Magdalena de Suecia entre rumores de divorcio

La princesa Magdalena, tras un compromiso fallido, escapa de los rumores de divorcio

La princesa Magdalena de Suecia junto a su esposo Chris O'Neill, financiero; y sus tres hijos, la princesa Leonore, el príncipe Nicolás y la princesa Adrianne. Casa real sueca.
La princesa Magdalena de Suecia junto a su esposo Chris O'Neill, financiero; y sus tres hijos, la princesa Leonore, el príncipe Nicolás y la princesa Adrianne. / Casa real sueca.

Desde el año 2013 ha estado casada con Chris O’Neill, que desde el principio puso una barrera entre su vida privada y los deberes del Palacio renunciado a cualquier título o paga como miembro de la familia.

La princesa Magdalena, tras un compromiso fallido, escapa de los rumores de divorcio

Si nos fijamos en el árbol de la Familia real sueca y llegamos hasta la princesa Magdalena, notamos que su nombre aparece en solitario y tras ella aparecen los nombres y títulos de sus tres hijos. La princesa rebelde, como le apodan los medios de su país, regresó recientemente a su hogar para celebrar las fiestas navideñas junto a su familia luego de que en 2020 no pudo hacerlo debido a la pandemia.

Por este motivo, llegó protagonizando un acto real en compañía de sus tres hijos y su escurridizo marido, el financiero Chris O’Neill, que prefiere evitar estos actos cada vez que puede argumentando que no es un royal al uso y por eso no forma parte de la Familia real. La forma en que fue recibida por los medios es desatando nuevos rumores de divorcio, nada nuevo, y es que la relación del empresario y el país de su esposa no es tan buena.

Una princesa rebelde con giros inesperados en el amor

La princesa Magdalena de Suecia, duquesa de Hälsingland y Gästrikland, llegó al mundo hace 39 años en el Palacio de Drottningholm siendo la menor de los hijos del rey Carlos XVI Gustavo y la reina Silvia de Suecia. Sus hermanos mayores son la princesa heredera Victoria y el príncipe Carlos Felipe.

Fue educada en la escuela Smedslättens School en Bromma y luego en la escuela Carlssons School, ambas en Estocolmo. Para su enseñanza media se preparó en el Instituto Enskilda. Tras su graduación la princesa esperó para entrar a la universidad y prefirió pasar un año en Londres aprendiendo inglés donde también realizó varios cursos de derecho durante el 2002. Al año siguiente entró en la Universidad de Estocolmo, donde se graduó tres años después en historia del arte, etnología e historia moderna. Además, en 2007 consiguió un título en psicología infantil.

 

Sus practicas las realizó en UNICEF en Nueva York, ciudad donde se ha refugiado en más de una ocasión. Además, la preparada princesa habla sueco, inglés, alemán y un poco de francés pero su pasión durante gran parte de su juventud fueron los caballos, que le llevaron a convertirse en una gran amazona. Dejó esta pasión debido al continuo escrutinio de los paparazzi a las competiciones a las que entraba.

Chris O’Neill es una especie de Meghan Markle para los suecos. Antes de conocer al financiero, la princesa Magdalena estuvo en una relación de siete años con el abogado Jonas Bergstrom, a quien conoció en 1999 a través de amigos en común, y tuvo mucho tiempo para ganarse a los medios de comunicación y la opinión pública en general. Le propuso matrimonio en Capri y su compromiso fue anunciado en 2009. Bergstrom ya veraneaba con la familia real, tenía la aprobación del rey y el Gobierno… él y Magdalena hacían una pareja perfecta.

 

Todo fue decayendo gracias a los continuos rumores de infidelidad del novio que la Casa real sueca desmentía. El matrimonio estaba fijado para el segundo semestre de 2010, pero ya en abril de ese año el compromiso se había roto gracias a las declaraciones de la estrella del balonmano Tora Uppstrøm Berg, quien reveló haber mantenido una relación con Bergstrom mientras este salía con la princesa.

Humillada y cansada de los ataques de la prensa, la princesa Magdalena se mudó a Nueva York donde pasó un par de años y desde donde se enteró que su anterior prometido se había casado con una amiga de la infancia, Stephanie Klercker.

Pero la princesa ya parecía tener su corazón ocupado. Trabajando en la fundación de su madre World Childhood Foundation, conoció a O’Neill de nuevo por amigos en común. Los medios desentrañaron la vida del británico-estadounidense licenciado en Relaciones Internacionales en la Universidad de Boston. Aparecieron juntos por primera vez en 2011 y un año después le propuso matrimonio tras obtener la aprobación del rey y el Gobierno.

 

La boda tuvo lugar en junio del mismo año con una radiante Magdalena luciendo un diseño de Valentino y un elegante O’Neill que nunca quiso ni ha querido adaptarse a las formas suecas. La boda se llevó a cabo en sueco e inglés, el novio rechazó cualquier título y casi cualquier vinculación con la Casa real para poder mantener sus negocios independientes y desde entonces, viven lejos de Suecia.

La primera hija de la pareja nació en Nueva York en 2014 y fue bautizada como la princesa Leonor de Suecia, duquesa de Gotland. La familia, que luego se mudaría a Londres, recibieron pronto al segundo niño, el príncipe Nicolás de Suecia, duque de Ångermanland, nacido en 2015 en Suecia. Mientras que en 2018 también nacería en Suecia la tercera hija de la pareja, la princesa Adrianne de Suecia, duquesa de Blekinge.

Al igual que Meghan Markle, O’Neill no ha tenido la oportunidad de ganarse el favor de los suecos y mucho menos le ha ayudado que cada vez se muden más lejos del país. Ahora residen en California y Magdalena aparece, muchas veces sola, en pocos actos al año. De igual forma, ha molestado que los tres niños que forman parte de la línea de sucesión al trono no sean educados en Suecia. De cualquier forma, Magdalena sigue feliz y radiante junto a su empresario ejerciendo un papel de esposa y madre, a la vez que se dedica ha algunas actividades filantrópicas. @mundiario

 

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