El 6 de agosto de 1945 a las 8:15 horas, un bombardero B-29 llamado Enola Gay lanzó sobre la ciudad de Hiroshima la primera bomba atómica, bautizada como Little Boy. Tres días más tarde, el 9 de agosto a las 11:02 horas, el bombardero Bockscar dejó caer la segunda bomba, llamada Fat Man, sobre la ciudad de Nagasaki.

Estas bombas atómicas fueron las primeras armas de destrucción masiva en utilizarse en una guerra, estaban hechas con material radiactivo fisionable de uranio 235 y plutonio 239. La fisión nuclear es un fenómeno de los átomos radiactivos que les permite romper el núcleo del átomo y generar una gran cantidad de calor y que libera radiación ionizante.

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Las detonaciones provocaron una gran bola de fuego que llegó a 4000 °C de temperatura en un radio de aproximadamente 2 kilómetros, calcinando y destruyendo todo a su paso. También se generó una poderosa onda expansiva que viajó cientos de metros por segundo. No existen cifras definitivas de cuántas personas murieron a causa de los bombardeos, cálculos conservadores estiman que para diciembre de 1945 unas 110 mil personas habían muerto en ambas ciudades; otros estudios afirman que la cifra total de víctimas, a finales de ese año, fue de más de 210 mil.

Los efectos de la radiación posteriores a las detonaciones de las bombas en ambas ciudades japonesas fueron devastadores para miles de personas. Los que sobrevivieron padecieron numerosas enfermedades a lo largo de los próximos años, como cataratas en los ojos, tumores malignos, leucemia o cáncer; entre otros.

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Cerca del lugar donde cayó la bomba en la ciudad de Hiroshima, se encuentra hoy la Plaza y el Museo de la Paz; como una forma de recordarle a la humanidad un capítulo de su historia que no se debe repetir

Este es un ejemplo que nos muestra el uso negativo de los materiales radiactivos; sin embargo existen otros usos benéficos como la generación de energía eléctrica, la obtención de diagnósticos médicos o el tratamiento de algunas enfermedades. También tienen aplicaciones industriales, en la agricultura, la arqueología o la biología; entre muchas otras más. Los actuales desarrollos en la tecnología nuclear han contribuido a que la radiactividad tenga múltiples beneficios en la vida cotidiana.

Te invitamos a que consultes la infografía Radiaciones ionizantes, usos y riesgos, en nuestra página web:

http://www.cenapred.gob.mx/es/Publicaciones/archivos/385-RADIACINFINALMI28III2018.PDF