La personalidad de los hombres y mujeres nacidos el 20 de Febrero

Si naciste el 20 de febrero tienes que saber que tu signo es más compatible con aquellos nacidos entre el 22 de junio y el 21 de julio. En la amistad, con el signo Escorpio (del 24 de octubre al 22 de noviembre). Lee a continuación para saber más sobre la personalidad de los nacidos en este día.

Los nacidos el 20 de febrero son extremadamente idealistas en su enfoque de la vida. En gran parte debido a este rasgo, pueden tener problemas para llegar a donde quieren ir en sus carreras.

La visión del mundo, a veces ingenua, concebida por su naturaleza infantil, no siempre va acompañada de un gran interés por alcanzar el éxito.

Solo después de descubrir su propósito en la vida y aceptar las limitaciones de sus capacidades, y tal vez aceptar una posición inferior, son capaces de utilizar plenamente su considerable energía. Sin embargo, hasta que llegan a este punto, pueden estar bastante confundidos.

Las personas nacidas el 20 de febrero suelen dedicarse a su familia, especialmente los hombres. Para ellos, el hogar es su castillo, la familia su corte. Esta situación puede crear problemas de vez en cuando, especialmente si uno de sus hijos no se siente cómodo en el papel de súbdito.

Los nacidos el 20 de febrero hablan mucho de sus ideales, sueños y visiones. A menudo hace falta paciencia por parte de los que les rodean para lidiar con su idealismo, especialmente los colegas más pragmáticos, que consideran que esa forma de pensar es similar a los cuentos de hadas.

Debido a que pueden vivir mentalmente en otro mundo, su honestidad y constancia a menudo hacen que los demás no los entiendan ni a ellos ni a sus motivos.

Debido a su visión pura, a estas personas les resulta difícil ceder y consideran una traición la falta de comprensión o la aquiescencia de un colega.

A menudo son bien vistos por los demás, pero deben tener cuidado de no aturdir a sus colegas con sus ideas; tienen que aprender a ceder, algo muy ajeno a ellos.

Con demasiada frecuencia ven el mundo en términos de blanco y negro, una postura alienante. Pero como son tan humanos, tan poco calculadores, tan abiertos y generosos, pronto se les perdona su irritación y las pequeñas dificultades emocionales del día a día.

Además, a menudo defienden la causa de los oprimidos o los desfavorecidos, lo que puede granjearles la animosidad de los poderosos, pero también amigos y admiradores.

Las emociones de los demás suelen desorientar a los nacidos en este día, que a veces necesitan encontrarse con crisis, dificultades e incluso catástrofes para poder reconocer emociones similares en ellos mismos. De hecho, pueden ser indiferentes a lo que los demás piensen de ellos.

En consecuencia, puede pasar mucho tiempo antes de que comprendan que no todo el mundo aprecia sus opiniones extremas, aunque puras. Si se les tacha de problemáticos, puede resultarles difícil aceptar las consiguientes decisiones tomadas contra ellos.

A los nacidos en este día les va bien el ejercicio físico moderado. Les sirve para conectar con su cuerpo y también como respiro temporal del mundo tan mental que habitan.

Su activa imaginación puede dejarles maltrechos; deben tener mucho cuidado con sus nervios. Además, tienen que ser conscientes de la ira reprimida o, de lo contrario, los llevará a la depresión. Las frustraciones repetidas pueden obligarles, en casos extremos, a vivir enteramente en el mundo de los sueños, con consecuencias psicológicas desastrosas para ellos y los que les rodean.

Desde el punto de vista físico, deben aprender a observar atentamente los mensajes de su cuerpo: los dolores, las molestias prolongadas y los problemas de espalda y cuello deben ser tratados regularmente por un especialista. Las revisiones periódicas son muy importantes para ellos, ya que a menudo intentan ignorar los problemas crónicos hasta que es demasiado tarde.

En cuanto a la dieta, a los nacidos el 20 de febrero les encanta comer y pueden engordar si no limitan su consumo diario de alimentos, alcohol y carne.

Los nacidos este día deberían esforzarse por ser algo más realistas y abandonar su mundo de ensoñación. Su idealismo es admirable, pero no pagará sus facturas.

También tienen que aprender a escuchar a los demás, incluso cuando expresan su negatividad; si reflexionan, pueden sacar partido de sus críticas.

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