Historia: Línea de tiempo | El Imperio Inka

Historia: Línea de tiempo

Catorce mil años de culturas únicas precedieron a los Inka en los Andes. Cuatro, en particular, Chavín, Tiwanaku, Wari y Chimú, influyeron en las tradiciones de los Inka y sentaron las bases para el surgimiento del Imperio Inka y el sistema vial Qhapaq Ñan o el Gran Camino Inka. En menos de cien años, los Inka utilizaron la pericia y la innovación para mejorar las infraestructuras existentes y desarrollar un imperio sofisticado. Cuando los conquistadores españoles llegaron a Tawantinsuyu en 1532, el sistema del Gran Camino Inka les dio fácil acceso al imperio. Ya debilitado por la guerra civil y la viruela, el Imperio Inka cayó. Bajo el dominio español, la infraestructura del Imperio Inka se deterioró rápidamente. Los españoles trajeron nuevas enfermedades, animales y plantas e introdujeron nuevas creencias y leyes que transformaron la vida de los pueblos andinos y sus tierras. A pesar de más de 500 años de presiones coloniales, hoy más de siete millones de descendientes de los Inka continúan sus tradiciones y un estilo de vida andino que se centra en valores comunitarios, incluyendo la reciprocidad y un profundo respeto por la tierra.

1000 a.C.–100 d.C.: CHAVÍN

La cultura Chavín fue la primera gran cultura unificadora de los Andes. Sus poblaciones, aunque dispersas—entre las cuales Chavín de Huantar fue la más numerosa—compartían un estilo característico de arte, arquitectura, cerámica y modo de vida, que influenció a otros grupos étnicos.

Mapaquemuestra la ubicación y extensión de la cultura Chavín.

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400–1000 d.C.: TIWANAKU

Ubicada cerca del lago Titicaca, la ciudad de Tiwanaku era el centro de una cultura cuya religión, arte y arquitectura ejercieron gran influencia en el sur de los Andes. A fin de fomentar el comercio y la distribución de recursos, los pueblos Aymara de Tiwanaku construyeron caminos que se extendían hasta la costa del Pacífico.

Mapa que muestra la ubicación y extensión de la cultura Tiwanaku.

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600–1100 d.C.: WARI

Los Wari construyeron un gran imperio. Se expandieron desde la sierra central del Perú hacia otros territorios con el fin de propagar su religión. Para ejercer control sobre las áreas remotas, los Wari establecieron centros provinciales, así como una extensa red vial.

Mapa que muestra la ubicación y extensión de la cultura Wari.

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1100–1400 d.C.: CHIMÚ

La muy bien organizada capital de los Chimú, Chan Chan, fue la ciudad más grande de su época en el hemisferio occidental. Los Chimú construyeron una red de caminos, canales y sistemas de irrigación que los ayudaron a expandirse a lo largo de la costa norte de Perú.

Mapa que muestra la ubicación y extensión de la cultura Chimú.

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1200–1533 d.C.: INKA

La expansión de los Inka comenzó a principios del siglo XIII. Establecidos en la ciudad de Cusco, crecieron hasta convertirse primero en un pequeño reino, con políticas y costumbres adaptadas de las culturas predecesoras. Hacia 1438 los gobernantes Inka comenzaron a conquistar territorios vecinos hasta culminar con la creación del imperio más grande del hemisferio occidental.

Mapa que muestra la ubicación y extensión del Imperio Inka.

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1524–1533 d.C.: INVASIÓN ESPAÑOLA

Bajo el gobierno español, el Qhapaq Ñan se deterioró rápidamente. Los españoles introdujeron nuevos animales, plantas, creencias, leyes y enfermedades que transformaron la vida de los pueblos andinos, su territorio y su camino. Los españoles establecieron nuevas ciudades y fundaron Lima como la capital de la colonia. Despojaron a Cusco de su poder y la remodelaron con catedrales, salas públicas y casas de estilo español. Muchos de sus grandes edificios fueron destruidos.

Mapa que muestra las rutas de invasiónde Pizzaro.

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1533–1825 d.C.: PERÍODO COLONIAL

La invasión Española fue la destrucción del sistema que mantenía el imperio y el camino. Impusieron una nueva religión e intentaron eliminar las tradiciones culturales. En los primeros 100 años importaron plantas y animales que alteraron el medioambiente y casi el 80 por ciento de la población nativa murió víctima de enfermedades europeas.

Las montañas sagradas de Tawantinsuyu eran ricas en minas, que pronto se convirtieron en la principal fuente de riqueza de España. Los españoles obligaron a los indígenas a proporcionar trabajo en nombre de la corona española. A diferencia de los Inka, los españoles no dieron nada a cambio. Muchas personas murieron trabajando en estas peligrosas minas. Los españoles trajeron ganado, ovejas, cabras y cerdos a regiones donde tradicionalmente pastoreaban llamas y alpacas. Plantaron sus cultivos importados en las áreas más fértiles, dejando las tierras más pobres para los andinos y desplazando cultivos nativos. Los continuos abusos de los gobernantes españoles hicieron que muchas regiones de Sudamérica buscaran la independencia de España. Los seis países que formaban parte del Imperio Inka se independizaron de España entre 1810 y 1825.

Mapa que muestra la ubicación y extensión del Tawantinsuyu, yuxtapuesto a los países contemporáneos que formaron parte del Imperio Inka y sus fechas de independencia de España.

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1825 d.C.–PRESENTE: RESISTENCIA Y ADAPTACIÓN

Los españoles desmantelaron la estructura del Tawantinsuyu, desde el gobierno hasta la religión. Sin embargo, los andinos se las ingeniaron para mantener vivas sus tradiciones. Continuaron hablando quechua y aymara. Adoptaron la religión católica, pero fusionaron sus costumbres con creencias más antiguas. Las ceremonias y peregrinajes Inka pasaron a incorporar santos católicos.

Los españoles distorsionaron el valor andino de ayni (reciprocidad) solo para beneficiarse a sí mismos. A pesar de las presiones coloniales, el concepto de ayni según fue concebido por los antepasados de los Inka todavía se practica hoy como manera de preservar el modo de vida recíproco, basado en el sentido de comunidad en las aldeas andinas.

Los pueblos andinos adoptaron tecnologías europeas—tales como el trabajo en vidrio, el esmaltado de cerámica y técnicas metalúrgicas—y las combinaron con técnicas de artesanía tradicionales.

Los descendientes de los Inka que hablan los idiomas quechua y aymara participan hoy en varias profesiones y actividades en las áreas rurales y en ciudades en Perú, Bolivia y los otros países que eran parte del Imperio Inka.