La batalla de San Quintín transcurrió en 1557 durante las Guerras Italianas, enfrentó al Imperio Español de Felipe II y al Reino de Francia. En esta batalla la victoria española fue decisiva para ampliar su hegemonía, además de consagrarse como famosa por ser uno de los mayores enfrentamientos bélicos entre ambas naciones hasta la fecha.
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El 10 de agosto de 1557, día de San Lorenzo, la victoria española fue arrolladora y, anecdóticamente, Felipe II ordenó años después en honor a la batalla de San Quintín poner la primera piedra en terrenos castellanos en los que años después sería su residencia y palacio bajo el monte Abantos. Así, en 1563, comenzaron las construcciones de San Lorenzo de El Escorial en Madrid.
La Batalla de San Quintín, antecedentes
La Batalla de San Quintín, efectivos al mando de Felipe II
La Batalla de San Quintín, comienzo
El encargado de abrir la primera brecha en lo que sería llamada la Batalla de San Quintín fue precisamente el duque de Saboya, Manuel Filiberto, que engañó a los franceses haciéndoles creer que el ataque sería sobre las localidades de Champaña y Guisa.
El 2 de agosto comenzó el ataque y la apropiación. La resistencia era tan burda que el ejército al mando del duque de Saboya no pasó muchas calamidades para hacerse con el control. A pesar de la derrota francesa, su respuesta no se hizo esperar cuando se enteraron del engaño, y enviaron 30.000 hombres repartidos en 22.000 de infantería y 8000 de caballería, además de 18 piezas de artillería con el objetivo de introducirse en la ciudad sitiada. El auxilio de 4500 soldados al mando del general francés Andelot se vio truncado cuando una emboscada capitaneada por el conde de Mansfeld terminó por frenar la participación de un mayor número de tropas en el sitio de San Quintín.
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La Batalla de San Quintín, desarrollo
El plan francés era ahora atravesar el río Somne con el fin de reforzar a los sitiados, pero su plan fracasó cuando se vio sorprendido por las tropas españolas. El bombardeo de la artillería francesa no fue demasiado efectivo y el traslado de tropas fue una tarea complicada debido al exceso de carga, lo que dificultó un avance ligero.
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