Alberto Sordi, personaje y persona, al descubierto en su residencia romana

'Invadimos' la fortaleza de Alberto Sordi, 'Albertone' para los italianos. Te descubrimos la primera retrospectiva sobre el célebre actor italiano de La Dolce Vita, que tiene lugar en su espectacular casa romana.

Sordi en 'Un americano a Roma'

Alamy

“Nosotros hemos tenido el privilegio de nacer en Roma, y yo la he practicado como es debido, porque Roma no es una ciudad como otras. Es un grande museo, un salón por el que hay que pasear de puntillas”. Así describía su ciudad natal el actor Alberto Sordi.

Roma era para él casa y, en especial, lo era su gran hogar de color Tierra de Siena, emplazada en el corazón verde de la ciudad, entre las termas de Caracalla, el Parque Egerio y Porta Latina. Era su retiro, cuando no estaba rodando o viajando por el mundo. “En esta casa soy feliz. Y por la mañana, cuando me despierto y miro por la ventana, veo Caracalla y el campanario romano con la muralla, siento que estoy justo allí, en Roma, en el corazón de la ciudad, pero lejos de la contaminación caótica del centro”, decía.

Con motivo del centenario del nacimiento del actor, su casa se abre al publico por primera vez – hasta el 31 de enero de 2021 – para albergar la muestra 'Alberto Sordi: 1920-2020'.

Villa Sordi

Alamy

Cruzar esas puertas supone así invadir su fortaleza, porque Sordi disfrutaba mucho de su soledad, si bien solía estar rodeado de sus inseparables hermanos, Giuseppe, Aurelia y Savina, y unos pocos amigos, quienes dejaron de acudir a la casa en 1972, cuando el actor cómico, con motivo de la muerte de su hermana Savina, no quiso recibir ninguna visita, hasta el día de su muerte, el 24 de febrero de 2003.

‘Albertone nazionale' (así le llamamos en Italia) compró esta casa en poco menos de unas horas en mayo de 1954; le había llamado siempre la atención durante sus largos paseos en bici y cuando le propusieron comprarla no se lo pensó dos veces, disputándosela, dicen, al mismísimo Vittorio De Sica.

EL 'ALBERTONE' PRIVADO

La muestra arranca con la historia de la casa – el contrato, los planos, las anécdotas – y sigue en el cuarto que Sordi transformó en teatro, en el que no faltan los camerinos para los actores y donde destaca entre todos los elementos un pianoforte negro Bechstein. Aquí se cuenta el pequeño y joven Alberto, nacido en el corazón de la ciudad, en el Trastevere, retratado junto con los amados hermanos, la madre maestra y el padre músico y haciendo sus pinitos en las artes escénicas, de hecho, con solo diez años ya viajaba por Italia en una compañía de marionetas.

El 'Albertone' privado: los detalles de Villa Sordi

Alamy

Antes de subir a la planta de arriba, se pasa por el gimnasio donde se encuentra el toro mecánico con el que el actor competía con los amigos – dicen que Anna Magnani fue una de las más asiduas -. Aquí además, el artista guardaba los recuerdos más queridos de su larga trayectoria, como la visera de Un americano a Roma (1954) o las botas y la paleta del vigilante de Il vigile (1960).

En la planta de arriba nos da la bienvenida el salón, con amplios ventanales a las termas, presidido por un retrato del gran cómico romano y en el que sobresalen dos cuadros de De Chirico (El Trovador y Héctor y Andrómaca), que al actor adquirió directamente al pintor, así como varios objetos personales de Sordi; entre ellos, las fotos con Papa Giovanni XXIII y Papa Ratzinger o los innumerables premios, como los Nastri d'Argento, los Osos, los David de Donatello o el León de Oro honorífico que obtuvo de la Muestra de Venecia en 1995, donde cuatro décadas antes despuntó por su papel junto a Vittorio Gassman en La Grande Guerra (1959) de Mario Monicelli, que le valió el premio especial y una nominación al premio Oscar de 1960 a la mejor película en idioma extranjero.

La joya de la casa es sin duda, la barbería: un grande cuarto repleto de objetos curiosos, como un teléfono vintage rojo y una radio antigua beige, rodeado de espejos enormes - ante los que Sordi ensayaba – y en el que luce un cuadro firmado por uno de los padres del Neorrealismo, Cesare Zavattini. ¡Caerás en la tentación de sacarte tu foto (o más) recuerdo!

EL PERSONAJE

Tras este recorrido por el 'Albertone' más íntimo, accedemos al jardín, donde aún sigue aparcado su coche, un Fiat Punto gris, y en el que se encuentra un busto de Sordi ataviado con una toga con la inscripción "Emperador del cine italiano". Aquí se han instalado además, dos pabellones que acogen todo tipo de documentación y reliquia inéditos relacionados con la larga carrera del artista.

La barbería de Villa Sordi

Alamy

Una carrera en la que el cómico romano retrató a su manera a una sociedad entera, sobre todo a la del boom económico después de la Segunda Guerra Mundial y de los años sesenta en Italia. Sordi quedó como todo un símbolo, el de un joven engreído que hace un cruce de mangas a los trabajadores en I Vitelloni (1953) o que amenaza con el suicidio desde lo alto del Coliseo si no le permitían ir a América. I Vitelloni de Fellini, el Viudo (1959) de Dino Risi, seguirán siendo hitos del cine, juntos con el personaje de Otello Celletti de El policía (1960) o El Médico de la Mutua (1968).

Supo representar al italiano medio con sus defectos y virtudes y encarnó a la típica y sagaz ironía romana que aún vive a través de sus películas. Tal es así que en el 2000, por su 80 cumpleaños, el ayuntamiento de Roma le permitió ejercer como alcalde por un día.

Además de ser actor, Sordi fue director, comediante, guionista, compositor, cantante y actor de doblaje italiano – prestó la voz a Oliver Hardy, Robert Mitchum, Anthony Quinn y a Marcello Mastroianni para la película Domenica d'Agosto, entre otros -. Así que, pasear por los dos pabellones instalados en el jardín es como viajar por la poliédrica trayectoria del actor más querido de los romanos.

Más de 20 trajes de escena, guiones originales, material audio de entrevistas y programas de radio, imágenes de il Giro d’Italia – del que Sordi fue cronista-, un sinfín de carteles – donde vemos a un joven Miguel Bosé (El ávaro) -, los artículos para Il Messaggero – del que Sordi fue uno de los suscriptores más generosos y la mítica Harley Davidson de Un americano en Roma (1954) son los solo algunas de las joyas que forman parte de este viaje.

Salón del piano de Alberto Sordi

Villa Sordi

Además, en esta área de la muestra descubrimos al 'Albertone' tiofoso de la Roma, en una targa se lee “En esta casa también el perro es de la Roma”; los animales eran otra pasión del actor cómico, tuvo 18 perros, todos descansan en el jardín de la casa. Y hablando de pasiones, mención aparte merecen las mujeres.

SORDI Y LAS MUJERES

Junto con Marcello Mastroianni fue uno de los latin lovers más célebres del cinema italiano, sin embargo nunca llegó a casarse. Prefería pasarlo bien, entre el trabajo, la buena comida, los amigos y las mujeres, además, él ya contaba con dos figuras femeninas que constituían su atípica familia: las hermanas Aurelia y Savina. Fue muy hábil en eludir los paparazzi más expertos de la época de La Dolce Vita.

Los secretos de Villa Sordi

Villa Sordi

“E che so matto? Me metto un’estranea dentro casa?!” (¿Crees que estoy loco? ¡Como voy a meterme a una desconocida en casa!) Así solía contestar, en romano, a la eterna pregunta de por qué no se casaba. Si bien se le conoce una grande historia de amor oficial de 9 años, en el medio de innumerables flirts - Shirley MacLaine fue uno de los más internacionales -, y es la que tuvo con la diva Andreina Pagnani y que terminó algunos meses antes que Sordi alcanzara la fama con El jeque blanco (1952) de Federico Fellini.

Uno de los amores secretos y platónico del actor fue Silvana Mangano, conocida en el rodaje de La Grande Guerra y con la que coincidió en muchas más películas. Este amor nunca llegó a concretarse porque la Mangano estaba casada con el productor Dino de Laurentis.

SUSCRÍBETE AQUÍ a nuestra newsletter y recibe todas las novedades de Condé Nast Traveler #YoSoyTraveler

Carta de amor a Italia

Ver galería: Una de romanos: la España del péplum

Dirección: Piazzale Numa Pompilio, Roma Ver mapa
Horario: Hasta el 31 de enero de 2021 de lunes a jueves de 10 a 20 hora; viernes y sábados de 10 a 22 horas; domingo de de 10 a 20.
Precio medio: 12€ entero; 8€ reducido; 5€ niños de entre 6 y 14 años.