La nada y el lodo

La nada y el lodo

El presidente del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, gesticula mientras habla durante un debate parlamentario en vísperas de la votación para elegir al próximo primer ministro de España, en el Congreso de los Diputados en Madrid el 15 de noviembre de 2023 - PHOTO/AFP/JAVIER SORIANO
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez - PHOTO/AFP/JAVIER SORIANO
J. L. Cebrián ha sido expulsado del paraíso prisaico, cinco minutos antes de que la IA deje en la calle a cientos de periodistas solos frente al fentanilo. Ahora, precisamente ahora, tenemos que convenir que estamos a las puertas del largo invierno sanchista. Solo Broncano y sus productoras (28 millones de euros en dos temporadas) sobrevivirán en el prime time de TVE1. 
  1. El estadista global
  2. Al final de la escapada
  3. Yolanda, Puigdermont…
  4. Escenarios postelectorales
  5. Memoria horizontal, democracia vertical 

La última sesión parlamentaria ha confirmado que este Gobierno acude a las sesiones de control a controlar a la oposición. No al revés. No responde ninguna pregunta.  Para evitar los graves problemas de corrupción -empezando por la Ley de Amnistía que es la madre de todas las corrupciones-, Pedro Sánchez utiliza el Falcon para predicar “urbi en orbi” que va a reconocer el Estado palestino. Solo o en compañía de otros. No sabe, no contesta.

El estadista global

Mientras tanto, los saharauis que se pudran en el olvido. Con Marruecos nos llevamos de maravilla, pero ni se abren las fronteras de Ceuta y Melilla ni dejan de llegar inmigrantes a Canarias. La ruptura con Argelia nos cuesta un potosí. Gibraltar nos chulea ahora con Cameron, el artista del Brexit, como titular de Exteriores. El diplomático Sánchez todavía no ha felicitado a Milei por su triunfo en Argentina. 

Está en contra de Putin por la invasión de Ucrania, pero España es el socio de la UE que sigue comprando más gas y petróleo a Rusia para masacrar a Kiev. En Venezuela sigue apoyando descaradamente al dictador Maduro mientras impide que la oposición pueda presentarse a las elecciones presidenciales. Y sigue protegiendo a los Castro-Canel en la cárcel de Cuba mientras se mueren de hambre y esperan que la electricidad les llegue por barco desde Vietnan, “aunque, compañeros”, -dice Beatriz, primera secretaria del PCC de Santiago- “tardará en llegar porque hay mucho hielo y el vapor viene en zig-zag”. A eso lo llama contar la verdad al pueblo. 

El presidente no ha descubierto aún el estrecho de Ormuz, pero su cruzada contra Israel sigue su curso. Lástima que sus socios de Gobierno y de coalición parlamentaria no suscriban sus políticas frente a Moscú y sigan exigiendo la ruptura de relaciones con Tel Aviv. 

Al final de la escapada

A partir del tercer año de estar en la Moncloa, todos los presidentes españoles descubren su vocación geopolítica internacional. Salvar al mundo bien sea del cambio climático o de los enemigos del interior se convierte en su misión especial. Los problemas nacionales pasan a segundo plano excepto salvar al gudari Otegui.

El día después, los problemas siguen ahí: la Ley de Amnistía y el conflicto institucional Congreso-Senado; la corrupción del Tito Berni a Koldo, pasando por Barrabés y Rubiales y las cartas de recomendación de Begoña, -el gran talón de Aquiles familiar- con fondos europeos salpican a Air Europa. Las maletas de Delcy Rodríguez, Aldama, presidente del Zamora, Correos reconvertido en un erial, el asalto a Telefónica con dinero de las CC. AA. y de los Ayuntamientos, el comportamiento impropio del “inidóneo” fiscal general del Gobierno que ahora quiere que sean los fiscales y no los jueces quienes instruyan los expedientes judiciales. Como si esto fuera América del Norte. 

En resumen, concentrar los tres poderes en la Moncloa (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) a imagen y semejanza del compañero Bolaños. Y siempre con el beneplácito del líder carismático. Recuperar el “verticalismo democrático” con el partido único, la coalición parlamentaria de enemigos de la Constitución, del municipio y del sindicalismo nazional-socialista e independentista de CC. OO. y UGT. 

El PP se ha arrugado como siempre y no ha citado al exministro Ábalos ni a Sánchez ni a Begoña. Otra farsa. Una guerra fría descafeinada.

Colonizados el TC, la Fiscalía y la Abogacía del Estado; el Tribunal de Cuentas, las televisiones públicas y privadas, la Universidad, domesticada la Banca y las Eléctricas, la Bolsa, la CEOE, Mercasa, la Iglesia con su cruz de San Andrés en el IRPF, el Ejército sin balas, la Policía sin medios para detener a los narcotraficantes, solo faltar ganar el pulso al campo. Y a Ayuso y su novio.  A los autónomos los ha desactivado. Y al final, todos de rodillas.

Eso sí: Sánchez insiste en que “aquí se crean 5 veces más empleos que en la UE”, pero no dice que el 15% de las familias españolas están en situación de pobreza. Ni que muchas no pueden llegar a final de mes. La inflación por las nubes. Nuestro poder adquisitivo es el de 2009. Esa es la realidad. 

Seis años después de la llegada al poder del ciudadano Sánchez, el Gobierno no ha entregado ni una llave de las 183.000 viviendas prometidas. Estamos en periodo electoral. Al final de la escapada, nos queda un país sin presupuestos, sin Gobierno y con una deuda infinita.

Lo peor del régimen de “Sanchinistán” está por llegar.  La verdad es que el doctor inició su mandato denunciando la corrupción del PP y ahora va a acabar con la corrupción del PSOE también. ¿Cómo? Muy sencillo: legalizándola como ha hecho con los indultos, la amnistía y la malversación de fondos públicos. 

Las hazañas de Koldo -“el militante socialista ejemplar, según don Pedro”- no son nada de nada comparadas con la gran corrupción que se avecina y que nadie quiere aventar: el despilfarro de los dineros europeos, la palanca para salir de las pandemias. Los fondos “Next Generation” (145.000 millones de solidaridad europea) que solo el Gobierno sabe a qué bolsillos públicos y privados han ido a parar. Vox permitió con su voto que la Moncloa los gestionara a su antojo. Y ahí estamos: todo es un mar muerto de silencios y un océano de opacidad. 

Al final de la escapada sanchista, volveremos a la crisis que nos ocultó su mentor ZP. La legislatura, sin cuentas públicas, está muerta. 

Yolanda, Puigdermont…

… Y otros “palizas” del montón. Yolanda tras el éxito electoral de Sumar en Galicia ya no es lo que era. Los Comunes confirmaron que no manda en la coalición. La defensa desesperada de Begoña -“ese acoso de la ‘derechona’ es machismo”-, delata que quiere alcanzar del César el perdón por sus pecados y debilidades. 

Sin presupuestos en Cataluña, en el Ayuntamiento de Barcelona y en el Palacio de los Leones. Ya no es nadie. Luego ataca a Garamendi denunciando el final de las pensiones. Y termina filosofando: “Que asuma el puesto que ostenta”. Sin desperdicio. Mientras se enreda en las listas al Parlamento Europeo, el tabernero de Lavapiés resucitó su venganza en Bilbao: tras asegurar que don Pedro aceptaría un Gobierno vasco de Bildu, calificó el partido de la señora Díaz de “la izquierda que no sirve para nada”. ¡Vaya tropa!

Con Aragonés García todo es posible. No eran posibles los indultos, y se consiguieron los indultos, tampoco era posible cambiar el Código Penal para desmantelar el delito de sedición y la rebaja por malversación de fondos públicos. Y fue posible como posible fue “invisibilizar” el “Tsunami terrorista democrático”. Y fue posible con la amnistía. Solo queda llegar a la estación término: el referéndum de autodeterminación. Sánchez lo hará posible. 

Otegui era, junto a Rubiales -hasta que se envenenó con el “pico” de Jenny Hermoso-, el otro protegido de Sánchez. ¿Cómo entender que su nombre desaparezca de dos informes de asesinatos de ETA como jefe de las ejecuciones? ¿Quién dio la orden en la Guardia Civil para blanquear a este terrorista? Todo pasa por Marlaska. Siempre el ministro presente desde El Chivatazo de El Faisán hasta las zodiacs de Barbate. El líder abertzale nunca desveló el precio que exigió a Sánchez por investirlo. Pero ha sido claro en su último acto electoral en Irún: “Exigiremos un referéndum de autodeterminación antes de que se acabe esta Legislatura”. 

Puigdemont ha acercado su residencia al sur de Francia para llegar a Barcelona bajo palio independentista de sus fieles el 12M por la noche.  Es claro que el pacto Sánchez-Putxi es de doble dirección: los dos gobernarán simultáneamente o se rompe la baraja. Lo más enternecedor ha sido el chantaje emocional del golpista: “O soy presidente de la Generalidad o me marcho a casa”.  ¡Qué gran ocasión para no votarlo!

Esta semana han resultado patéticas las imágenes de Rato (don Rodrigo), un hombre de los más poderosos de la década de los 90, disfrazado de motero en su viaje ante los Tribunales. No eran menos patéticas las de Zaplana (don Eduardo) traicionado por su amigo del alma y de pupitre. Ambos políticos del PP no han podido explicar su enriquecimiento. Traté a los dos en el Congreso. Cinco lustros después, su ambición se ha transformado en una copla manriqueña. No somos nadie. 

Y, finalmente, terminamos este bucle melancólico con el incorregible Feijóo. A punto estuvo de dinamitar la campaña gallega al desvelar que había mantenido conversaciones con Junts antes de su investidura fallida. Días atrás insistió en que “si Puidmemont renuncia a sus plantamiento maximalistas -independencia- y vuelve al redil constitucional, estaría dispuesto a pactar con él. ¿En qué planeta habita este hombre? Vive entre el Círculo Ecuestre y La Vanguardia; no ha entendido a Cataluña. Espero que no hable, como Aznar, catalán en la intimidad.   

Hable con Cayetana, señor Núñez (don Alberto), o con Antonio Robles, amigo de la diputada madrileña Álvárez de Toledo y le explicarán al alimón qué es sentirse “extranjero en su país”. Más errores no forzados, no; señor presidente del PP.

Escenarios postelectorales

Las tres convocatorias electorales son decisivas para detener el “régimen populista y podemita” que representa el sanchismo.

El futuro del presidente está en las urnas. Y el nuestro. El domingo 21, cuarenta y ocho antes de que espíritu comunero (1521) reverdezca en Villalar, los vascos -menos los 200.000 exilados de los años 70, 80 y 90- tienen cita de nuevo en las urnas.

La encuesta de Tezanos sitúa a Bildu dos puntos por encima del PNV. Parece una estratagema para que el PSE siga siendo decisivo. La alternativa a los de Xabin Etxea es un Gobierno Bildu-PNV con el 75% de escaños nacionalistas. El PSE quedaría reducido a cenizas y el inquilino monclovita más prisionero que nunca en el Congreso de los Diputados. Urkullu cree que en otoño habrá elecciones generales. ¿Ha llegado el otoño del patriarca?

La precampaña hacia los comicios del 12-M es más decisiva aún que las vascas. Puigdemont se lo juega “a todo o nada”. Hay que tener bemoles para presentarse como el “president legítimo”, un maleante que huye en el maletero de un coche. Que Illa repita como primera fuerza y a mucha distancia de Junts y de ERC revela que los catalanes han perdido el juicio a pesar de la desbandada de Ciudadanos que morirá de orgullo y satisfacción al grito de “¡Detenlos! 

Lo más probable es que se forme un tripartito presidido por don Carles. No dejarán que gobierne el PSC. ¡Vaya papelón para Illa y para su correligionario en Ferraz 80! 

Todo sea por la paz del convento. Y si no, la profecía de Puigdemont caerá como el rayo que no cesa: “Si no presido la Generalidad, Sánchez tiene los días contados”, advirtió el fugitivo. Ni populares ni VOX son decisivos allí. Reeditar el pacto republicanos-neoconvergentes no será fácil. Los catalanes están abocados a otra década de desgobierno y de chantajes para justificar la “represión” del Estado. 

Los ministros socialistas del Gobierno repiten que no habrá referéndum. El presidente no dice que no, ni dice sí: “Estamos en campaña electoral”, tira balones fuera. 

Las europeas (6 de junio) pueden ser también desestabilizadoras para el PSOE si el batacazo en escaños se asemeja al de Galicia.  Bajar de 15 diputados sería un rotundo fracaso. Los populares deberían saltar el listón de los 20. Y el “trío calavera”, como despectivamente llamó en el Hemiciclo Sánchez a los candidatos de VOX (Buxadé, Girauta y Tersch) puede que se mantenga en la XI Legislatura europea. Yolanda tendrá una prueba de sangre para confirmar su débil liderazgo. Y Podemos quiere empoderar a su estrella sin mandato popular: Irene Montero. 

En estas elecciones directas de circunscripción única sin excusas provinciales, podremos calibrar si hay alternativa real al otro lado del horizonte del cambio. O estamos condenados a soportar a Sánchez otros tres eternos años. Hay que darle al sanchismo donde más le duele: en las urnas. Ni un voto en el País Vasco, Cataluña y España entera.

Estos tres escenarios electorales nos mostrarán en apenas 60 días que aún nos queda una pizca de esperanza y de dignidad. De todos modos, seguiremos en la resistencia.

Memoria horizontal, democracia vertical 

El presidente no tiene tiempo en ocho horas largas de debate para solidarizarse con las familias de los guardias civiles asesinados en Barbate, pero le falta tiempo para acercarse a Cuelgamuros a visitar calaveras, tibias y peronés víctimas del guerracivilismo. Su mayor proeza es haber exhumados los restos de Franco y de José Antonio del Valle de los Caídos. Ninguno quiso nunca estar allí. “Dejad que los muertos entierren a los muertos” (Lucas 9, 57-62). 

Es una impostura horizontal tan deleznable la de perseguir a los muertos de la Guerra Civil (1936-1939) mientras se olvida a los muertos en las checas del Frente Popular (1934-39) y se homenajea a los criminales etarras que salen de las cárceles con trabajo y vivienda propia como promete en esta campaña Bildu a sus presos. 

El Parlamento Europeo ha condenado el fascismo y el comunismo, pero este Gobierno sigue abriendo en canal a las víctimas de hace casi 90 años. La orden es tajante, militar: “No me toque usted a los etarras, golpistas y a los malversadores públicos”. 

La corrupción política y moral no cotiza electoralmente. Es la doble vara de medir para los que están al otro lado del muro sanchista. Un muro más alto cada mes que las murallas de Ávíla de los Caballeros, a doce metros del suelo. 

Casi me ruborizo al escuchar a don Pedro decir que “él ama y cree en España”. Esta es una democracia vertical, sindicatos con mariscadas incluidos. ¿Ha cambiado de opinión? No.  Me asusta que Bolaños y su gente perviertan el lenguaje subrayando que “la soberanía nacional reside en el Congreso” para poner en marcha un proceso constituyente. No. La soberanía nacional reside en el pueblo español (Art.1 de la Constitución Española). Caminamos hacia una democracia vertical donde el sanchismo, sus mariachis y los separatistas se reparten el botín a manos llenas mientras el tren nunca llega a su hora en Extremadura. 

Del “nada de nada” hemos pasado de “la nada al lodo”. Siempre embarrando el campo. Es la definición más precisa de don Pedro Sánchez-Pérez Castejón. No son, precisamente, las imágenes más ilusionantes de la factoría de ideas de la Moncloa para ganar elecciones. 

Noventa y tres años después de proclamar la II República Española (14 de abril del 31) hemos entrado en una nueva guerra fría con comisiones anticorrupción que no alumbrarán transparencia alguna; estamos gastando el 80% de nuestras energías en enfrentamientos inútiles. Volver a la extrema derecha y la derecha extrema cuando tenemos un Gobierno social-comunista y unos socios parlamentarios antiespañoles solo nos lleva directamente a caer en el mayor delito en la política: perder el tiempo. 

El presidente es tan narcisista que se va a morir de amor propio. Él es esclavo de PNV, Bildu, ERC, Junts, Sumar y BNG. Como nos enseñó Cicerón un esclavo no quiere ser libre; solo quiere tener más esclavos. Nada mejor para ello que revivir la democracia vertical. Con la amnistía del 77 pasamos de la dictadura a la democracia; con la amnistía del 2024 estamos pasando de la democracia a la dictadura con sonrisa Profiden.

El terror fiscal o mediático son las nuevas armas integradas en la Inteligencia Artificial (AI). Objetivo: infundir miedo. Todas las cosas buenas están al otro lado del miedo. Muy pronto, si no afinamos el voto, será demasiado tarde.

PS. Cuando cierro esta Bahía leo en EL MUNDO que la ministra de Sanidad noruega Ingvild Kjerkol, laborista, ha dimitido después de que una comisión universitaria anulara un trabajo suyo de postgrado que contenía un plagio intencionado; se trataba pues, de un fraude académico. Quien quiera entender que entienda.   

Antonio REGALADO es periodista y dirige BAHÍA DE ÍTACA en: 

aregaladorodriguez.blogspot.com                      

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