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Ahogamientos

25 de julio de 2023

Datos y cifras

  • Los ahogamientos son la tercera causa de defunción por traumatismos no deliberados y abarcan el 7% de todas las muertes relacionadas con traumatismos.
  • Se calcula que cada año mueren ahogadas 236 000 personas.
  • Probablemente, las estimaciones mundiales no reflejan en absoluto la magnitud real del problema de salud pública que suponen los ahogamientos.
  • El riesgo de ahogamiento es mayor para los niños, los varones en general y las personas con acceso fácil al agua.

Panorama general

Se denomina ahogamiento a las dificultades para respirar causadas por la inmersión en un líquido. Puede no causar morbilidad, pero en algunos casos sí la causa y, a veces, produce la muerte.

Magnitud del problema

Los ahogamientos son en un grave problema de salud pública en todo el mundo. Según las estimaciones, en 2019 murieron 236 000 personas por esta causa y los traumatismos en general supusieron casi un 8% de la mortalidad mundial total. El ahogamiento, que es la tercera causa más importante de mortalidad por traumatismo no deliberado, representa un 7% de las defunciones relacionadas con traumatismos.

En todas las economías y regiones del mundo se registran muertes por esta causa. No obstante, cabe señalar:

  • el 90% de las muertes por ahogamiento no deliberado se concentra en los países de ingresos bajos y medianos;
  • más de la mitad de los ahogamientos ocurren en las regiones del Pacífico Occidental y de Asia Sudoriental de la OMS;
  • los mayores índices de muerte por ahogamiento se dan en la Región del Pacífico Occidental, donde son 27 y 32 veces más elevados que en el Reino Unido o en Alemania, respectivamente.

Aunque se dispone de pocos datos, varios estudios aportan información sobre las consecuencias económicas de los ahogamientos. En los Estados Unidos de América, el 45% de las personas muertas por ahogamiento forman parte del segmento económicamente más activo de la población. Solo en este país, los ahogamientos en aguas litorales entrañan costos directos e indirectos por valor de US$ 273 millones al año. En Australia y el Canadá, el costo total de los traumatismos por ahogamiento es, respectivamente, de US$ 85,5 millones y US$ 173 millones al año.

Las estimaciones de la mortalidad por ahogamiento en el mundo son relativamente inciertas. Por ejemplo, en los datos oficiales no se incluyen las muertes por ahogamiento intencionado (es decir, los suicidios y homicidios) ni los ahogamientos resultantes de inundaciones catastróficas e incidentes ocurridos durante el transporte acuático.

Los datos procedentes de países de ingresos altos indican que los métodos de clasificación utilizados llevan a subestimar sustancialmente el número de ahogamientos, en algunos casos hasta en un 50%. En muchos países, las estadísticas relativas a los casos no mortales son difíciles de conseguir o poco fiables.

Factores de riesgo

Edad

Según el Informe mundial sobre los ahogamientos de 2014, la corta edad es uno de los principales factores de riesgo, en el caso de los niños que se ahogan por desatención de sus cuidadores. A escala mundial, los índices de ahogamiento más elevados corresponden a los niños de 1 a 4 años de edad, seguidos de la franja de edad de 5 a 9 años. En la Región del Pacífico Occidental de la OMS, el ahogamiento entre los niños de 5 a 14 años de es la causa más frecuente de defunción.

Las estadísticas presentadas en el Informe mundial en relación con ahogamientos de niños en algunos países son especialmente elocuentes:

  • En 48 de los 85 países cuyos datos satisfacen los criterios para ser tenidos en cuenta, el ahogamiento es una de las cinco primeras causas de mortalidad en la franja de edad de 1 a 14 años. (1)
  • En Australia, es la primera causa de muerte por traumatismo no deliberado en los niños de 1 a 3 años.
  • En Bangladesh, ocasiona el 43% de las defunciones de niños de 1 a 4 años de edad.
  • En China, es la primera causa de muerte por traumatismo en los niños de 1 a 14 años.
  • En los Estados Unidos de América, es la segunda causa de defunción por traumatismo no deliberado en la franja de edad de 1 a 14 años.

Sexo

Los varones, con un índice global de mortalidad que duplica el de las mujeres, están especialmente expuestos al riesgo de ahogamiento. También tienen más probabilidades que las mujeres de ser hospitalizados por ahogamientos no mortales. Los estudios indican que ello se debe a una mayor exposición al agua y a que incurren en prácticas más arriesgadas, como bañarse en solitario, a veces tras consumir alcohol, o navegar.

Acceso al agua

Tener mayor acceso al agua es otro factor de riesgo. Las personas que se dedican a la pesca, ya sea industrial o de subsistencia, corren más riesgo, tanto más si utilizan botes pequeños, como ocurre en los países de ingresos bajos. Los niños que viven cerca de puntos o cursos de agua al aire libre (acequias, estanques, canales de irrigación o piscinas) corren especial peligro.

Inundaciones catastróficas

Los ahogamientos suponen el 75% de los fallecimientos que se producen a resultas de inundaciones catastróficas. Estos fenómenos se producen cada vez con más frecuencia e intensidad, una tendencia que, según se prevé, se mantendrá a causa del cambio climático. El riesgo de ahogamiento aumenta si hay inundaciones, sobre todo en los países de ingresos bajos y medianos, donde las personas viven en zonas más expuestas y la capacidad para alertar, evacuar o proteger a la población en caso de inundación es escasa o está en desarrollo.

Viajes por medio acuático

A menudo, los trayectos cotidianos desde y hacia el lugar de trabajo, así como los viajes que realizan las personas migrantes o solicitantes de asilo, tienen lugar en embarcaciones sobrecargadas, poco seguras y carentes de material de seguridad, o pilotadas por personas que carecen de la formación necesaria para navegar y para reaccionar en caso de incidente. Un factor de riesgo añadido es el consumo de bebidas alcohólicas o de drogas por el personal que pilota las embarcaciones.

Otros factores de riesgo

Hay otros factores que aumentan el riesgo de ahogamiento, entre ellos:

  • una situación socioeconómica desfavorable, la pertenencia a una minoría étnica, la falta de educación superior o la residencia en el medio rural, si bien la influencia de estos factores puede variar en función del país;
  • el hecho de dejar a un lactante desatendido o con otro niño en las proximidades del agua;
  • consumo de bebidas alcohólicas cerca o dentro del agua;
  • ciertas enfermedades, como la epilepsia;
  • en los turistas, la escasa familiarización con los riesgos y las particularidades de las aguas locales.

Prevención

Hay muchas medidas que son útiles para prevenir los ahogamientos. El cubrimiento de pozos, la colocación de barreras con puertas o corralitos, el vallado del perímetro de piscinas y otras medidas de control del acceso a las masas de agua reduce el nivel de riesgo y de exposición a los peligros acuáticos.

La instauración de sistemas comunitarios supervisados de cuidado de los niños en edad preescolar también puede reducir el riesgo de ahogamiento, amén de presentar otras ventajas contrastadas desde el punto de vista de la salud. Otro enfoque es enseñar habilidades básicas de natación, seguridad acuática y rescate seguro a los niños en edad escolar. No obstante, es preciso poner el acento en la seguridad y encuadrar esta labor en un sistema global de gestión del riesgo que incluya un programa lectivo de seguridad probado, un área de instrucción segura, procesos de preselección y selección de los estudiantes y una proporción entre estudiantes e instructores que ofrezca garantías de seguridad.

La inversión en programas de guardería para niños en edad preescolar y el aprendizaje de técnicas básicas de natación pueden salvar a 774 000 niños de morir ahogados de aquí a 2050. Además, si se extienden estas dos sencillas intervenciones, 178 000 niños dejarán de sufrir traumatismos graves y mortales por ahogamiento en el mismo periodo. Cada dólar invertido en la prevención de ahogamientos puede reportar hasta nueve veces su valor de partida, proteger la salud y el bienestar de la sociedad y, al mismo tiempo, redundar en beneficio de la economía, ya que se pueden ahorrar más de US$ 400 000 millones de pérdidas económicas.

También es importante aplicar políticas y leyes eficaces. En este sentido, se pueden promulgar y hacer cumplir reglamentos de seguridad en la navegación recreativa y el transporte de mercancías o personas. Como prevención frente a las inundaciones catastróficas, hay que resiliencia y gestionar el riesgo de inundación planificando mejor la preparación frente a los desastres y de los usos del suelo y mediante sistemas de pronta alerta.

La elaboración de una estrategia nacional de seguridad acuática puede servir para fijar líneas de actuación estratégica y disponer un marco de referencia que oriente las actividades multisectoriales y permita conocer y evaluar la labor realizada.

Respuesta de la OMS

El Informe mundial sobre los ahogamientos de la OMS reveló que este problema se había pasado por alto en gran medida hasta entonces y que tanto los gobiernos como los círculos de investigación y de elaboración de políticas debían hacer mucho más para otorgar prioridad a la prevención de los ahogamientos y a su integración dentro de otros planes de salud pública.

En ese informe se formulan recomendaciones dirigidas a los gobiernos para que adapten y apliquen programas eficaces de prevención, generen datos de mayor calidad y elaboren planes nacionales de seguridad acuática. Asimismo, se explica el carácter multisectorial del problema y se preconiza un mayor grado de coordinación y colaboración entre los organismos de las Naciones Unidas, los gobiernos y las principales ONG e instituciones universitarias.

En mayo de 2017, la OMS publicó el documento Prevenir los ahogamientos: guía práctica, que se basa en el citado informe mundial y ofrece orientaciones concretas sobre el modo de llevar a cabo intervenciones preventivas.

En abril de 2021, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la primera resolución de la historia sobre la prevención de los ahogamientos, en la que se ponen de manifiesto su relación con el desarrollo sostenible, la equidad social, la salubridad de las ciudades, el cambio climático, la reducción del riesgo de desastres y la salud y el bienestar de los niños. Además, en la resolución se pide a la OMS que coordine las actividades multisectoriales que el sistema de las Naciones Unidas lleva a cabo en esta esfera y se proclama el 25 de julio como Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos

Por su parte, la 76.ª Asamblea Mundial de la Salud adoptó en mayo de 2023 una resolución para aplicar nuevas medidas hasta 2029, en la que la Organización se comprometió a establecer la Alianza Mundial para la Prevención de los Ahogamientos junto con otras organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, asociados internacionales para el desarrollo y ONG. Además, la OMS elaborará un informe sobre la situación mundial de la prevención de los ahogamientos, que se publicará en 2024.

A escala nacional, la OMS colabora con los ministerios de salud de varios países de ingresos bajos o medianos para establecer estrategias nacionales de prevención y ayudar a ejecutar intervenciones basadas en la evidencia. Además, la OMS ha financiado estudios en países de ingresos bajos con el objetivo de profundizar en una serie de cuestiones prioritarias relacionadas con la prevención de los ahogamientos. A escala regional, la OMS organiza programas de formación y convoca talleres que reúnen a representantes de gobiernos, ONG y organismos de las Naciones Unidas que trabajan en la prevención de los ahogamientos.

Referencias

Los datos de mortalidad por país se han tenido en cuenta cuando cumplían los siguientes criterios: una cobertura estimada de los fallecimientos nacionales igual o superior al 70%; menos de un 20% de causas de muerte mal definidas; 10 o más muertes en el grupo de edad de 1 a 14 años; y existencia de datos correspondientes a 2007 o años posteriores.