Simon Bowes-Lyon, primo tercero de la reina Isabel II, fue condenado ayer por un tribunal de Dundee (Escocia) a diez meses de prisión por agredir sexualmente a una mujer. Según reconoció en el juicio el propio condenado, la agresión tuvo lugar durante una fiesta celebrada en febrero del año pasado en el castillo de Glamis, el asiento ancestral de la casa de la nobleza escocesa de la que Bowes-Lyon es su actual jefe como conde de Strathmore y Kingborne. El aristócrata, de 34 años, irrumpió borracho en el dormitorio de una invitada de 28 y la agredió sexualmente hasta que ella logró zafarse de él y salir de la habitación. A la mañana siguiente, la mujer denunció a la policía a su anfitrión, quien ayer era esposado y trasladado al centro penitenciario donde cumplirá su condena privativa de libertad.
“Está claro que la noche del incidente había bebido en exceso. Alguien que como yo conoce bien el daño que puede causar el alcohol debería haber tenido más cuidado. En cualquier caso, reconozco que el alcohol no excusa mi comportamiento”, se disculpaba ayer Simon Bowes-Lyon por medio de un comunicado después de que le fuera leída la sentencia que le ha enviado a la cárcel.
Hay que remontarse hasta Claude Bowes-Lyon, tatarabuelo paterno del condenado y abuelo materno de la reina Isabel II, para encontrar un pariente directo en común entre el primero y la familia real británica, de la que Simon Bowes-Lyon nunca ha sido miembro. Su condena de cárcel por agresión sexual, sin embargo, mancha la reputación de una casa muy querida por la reina Isabel II, pues se trata de la casa de la nobleza escocesa a la que pertenecía por nacimiento su madre, la Reina Madre. Isabel Bowes-Lyon, en efecto, fue hija del 14º conde de Strathmore y Kingborne, el título que actualmente ostenta y arrastra por prisión su descendiente.