La Ciudad de México cuenta con múltiples espacios en los que la arquitectura se ha convertido en el principal atractivo tanto por sus historias como por los estilos que predominan en sus construcciones. Tal es el caso del Monumento a la Revolución, recinto histórico, cuya obra estaba planeada para ser un un lujoso edificio de gobierno.
El 30 de enero de 1904, el arquitecto francés Émile Bénard firmó el contrato para la construcción del Palacio Legislativo en la Ciudad de México, por lo que a 117 años de este suceso, en Inmuebles24 te contamos los detalles que llevaron a esta obra a ser uno de los recintos históricos más importantes de la capital mexicana.
Palacio Legislativo inconcluso
Para ese entonces, Bénard ya contaba con una amplia y reconocida trayectoria. Sus inicios se remontan a 1863, año en el que fungió como asistente de diseño de Charles Garnier en la Ópera de París. Entre sus trabajos destacan la construcción de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Berkeley.
Palacio Legislativo Federal de Émile Bénard, 1907. Acuarela. Colección privada. Imagen de www.mrm.mx
En 1897, el presidente Porfirio Díaz lanzó una convocatoria mundial para el diseño y construcción de la sede de las cámaras de diputados y senadores, proyecto de más de 14,000 metros cuadrados que estaba planeado para convertirse en uno de los más grandes y lujosos Palacios Legislativos del mundo; concurso en el que el francés resultó ganador.
La construcción dio inicio en 1906, con una masiva estructura metálica y tecnología de vanguardia para su cimentación. Sin embargo la obra fue suspendida en 1912 debido al comienzo del movimiento revolucionario y el desvío de fondos para combatirlo, lo que dejó sin recursos a la obra.
Después de dos décadas en las que la su estructura metálica quedó abandonada, el arquitecto intentó retomar su obra, por lo que presentó al gobierno de Álvaro Obregón la adaptación de la estructura para convertirla en un panteón para los héroes de la guerra. No obstante, las muertes de Obregón (1928) y Bénard (1929), dejaron inconcluso el plan.
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En 1933 el arquitecto mexicano Carlos Obregón Santacilia rescató el proyecto, en el que realizó la adaptación de la estructura y los espacios para utilizarlos como espacio público. En los que se incorpora la escultura como parte fundamental de su expresión y un mestizaje entre el arte prehispánico y el cubismo.
El Monumento se constituye como mausoleo en 1936 y figuras importantes que representan los ideales revolucionarios yacen en las criptas colocadas en la base los cuatro pilares. Mientras que en 1938 se concluye por completo el proyecto.
En 2010, como parte de la conmemoración del bicentenario de la Independencia y centenario de la Revolución Mexicana, el Gobierno del entonces Distrito Federal realizó labores de rescate, recuperación, remodelación y restauración del espacio público, el Museo Nacional de la Revolución y el Monumento a la Revolución.
Monumento a la Revolución. Imagen de www.mrm.mx
Resultado que continúa hasta la fecha, en el que también fue integrado un nuevo acceso al Museo Nacional de la Revolución y una elevador panorámico que inicia el ascenso desde la estructura más antigua viajando por el vestíbulo de lo que hubiera sido el Palacio Legislativo Federal para finalmente llegar al Mirador.
A la fecha este recinto histórico y sus alrededores son utilizados para eventos de música, exposiciones y otras actividades. Además cuentan con visitas guiadas en las que podrás conocer más a fondo su historia.
Gracias a su ubicación, en la colonia Tabacalera, Alcaldía Cuauhtémoc, cuenta con diversas opciones de movilidad urbana y entretenimiento, muy cerca del centro de la ciudad. Si te encuentras en búsqueda de alguna propiedad en alguna de estas colonias, en Inmuebles24 encontrarás diversas opciones para renta o venta que se adecuan a tus necesidades.
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