El gobierno de Omar Perotti puede darse por satisfecho esta semana. Con un bloque diminuto en Diputados logró imponer la mayoría de los pliegos de los jueces comunitarios de la provincia. Nadie sabe muy bien qué hace un juez comunitario, pero eran muchos los que había que designar y su sueldo arranca en los 300 mil pesos. El tema no era judicial sino, como siempre, político. Los senadores que sí son en su mayoría peronistas, conformaron también la Asamblea Legislativa que operó en las designaciones y fueron clave para llegar al número necesario para avalar los pliegos.

Pero hay un detalle que no se puede pasar por alto: el flamante bloque peronista Construyendo Futuro que integra el senador del departamento Rosario Miguel Rabbia y orienta el senador nacional Marcelo Lewandowski; dio un paso más en su corto recorrido de divorcio político con el perottismo. Rabbia votó en soledad en contra de todos los pliegos cuestionando la metodología de selección de los mismos, pero votó a favor del pliego que pone al fiscal Matías Edery al frente de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos de la que ya era adjunto.

Edery es el mismo fiscal que en su momento, junto con Luis Schiappa Pietra pidió el desafuero del senador por el departamento San Lorenzo, Armando Traferri, al que acusan de ser parte de una red de juego clandestino que terminó con dos fiscales presos y un capitalista de apuestas arrepentido. Por eso es que Traferri y su sector de senadores (el Nuevo Espacio Santafesino) le bajaron el pulgar al ascenso de Edery.

En esa dirección, el nuevo espacio interno de Lewandowski en el peronismo reivindica que el actual senador nacional ya se había expresado cuando ocupaba su banca en la provincia, en el mismo sentido: cuestionando la metodología de designación de magistrados provinciales y avalando el pedido de desafuero de Traferri para que sea investigado. “Hay una coherencia que es innegable”, destacaron los voceros de Construyendo Futuro que avanzan en su propio camino después de comprobar que Perotti no se decide a dar su aval ni estructura de cara a las elecciones del año próximo a uno de los peronistas mejores posicionados en las encuestas que es el propio Lewandowski.

Los resultados de las votaciones le permitieron también a la vicegobernadora Alejandra Rodenas ir por su propia cosecha como cabeza de la Asamblea Legislativa. “La institucionalidad se realiza respetando los acuerdos y las tensiones que la sostienen”, aseguró y dijo también que “este jueves demostramos que la Legislatura provincial puede dar respuestas concretas”. Esas respuestas concretas fueron dar acuerdo para los 78 pliegos enviados por el Ejecutivo: 32 jueces comunitarios, 24 jueces de fuero civil, comercial, penal y de familia y 19 fiscales. Además de un vocal abogado del Tribunal de Cuentas y dos directores del Ente Regulador de Servicios Sanitarios. Uno de ellos, el ex ministro de Seguridad Jorge Lagna.

Es preciso conocer también que en medio de la Asamblea Legislativa, Rodenas propuso un minuto de silencio para homenajear a la fallecida presidenta de Madres de Plaza de Mayo Hebe de Bonafini. A los diputados antiderechos, que son varios en Santa Fe, casi no les da tiempo de mostrar su disconformidad con el homenaje así que optaron por salir rápida y ruidosamente de la sala. El pelotón lo encabezó Amalia Granata y la siguieron Betina Florito y Juan Argañaraz. Esta último incluso había presentado un proyecto de repudio contra Hebe.

Ya en la sesión anterior, cuando la Cámara de Diputados condenó la vandalización de los pañuelos de las Madres, en Rosario, con la leyenda “fueron 8.000”, cinco diputados antiderechos se negaron a votar el repudio porque uno de ellos, Nicolás Mayoraz, dijo que en la Argentina no hubo “30.000 desaparecidos, sino una “cifra sensiblemente menor”. Además de Mayoraz y sus colegas del bloque: Argarañaz y Armas Belavi también se abstuvieron Granata y el diputado de la Coalición Cívica ARI, Sebastián Julierac. En el debate, el diputado Carlos del Frade les advirtió que el “negacionismo es un delito” y “tiene que ver con el crecimiento del fascismo”.

Hace dos meses, Mayoraz, Argarañaz, Armas Belavi y Granata también se negaron a firmar una declaración de la Cámara que repudió el atentado a la vicepresidente de la Nación Cristina Fernández de Kirchner, el 1º de setiembre, y Granata zafó de que no la expulsaran de su banca por banalizar la tentativa de magnicidio, a la que llamó “pantomima”, “circo”, “armado”.

Los trapitos al sol

En una ciudad que está al tope de la violencia criminal, no logra acomodar el servicio de transporte de pasajeros a la época de la prepandemia y tiene un cada vez más deficiente servicio de taxis; el tema que ocupó esta semana horas y horas de debate y espacio en los medios fue el de la regulación de los “trapitos”. Ni siquiera el término es rosarino, aquí siempre se los llamó “cuidacoches”. Pero es normal el cambio de denominación porque la ciudad -al menos la mayor parte de sus representantes- compró un problema importado de Buenos Aires. Un problema de Horacio Rodríguez Larreta que encima, lejos está de solucionarse en CABA.

El propio concejal del PRO, el siempre reutemista Carlos Cardozo lo resumió: “Este nuevo debate es un triunfo de los que venimos batallando desde que éramos Unión PRO en el Concejo Municipal”, es decir que desde hace muchos años se intenta instalar este tema en la agenda de Rosario. Cree el macrismo que gana puntos en esta cuestión en sectores de su electorado que tienen autos de alta gama pero nunca quieren gastar en estacionamientos.

Nadie niega que pueda haber cuidacoches violentos, afectados por el consumo de alcohol u otras sustancias. Pero estas actitudes individuales no se pueden controlar por ordenanza sino con policías y agentes municipales. Los dos hechos invocados para reponer en los títulos el supuesto “flagelo” de la ciudad fueron el partido de Talleres en el estadio de Newell's por Copa Argentina y el recital de Tini en el hipódromo. Los dos eventos masivos mostraron fallos en la organización de la seguridad entre policía y municipalidad. El problema con los hinchas cordobeses no fue que los cuidacoches les cobraran mil pesos, sino que los simpatizantes de Talleres casi incendian el Parque Independencia haciendo asados al pie de cualquier árbol.