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Alberto de Mónaco tuvo que regresar una millonaria herencia
Alberto de Mónaco tuvo que regresar una millonaria herencia
De acuerdo con el abogado del príncipe soberano, muchas personas lo han nombrado como su heredero con el fin de que haga llegar el dinero a la beneficencia.
El príncipe Alberto de Mónaco está de nuevo en el ojo público, pero ahora no por la supuesta crisis matrimonial que tiene con la princesaCharlène, sino porque no le fue posible acrecentar su, ya de por sí, abultada fortuna, debido a un curioso caso en el que se vio obligado a regresar una herencia.
La situación no es reciente, pero retomó protagonismo ahora que la resolución de lo que pasará con el dinero que el príncipe soberano de Mónaco tuvo que devolver a una legítima heredera y que lo dejó sin un total de 3.5 millones de euros, que supuestamente le había cedido un rico pensionista estadounidense.
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La historia nos lleva a 2011, cuando el ciudadano norteamericano de nombre Kellog Smith murió sin haber dejado herederos,o eso se pensó. Todo empezó, a pesar de que el pensionista no tenía ninguna relación con el príncipe Alberto, pero con quién sí tenía una relación directa fue con una profesora de yoga italiana, de origen humilde, con quien se casó en 1999.
La pareja se separó años más tarde, después de que Smith intentara suicidarse; aunque no lo consiguió se quedó con secuelas y su salud mental quedó mal, por lo que estuvo bajo tutela hasta su muerte. Aunque pusieron distancia de por medio, al final Kellog y su pareja no se divorciaron por lo que, legalmente, ella seguía siendo su esposa.
En 2011, cuando el pensionista murió, el primo del príncipe Alberto, que es notario, reveló la existencia de un testamento escrito a mano por Smith, en el que dejaba sin validez el resto de documentos de sucesión que pudieran existir, y en éste nombraba heredero universal de su fortuna al hermano de la princesa Carolina.
Esta situación por muy rara que parezca, de acuerdo con el abogado del royal, "sucede con bastante frecuencia; personas sin herederos legan su fortuna al príncipe Alberto, que dona el dinero a las fundaciones". Nunca se sabrá si el príncipe soberano tenía está intención cuando se dijo que Kelleog quería que tuviera su dinero.
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Isabella, esposa de Smith, fue la primera sorprendía al enterarse de la supuesta última voluntad del pensionista, ya que pensó que ella tendría todos los derechos sobre el dinero, debido a una carta que su marido había escrito en forma de despedida antes de intentar suicidarse: "Que yo sepa, no dejo ningún testamento de carácter legal.
"Desearía que toda mi herencia, dinero y propiedades pudieran distribuirse, atribuyéndose un tercio a mi esposa y el resto a instituciones benéficas honestas en Mónaco o en cualquier otro lugar" , escribió supuestamente Kellog en su carta. Con ese documento, Isabella pudo iniciar una batalla legal.
En una primera instancia, en 2012 en Mónaco, la maestra de yoga perdió el caso, a pesar de que había planteado dar el 15 por ciento del dinero a la Fundación Princesa Charlène. Luego, una instancia en París aceptó la carta como un documento válido y entonces Alberto II tuvo que regresar el dinero, más 100 mil euros extra por concepto de daños.
El tema vuelve a ser relevante porque Isabella, deesa herencia, aún no recupera un departamento que está en el distrito 16 de París, así como los fondos, que aún están en poder del banco, pero serán los tribunales franceses, el próximo 9 de septiembre, los que decidirán, ya sin que el soberano de Mónaco esté involucrado, el futuro de ese patrimonio.