Cuando caminar renqueando estaba de moda gracias a «la cojera de Alejandra»

Podríamos escribir una enciclopedia con todas las  modas absurdas que han existido a lo largo de la historia. Tenemos mucho material, desde la tradición china de vendar los pies hasta que las mujeres ya no pueden mantenerse erguidas, hasta los corsets que restringían tanto el cuerpo que muchas fashionistas terminaban con costillas rotas.

Muchas de estas tendencias surgieron como muestra de estatus. Las mujeres de la alta sociedad china se vendaban los pies para demostrar que no necesitaban trabajar, la palidez extrema también existía para diferenciar a los ricos de los pobres que tenían que trabajar al sol. Pero hay una que se destaca sobre las otras porque, realmente, no tiene sentido alguno: la cojera de Alexandra.

Como sabemos, en el siglo XIX y principios del XX las personas no tenían una gran calidad de vida. Sin vacunas ni medicina moderna, las enfermedades más comunes eran capaces de matar o dejar problemas para toda la vida y ellas no discriminaban por clase, pero los ingleses ricos convirtieron los síntomas en algo deseable y de moda, y todo gracias a una mujer.

Influencer de enfermos

Alejandra de Dinamarca fue la Princesa de Gales a fines de siglo XIX y reina consorte desde 1901 hasta 1910. Además de sus responsabilidades como monarca, ella también era un ícono de la moda en su tierra, pero por todas las razones equivocadas. 

Ella fue algo así como una influencer de la moda antes de que existiera el término. Usaba gargantillas y escotes altos para esconder una cicatriz de una operación y, por los siguientes 50 años, ese fue el estilo elegido por las fashionistas inglesas. Más adelante, un ataque de fiebre reumática la dejó con una cojera muy pronunciada y tenía que salir en público con un bastón para poder caminar. En vez de sentir pena por ella, sus súbditos la vieron y pensaron que caminar así era de lo más « cool». 

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De esa manera, Inglaterra se llenó de jóvenes ricas que caminaban por las calles como si tuvieran un pie roto. Al principio era una moda algo inocente, se inspiraban en la princesa y querían imitarla usando zapatos distintos para caminar raro, pero después los zapateros se dieron cuenta de que la cojera podía ser una buena oportunidad de negocios y comenzaron a vender un calzado más alto que el otro. Así fue como, al menos por un tiempo, cojear se convirtió en una cosa de lo más deseable.

Sin embargo, no todo el mundo lo veía así. Un artículo del  North British Mail publicado en 1869 expresa lo que nosotros pensamos cuando nos enteramos de que esta moda existió: «Es tan dolorosa como idiota y ridícula». Está comprobado que la cojera tiene efectos muy negativos en el cuerpo, puede provocar dolores en la columna, las caderas y las rodillas, pero la belleza duele, ¿No?

Afortunadamente, la moda no duró mucho tiempo más y fue reemplazada por otra: una falda larga que tenía una parte inferior tan angosta que las mujeres debían caminar como si sus piernas estuvieran atadas. 

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