ALBERTO II, UN PLAY BOY EN EL TRONO DE MÓNACO

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ALBERTO II, UN PLAY BOY EN EL TRONO DE MÓNACO

Mientras los habitantes del principado de Mónaco le dan el último adiós a Rainiero III y se preparan para su sepelio el próximo viernes, las miradas están centradas en su sucesor: Alberto Alejandro Luis Pedro, marqués de Baux, segundo hijo y único varón del fallecido monarca.

Mientras los habitantes del principado de Mónaco le dan el último adiós a Rainiero III y se preparan para su sepelio el próximo viernes, las miradas están centradas en su sucesor: Alberto Alejandro Luis Pedro, marqués de Baux, segundo hijo y único varón del fallecido monarca.
A sus 47 años, la tarea no se anuncia fácil ya que a diferencia de su padre, Alberto II, tiene un carácter más dócil y además los asuntos de Estado nunca fueron su prioridad en la vida.
Alberto nació el 14 de marzo de 1958 en Mónaco y su llegada fue celebrada con 31 salvas de cañón que representaban su ingreso al árbol genealógico de los Grimaldi y, sobre todo, la continuidad de la dinastía. Sus padrinos en el bautizo fueron su abuelo el príncipe Pedro de Polignac y la exiliada reina de España Victoria Eugenia de Battenberg (viuda de Alfonso XIII).
El nacimiento de un hijo hombre fue un orgullo para Rainiero, que su sumó a la alegría que les procuraba a él y a su esposa, Grace Kelly, la princesa Carolina, un año mayor que Alberto.
Inició sus estudios en casa bajo la protección de su madre y con el apoyo de dos institutrices, con quienes aprendió inglés. El francés se le dificultó e incluso hoy al hablarlo todavía tartamudea.
Rainiero esperaba que terminara el bachillerato en el instituto Albert I de Mónaco para enviarlo fuera del Peñón, lejos de su madre. Pasó el baccalauréat (ICFES francés) en junio de 1976, graduándose de bachiller.
Cinturón negro
Su padre lo envió a E.U. para que "endureciera su carácter". Allí estudio Ciencias Políticas y Económicas e ingresó en el Amherst College (Massachussets), donde cursó antropología, geología, psicología moderna, historia del arte, literatura inglesa. Obtuvo su diploma en 1981.
Aunque los resultados no le alcanzaron para impresionar a sus padres como lo hizo su brillante hermana Carolina en el prestigioso instituto de Ciencia Política de París, Alberto encontró la revancha en el deporte.
Se inscribió en su universidad en judo (cinturón negro), en el equipo de fútbol, de tenis, de rugby y en atletismo. Corrió el rally París Dakar y fue a cuatro Olimpíadas de Invierno.
En 1981 su padre le recordó que, como sus antepasados, se debía preparar para la guerra. Ese año zarpó en el porta-helicóptero Juana de Arco, de la marina francesa, donde obtuvo el rango de subteniente.
A su regreso, su madre murió en un trágico accidente. La tristeza se apoderó del principado e incluso su hermana menor protagonizó escándalos amorosos, lo que llamó la atención de los paparazzis.
Alberto se alejó y se fue a hacer prácticas financieras en Nueva York y París. Se codeó con los abogados de Rogers and Wells y fue iniciado a la publicidad en la empresa de lujo Moet -Hennessy. De su desempeño solo decían: "Alberto es muy gentil y está muy bien preparado".
En el Palacio lo veían más como una sombra sin mucha personalidad que como un heredero. "Si digo algo en contra de mi padre dicen que le quiero quitar el trono y si me quedo callado dicen que soy un imbécil", respondía.
A esto se sumaba su soltería, criticada por su padre. Su fama de play boy lo persigue. Brook Shields, Claudia Schiffer, Tasha de Vasconcelos y Angie Everhart, son solo algunas de sus acompañantes. Sus rumbas con el jet set lo redujeron a un personaje irresponsable y superficial.
El dice que solo se casará según le dicte el corazón y no por una razón de Estado. Pero los más maliciosos consideran que no encontrará su alma gemela porque "ninguna mujer podrá superar ni la belleza ni el amor por su madre".
En los últimos años, la frágil salud de su padre lo obligó a reemplazarlo en cumbres de la ONU, en el Consejo de Europa y en los consejos de gobierno local, donde pasó la prueba, la misma que debe superar ahora como nuevo monarca.
FOTO: En los últimos años, el fallecido Rainiero III se hizo acompañar en casi todos los actos públicos de su hijo Alberto II.
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