos con Sigmund Freud
También es bien sabido que uno de los pasajes más polémicos de la vida de Alicia fueron sus encuentros con el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, quien llegó a la conclusión de que los problemas mentales que presentaba Alicia estaban relacionados con sus niveles hormonales, además de su supuesta “frustración sexual”. Para curar esto Freud recetó que se le aplicaran rayos X sobre los ovarios y así estimular el aceleramiento de su menopausia. Esto resulto un completo fracaso (y tortura) que le dejo secuelas de por vida.
Foto: El País
Alicia, la monja
En enero de 1949 fundó una orden de enfermería de monjas ortodoxas griegas: la Hermandad Cristiana de Marta y María. Decidió retirarse del mundo y se mudó a la isla de Tinos. Tras el golpe de Estado en Grecia en 1967, regresó a Inglaterra y se mudó al Palacio de Buckingham para estar cerca de su hijo y su familia. Se relacionó estupendamente con la princesa Ana y siempre vivió una vida muy reservada, lejos de lujos y medios de comunicación. Murió en Londres en diciembre de 1969, a los 84 años. Se dice que antes de morir quemo todas sus cartas y solo dejo tres vestidos como herencia.
Foto: Vanity Fair
Poco antes de su muerte, la princesa Alicia expresó el deseo de ser enterrada en Jerusalén, junto a su tía, la gran duquesa Isabel Fyodorovna, quien, como la princesa Alicia, se había convertido en monja y había fundado un convento. La Gran Duquesa Fyodorovna fue asesinada durante la revolución rusa y sus restos fueron enterrados en la Iglesia de María Magdalena en el Huerto de Getsemaní en Jerusalén. En 1988, diecinueve años después de su muerte, el ataúd de la princesa Alicia fue trasladado a la cripta en Getsemaní en el Monte de los Olivos en Jerusalén.
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