A mitad de camino (1949), de Daniel Birt

John North, aspirante a escritor sin fortuna y hombre casado que no atiende los consejos de su mujer Carol, de aceptar el trabajo que le ofrece su padre, ha decidido fugarse con Susan Wilding, también casada en un matrimonio infeliz. Pero siente remordimientos, y tira de la señal de alarma del tren en que viajan y se apea. No sospecha que va a causar un accidente en el que hay dos decenas de víctimas, entre ellas su amante. Clayton, un investigador ferroviario, trata de averiguar quién cometió la imprudencia de detener el tren sin motivo justificado.

Buena muestra de cine negro dirigida por el poco conocido Daniel Birt, prematuramente fallecido con 47 años, a partir de un guión de Michael Pertwee. Logra crear intriga con el complejo de culpa de John y las dudas de su esposa Susan, que trata de protegerle a pesar de todo, y con el cerco que va estrechando Clayton a su alrededor. Está muy bien ambientada con su fotografía en blanco y negro, ángulos expresionistas y cambios de foco, uso de humo, y tiene un buen par de giros sorpresivos, aunque al final, para atar cabos, se acaba acudiendo a un “deus ex machina” algo convencional.

Destaca la pareja protagonista Valerie Hobson y Richard Todd, pero también los menos conocidos Christine Norden y Tom Walls.