"La calima del polvo sahariano aún queda impregnada en la nieve que se va derritiendo y va cambiando el aspecto de este paisaje espectacular", describe Francisco Pérez desde Granada en Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia.
La calima es un fenómeno meteorológico consistente en la presencia de partículas de polvo, arena o ceniza en el ambiente. Esto es muy común en el sur de la Península, coincidiendo con las comunidades limítrofes con el norte de África, donde se encuentra el desierto del Sáhara.
Paisaje de Sierra Nevada con tonalidades marrones después de bajar la calima.
Cuando se produce la calima, el paisaje se torna de un color más anaranjado y rojizo que nubla la visión y puede llegar a reducir considerablemente la visibilidad. Sin embargo, cuando las partículas se asientan en la superficie terrestre, el aire queda limpio y algunos objetos pueden quedar manchados de estos colores desérticos.
En el caso de las fotografías de Francisco Pérez, se puede apreciar cómo la arena que viene del otro lado del Mediterráneo mancha de marrón la nieve blanca de Sierra Nevada.
Nieve de Sierra Nevada manchada por el polvo sahariano de la calima.
De esta forma, este fenómeno de la naturaleza nos ofrece un paisaje marciano que mezcla algo tan opuesto como la arena fina y la nieve de cristal, el desierto y la montaña, el calor y el frío.
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