Un símbolo en reconstrucción

La catedral de Notre Dame de París en 11 fechas clave

Desde 1162, este templo ha ejercido de centro religioso y cultural de París

La tarde del 15 de abril de 2019 pasará a la historia por el incendio que destruyó la aguja de Notre Dame y calcinó parte del bosque de madera que tejía el techo de este templo. Sin embargo, más allá de esta tragedia, esta es solo una fecha más para una catedral que es la testigo viva de Francia y que en sus capillas, fachadas y detalles arquitectónicos sintetiza a la perfección los vaivenes políticos e ideológicos que han definido a este país. Esta es la cronología de su construcción, una sucesión de reformas, añadidos y transformaciones fundamentales para comprender mejor la historia medieval, moderna y contemporánea. 

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París en la Edad Media

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París en la Edad Media

En el siglo X, París era el centro de una nueva potencia europea emergente. La construcción de la Catedral de Notre Dame, como todas las catedrales del estilo gótico, bebió de este legado de bonanza y esplendor. Y para conocer su historia hemos de retroceder hasta este momento.

El florecimiento del fervor religioso

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El florecimiento del fervor religioso

En este contexto, el comercio era clave para las florecientes fortunas de la ciudad, no obstante, París también se estaba ganando una gran reputación como centro espiritual. En ella floreció el culto a un mártir local, Saint Denis, que según la tradición, fue decapitado en la colina de Montmartre – el Monte de los Mártires- a mediados del siglo III d.C.. Cuentan que tras su decapitación, corrió aproximadamente durante 9 kilómetros mientras portaba su cabeza cortada. En el lugar donde supuestamente dejó de correr, se construyó una basílica en el siglo XII para honrarlo: la basílica de St. Denis.

Un nuevo estilo arquitectónico

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Un nuevo estilo arquitectónico

Un testigo de la construcción de la Basílica de Saint-Denis fue el obispo de París, Maurice de Sully. Fascinado por el trabajo aquellos primeros arquitectos que se aventuraron a construir en un nuevo estilo de techos altos y abundante luz, Sully decidió crear una estructura rival en el corazón de París: una catedral que sería la maravilla de la cristiandad y dedicada a la Virgen María: Notre Dame

La primera piedra

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La primera piedra

Con el generoso respaldo financiero proporcionado por la corona, Sully contrató a un arquitecto -cuya identidad se desconoce- para diseñar la nueva iglesia en 1160. Su construcción requirió la demolición de varias casas en el pequeño barrio medieval y dos iglesias existentes en la Île de la Cité que había sido, en su propio día, construida sobre un antiguo templo pagano. La primera piedra se colocó en junio de 1163, en una lujosa ceremonia a la que asistió el Papa Alejandro III.

Culto entre andamios

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Culto entre andamios

La construcción de Notre Dame tomó casi dos siglos y se convirtió en un proyecto de vida para Sully. En 1182, bajo el reinado del nuevo rey, Felipe II, se consagró el altar mayor. Sully pudo celebrar la primera misa en la catedral, pero moriría en 1196, casi 150 años antes de que las principales estructuras de la catedral se terminaran en el siglo XIII.

Construida a fuego lento

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Construida a fuego lento

No fue hasta casi 70 años después, hacia 1260, que Notre Dame quedó completada en su mayor parte, incorporando varios elementos góticos de los distintos constructores que guiaron la catedral hasta su finalización, que se da por terminada en el año 1345.

Las modas cambian

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Las modas cambian

En el siglo XVIII los ideales arquitectónicos dieron un giro radical. Durante el reinado de Luis XIV, la venerable catedral se enfrentó a un cambio de imagen sometiéndose a una "restauración" que las generaciones posteriores considerarían que causó más daños que varios siglos de desgaste. Varias esculturas fueron derribadas. Las vidrieras de los siglos XII y XIII fueron reemplazadas por vidrios transparentes. Sólo los tres rosetones conservaron gran parte de su acristalamiento original. Y uno de los pilares de la puerta central fue demolido para permitir el paso de grandes carros procesionales.

El precio de la revolución

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El precio de la revolución

El XVIII no sería un buen siglo para la catedral. En 1789, considerado como un símbolo del poder y la agresión de la iglesia y la monarquía, el edificio fue saqueado durante la Revolución Francesa. Fueron destruidas las esculturas que adornan las puertas, los relicarios y las estatuas de bronce en el interior. También las campanas de bronce se fundieron para hacer cañones. Sólo se salvó la enorme campana de Emmanuel, que colgaba en la torre sur y pesaba unas 13 toneladas.

Testigo de imperios

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Testigo de imperios

Durante el período revolucionario, la catedral fue decristianizada pero una vez el terror hubo disminuido, Notre Dame retomó su antiguo papel, aunque no era más que una sombra de su antiguo esplendor. Finalmente, en 1801, el gobierno de Napoleón Bonaparte firmó un acuerdo con la Santa Sede bajo el cual la Iglesia Católica retomaría el control de la catedral. Se comenzó a trabajar de inmediato para limpiar el edificio y reparar las ventanas. Para 1804 estuvo en un estado suficientemente aceptable para que Napoleón fuera coronado allí como emperador.

Salvada por la literatura

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Salvada por la literatura

La publicación de Víctor Hugo en 1831 de la novela Nuestra Señora de París enciende una campaña para restaurar la catedral. Como protagonista del romanticismo francés, Hugo encabezó el resurgimiento del interés por el pasado medieval y el arte gótico: Notre Dame volvió a la gloria a mediados del siglo XIX, en gran parte debido al novelista

Nuevos días de gloria

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Nuevos días de gloria

En 1840 el arquitecto Viollet-le-Duc fue designado para liderar la restauración completa de Notre Dame que durante casi 25 años, se esforzó por revivir su fortaleza y belleza. Restauró la fachada oeste y la Galería de los Reyes, y también agregó algunas nuevas características: una torre elevada, las esculturas de los Doce Apóstoles, y las famosas gárgolas y quimeras que descansaban en sus paredes de piedra.