Vittoria de Saboya comienza a preparar su futuro papel como jefa de la dinastía: su protagonismo en el 40º aniversario de la muerte de Humberto II, último rey de Italia

Un 18 de marzo de hace cuarenta años, moría en Suiza el último rey de Italia, Humberto II. Aunque pocos italianos recuerdan ya la figura del hombre que les reinó por solo por 33 días, ayer sus descendientes se reunieron en Francia para rendirle un homenaje en la abadía de Hautecombe, un precioso monumento situado en el departamento francés de Saboya donde tanto el antiguo monarca como su mujer, la reina María José, fallecida en 2001, están enterrados. 

La misa que se dio ayer en su recuerdo reunió a tres generaciones de la casa de Saboya. Asistieron tanto el príncipe Víctor Manuel, actual jefe de la antigua casa real italiana e hijo del último rey de Italia, como el príncipe Manuel Filiberto, príncipe de Venecia y heredero de la desaparecida corona italiana, y la hija mayor de este, la princesa Victoria. En varias de las fotografías compartidas en redes sociales por otros asistentes al servicio religioso también puede verse a la princesa María Pía, de 88 años, hermana mayor del príncipe Víctor Manuel. 

La presencia de Vittoria en la abadía era significativa. Mientras que María Pía quedó apartada en la línea de sucesión por el hecho de ser mujer, ella hará historia como la primera princesa de la casa de Saboya en liderar la dinastía. Así lo dispuso su abuelo, el príncipe Víctor Manuel, al abolir la ley sálica a principios de 2020, poco después de que Victoria cumpliera 16 años. 

“Fue el mejor regalo que podría haberme dado”, declaraba Vittoria de Saboya al diario New York Times hace un par de años. “Italia no es un país demasiado progresista, pero ya aprenderán”, contestaba a la pregunta de si pensaba que los italianos están preparados para tener a una mujer como reina. 

Nacida en Ginebra en 2003, Vittoria de Saboya es la mayor de las dos hijas que el príncipe de Venecia, Manuel Filiberto de Saboya, tuvo su mujer, la actriz francesa Clotilde Courau. Su vida transcurre en París y de momento se dedica al mundo de la moda ejerciendo como modelo de algunas marcas, aunque en los últimos meses ha empezado a representar a su familia en algunos actos. Hace unos meses, la princesa ya asistió en nombre de los Saboya al funeral del papa Benedicto en el Vaticano, donde coincidió con la reina doña Sofía o los reyes de Bélgica.

Vittoria ha comenzado a prepararse para un futuro que podría producirse muy pronto, pues el príncipe Manuel Filiberto anunció en 2020 que, cuando al morir su padre herede la jefatura de la casa, abdicará para que sea su hija quien lidere esta histórica dinastía. Aunque la posibilidades de la princesa de reinar seguirán siendo prácticamente nulas, tendrá que representar a su familia en algunas reuniones de la realeza europea para los que los Saboya siguen recibiendo invitación. 

En 2011, Manuel Filiberto y Clotilde Coarau asistieron por ejemplo a la boda de los príncipes Alberto y Charlène de Mónaco. En 2004, fue el jefe de la casa, Víctor Manuel, quien representó a los Saboya en la boda de los entonces príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letizia.