Comentario sobre Retrato de Margarita Gonzaga
Margarita Gonzaga nació en Mantua, el 2 de octubre de 1591, hija de Vincenzo I (1562-1612), duque de Mantua y Monferrato, y de Eleonora de Medici (1569-1611), su segunda mujer, que era la primogénita de Francisco I, gran duque de Toscana. El 26 de abril de 1606 se casó con Henri II de Vaudémont, duque de Bar y heredero del trono de Lorena, al que accedió el 4 de mayo de 1608. Margarita murió en Nancy en 1632.
La princesa se ve aquí vestida con suntuoso traje de brocado con corsé espléndidamente bordado que se completa con hombreras y medias mangas. La gorguera abierta de encajes, recamado en oro y con perlas, enmarca su cabeza tocada por una diadema de perlas y piedras y una
aigrette.
Luce joyas entre las que se destaca el broche con un gran diamante central rodeado de ocho más pequeños y perlas pendientes. Su figura se recorta contra un cortinado que se pliega anudándose a la izquierda. Frans Pourbus trabajó en Mantua a partir de septiembre de 1600 adonde llegó como retratista de la corte del duque Vincenzo I, quien el año anterior había reparado en el pintor en un viaje a Bruselas. En 1606 estuvo en París donde pintó los retratos del Delfín, futuro Louis XIII, y de su madre, la reina María de Medici, quien lo llevaría como retratista oficial a partir de 1608. Era miembro de una familia de pintores, y heredero de las técnicas y fórmulas en la tradición del retrato, realizó este retrato oficial observando las exigencias que este tipo de obra impone. Pone atención en el atuendo de la retratada y la destaca tanto compositiva como socialmente por el cortinado que se pliega en el fondo. Este último detalle es una nota típica que puede encontrarse también en otras obras del artista, como por ejemplo en el retrato del propio duque de Mantua que se conserva en el Museo del Palazzo d’Arco en Mantua. El motivo del paño o cortinado, junto a la representación de algún fragmento arquitectónico, como una columna con su basa o una balaustrada, ingresó en la gran retratística barroca y muy especialmente en aquella oficial que se practicó en toda Europa. Peter Paul Rubens estuvo también en Mantua al servicio del duque desde mediados del año 1600 hasta octubre de 1608, con interrupciones por viajes a Roma y otros lugares cumpliendo funciones oficiales. Entre 1604 y 1605 pintó una gran composición en la iglesia de la Santísima Trinidad de Mantua,
La familia Gonzaga en adoración de la Santísima Trinidad (1), que se completaba con
El bautismo de Cristo y
La Transfiguración para las paredes laterales (2). La obra fue fragmentada en 1801 cuando las tropas francesas invadieron la ciudad. Cortada en diversos trozos, se desperdigó y actualmente sabemos de solo algunos de ellos. El correspondiente a Margarita (3) la muestra con sus ojos pardos y su boca carnosa, con un peinado similar al que se ve en nuestra obra y luciendo la misma joya de perlas; realizado con pincelada rápida, amplia y plana y con un color que revela la gran influencia que Rubens recibió de los venecianos, se diferencia notablemente de la obra de Pourbus, cuyo retrato se enrola en la tradición del siglo XVI y se basa en la pincelada suave y perdida, dando mucha importancia a la realización cuidadosa de los detalles del traje de corte y de las ricas joyas. El Metropolitan Museum of Art de Nueva York posee un retrato similar al nuestro (4), de idéntica pose y expresión, con ligeras diferencias en la diadema y en los motivos del género del corsé y del encaje del cuello en el que el remate de perlas ha sido suplantado por uno de cristales. La pintura de Nueva York se ve también diferente debido a que su fondo ha sido repintado, ocultando la aigrette del tocado y posiblemente el cortinado, elementos muy importantes en la composición de esta obra. Como en nuestro caso, también ese retrato estuvo anteriormente atribuido a Sánchez Coello.
por Ángel M. Navarro
1— Desde 1933 la obra se halla en el Museo del Palazzo Ducale, Mantua. Para la historia de estas obras y las otras que componían el encargo para la iglesia de Mantua, véase: Navarro, 2001, p. 66 y 67, que incluye bibliografía ampliatoria.
2— Respectivamente, tela, 411 x 675 cm, Amberes, Musée Royal des Beaux-Arts, cat. 1980, nº 707, y tela, 420 x 680 cm, Musée des Beaux Arts, Nancy, cat. 1909, nº 280.
3— Tela, 65 x 51,5 cm. Perteneció a Wolfgang Bouchard. Vendida hace unos años, desconocemos el paradero actual de esta obra.
4— Tela, 92,7 x 69,2 cm, inv. 25.110.21. Ligeramente más pequeña que la nuestra, posiblemente fue cortada en su parte superior.
Bibliografía
1934. “Colección Shaw”, Boletín del Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, abril, p. 11, reprod. p. 8 (como Sánchez Coello, Retrato de infanta).
1952. SORIA, Martín S., “Gonzaga Portraits by Frans Pourbus II”, The Art Quarterly, New York, vol. 15, p. 37-44.
1977. BODART, Didier, Rubens e la pittura fiamminga del Seicento, cat. exp. Firenze, Palazzo Pitti, p. 194.
1994. NAVARRO, Ángel M., La pintura holandesa y flamenca (siglos XVI al XVIII) en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. Buenos Aires, Asociación Amigos del MNBA, p. 63 y 66, reprod.
2001. NAVARRO, Ángel M., Maestros flamencos y holandeses (siglos XVI al XVIII) en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. Buenos Aires, Asociación Amigos del MNBA, p. 65-67, reprod. color. — NAVARRO, Ángel M., Flemish and Dutch Masters (from the XVIth to the XVIIIth century) at the National Museum of Fine Arts. Buenos Aires, Asociación Amigos del MNBA, p. 65-67, reprod. color.