"Juana I de Castilla tuvo que enfrentarse a tres hombres consecutivamente para poder reinar: Su padre, su marido y su hijo" | EL DECANO DE GUADALAJARA

"Juana I de Castilla tuvo que enfrentarse a tres hombres consecutivamente para poder reinar: Su padre, su marido y su hijo"

Publicado por: Carmen Ibáñez
25/07/2024 09:00 AM
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Foto: 'Juana la Loca' / Óleo sobre lienzo de Francisco Pradilla
Foto: 'Juana la Loca' / Óleo sobre lienzo de Francisco Pradilla

Juana I de Castilla ha sido a lo largo del tiempo la figura histórica más maltratada de la historia


«Con todo derecho puedo ser Juana I de España o Juana la Sabia (porque su conocimiento rebasaba en mucho a los monarcas de su tiempo), pero se quedó en Juana la Loca, tal vez para no reconocer que una mujer podía saber más que un hombre, que los estudios abren  la puerta del conocimiento, y que una dama no necesita consorte para ser reina, cuando el título le pertenece»


A lo largo de la historia han sido muchos los nombres de grandes hombres que han perdurado en la memoria, a diferencia de muchas mujeres que quedaron en el olvido, la desigualdad entre hombres y mujeres también se ha visto a lo largo de la historia, porque también han padecido la brecha y la desigualdad. Existe el caso de una gran mujer, a la que lamentablemente acabo siendo conocida como "loca", como muchas otras, y por desgracia ese es el adjetivo que acompaña a su nombre: Juana I de Castilla o tristemente conocida como "Juana la Loca".


"A la soberana mejor preparada del Renacimiento su padre, su marido y su hijo no le dejaron ejercer su poder. Sin embargo, todos la necesitaban como sombra. Se llamaba Juana y no estaba loca". Con esta premisa se presenta la nueva novela de la historiadora y escritora María Lara 'Juana I, la Reina Cuerda'. Un libro que responde a los mayores interrogantes que han girado en torno a la figura de Juana I de Castilla quien, como mujer, fue y ha sido uno de los personajes históricos más maltratados a lo largo del tiempo, porque ¿Estaba realmente loca como indica su apodo?.


Como suele pasar, no todo siempre es lo que parece y María Lara nos lo cuenta en su novela, donde aprenderemos más sobre la triste y desdichada historia de una mujer a la que apartaron en su derecho a gobernar.


La mujer más preparada de su época


"Cuando estuve investigando a Juana I de Castilla es cuando se reveló la verdadera personalidad y signo de su vida: Era la persona más agraciada de su reino, hija de los Reyes Católicos, con una educación exquisita, que se convirtió en la más desdichada de las criaturas, precisamente porque nunca hizo daño a nadie, ni en legítima defensa", explica la autora del libro, María Lara.


De hecho, la autora recalca que uno de los momentos más significativos que representaban la personalidad de Juana, fue no firmar ningún pliego que apoyase a los Comuneros "para no desacreditar a su hijo Carlos V", afirma.


"No plantó cara ni a su familia, que le estaba haciendo daño, n
o quiso autorizar a los comuneros para plantar cara a su hijo, ella seguía como una madre abnegada y apoyando a su hijo, porque ella ya había asumido su papel de loca para tener su propia libertad". 


La percepción que se ha dado a lo largo de la historia sobre la figura de Juana I de Castilla, lo simboliza el propio apodo por el que a día de hoy se le sigue conociendo "La Loca".

 

Es por eso, que a medida que la autora investigaba más la figura de Juana: "Decidí cambiar el argumento del libro y poner este título 'Juana I, la Reina Cuerda', porque he tenido que ser la primera en cambiar mi percepción sobre ella al transcribir estos documentos de que en ningún momento estaba loca. Era la persona más formada de su familia, la más buena y más bondadosa y que precisamente por no repercutir en ese daño que le hacían sus familiares, decidió aceptar ese papel de loca", apunta.


Los hombres que la apartaron del trono 


Conociendo la historia de Juana y con la preparación que auguraba una vida de éxito, surgen las dudas. ¿Por qué se torcieron las cosas en la existencia de Juana? ¿Por qué una mujer que estaba tan bien preparada la apartaron del trono?.


La autora, lo tiene claro: "Nos encontramos con varios factores que llevan a esto. En primer lugar, cuando nace es la tercera hija de los cinco hijos de los Reyes Católicos, en principio no iba a heredar ningún reino y tuvo una excelente educación al igual que el resto de sus hermanos, la diferencia es que ella se interesa por absolutamente todo. 


"Esto de ser la más inteligente de la Corte era una espada de doble filo porque cuando ella se casa con Felipe 'El Hermoso' se convierte en la sombra que necesitan tanto sus padres, como su marido. Juana tuvo la mala suerte de tener a su alrededor gente muy ambiciosa, por un lado, su padre Fernando el Católico, del que se dice que se inspira Maquiavelo cuando escribe 'El Príncipe' y, luego, le toca un marido ambicioso que no quiere ser rey consorte si no rey titular".



"Pensemos en lo que supone para Juana mirarse a un espejo con 29 años cuando entra en Tordesillas y volver a mirarse con 75 años cuando muere"

"Después, cuando nace su hijo, los Reyes Católicos quieren mandar sobre sus nietos, por lo que a Juana se le presenta otro grave problema: La conciliación de la vida laboral con la familiar, porque ella quiere ser reina porque le ha tocado pero, por otro lado, quiere ser madre y estar con su marido, el cual sabe que tiene esa propensión a la infidelidad".


Estos famosos "celos" de la reina, se han podido ver a lo largo de toda la filmografía que se ha hecho al respecto de la vida de Juana, como es el caso de la película dirigida por Vicente Aranda "donde en el argumento son los celos de Juana, pero no olvidemos que estos celos responden a un marido siendo infiel con casi todas las mujeres de la Corte. Lamentablemente, se ha visto como el pecado de la mujer, la virtud del marido. Ella solo aspiraba a que su marido le fuera leal", afirma.


La ruta fúnebre: Una historia cargada de mentiras que refuerzan el apodo de 'La Loca'


El 25 de septiembre de 1506 Felipe 'El Hermoso' fallecía durante una visita en Burgos en el Palacio de los Condestables de Castilla, es entonces cuando comienza el famoso viaje fúnebre de la reina desde Burgos hasta Tordesillas con el cuerpo de su marido. 


"Cuando muere Felipe 'El Hermoso' y le entierran en la Cartuja de Miraflores, llega a los oídos de Juana que su padre Fernando el Católico ya le ha buscado un marido, Enrique VII de Inglaterra, suegro de su hermana Catalina de Aragón. Pese a que Catalina y Juana tenían buena relación, se llega a convertir un poco en cómplice de Fernando el Católico, porque si su hermana se casaba con su suegro eso conllevaría a traer una dote y que ella no estuviese tan sola", explica María Lara.



"Esto le supone un gancho para agarrarse, porque mientras estuviese el cadáver insepulto, ella no tendría que casarse con Enrique VII de Inglaterra. Ella sabe que en la legislación castellana a una reina no se la puede casar mientras esté insepulto el cadáver de su esposo y se acuerda que Felipe siempre manifestó en público y en privado su interés de ser enterrado en la Capilla Real de Granada". 


"Ella sabía que todos conspiraban contra ella, por eso nunca revela cuál ha sido el objetivo de este viaje con el cuerpo de Felipe y es por ello que se crea esta ruta fúnebre donde está dando vueltas por pueblos que a día de hoy son de Castilla y León, pero en esta ruta nunca baja hacia Andalucía", afirma la autora.


Es entonces cuando Pedro Mártir de Anglería, sacerdote y cortesano al servicio de los Reyes Católicos, escribe "todas esas patrañas y fabulaciones que no eran reales que conocemos de la ruta fúnebre".


De hecho, son muchas las anécdotas durante este viaje que tildan a Juana I de Castilla de "loca" y "celosa", como es el caso de que durante su estancia en Torquemada, el féretro del Rey Felipe estuvo en la iglesia parroquial de Santa Eulalia, donde las mujeres tenían prohibida la entrada por orden de la reina. Otra de las anécdotas más famosas fue que Juana I no quiso entrar a un monasterio custodiado por monjas por celos.


"En esa época era normal que Juana no quisiera entrar en un convento regentado por monjas, porque ¿Cuándo se ha visto a un regimiento de soldados pasar la noche en un convento?. 
Otra de las mentiras es que como le gustaba la noche por eso se caminaba durante este viaje a la luz de la luna, teniendo en cuenta que esta ruta se hizo en julio y agosto habría que ver quién va en esos meses caminando de día", denuncia María Lara.

 

Con la fama de loca a sus espaldas, Juana asumía ese papel para conseguir su libertad "porque no quiere volver a casarse, en aquel momento una mujer podía ser perfecta casada o la dama boba, eran los estereotipos del momento. Ella quería ser una mujer libre y estar pendiente de su reino y sus hijos, también miraba por su pueblo pero las personas que le van usurpando el poder no le dejan hacer nada".




 
"Ella sabía que todos conspiraban contra ella, por eso nunca revela cuál ha sido el objetivo de este viaje con el cuerpo de Felipe"


Foto: María Lara, historiadora y autora de libro 'Juana I La Cuerda'

El encierro y fin de Juana I de Castilla

Juana I de Castilla fue confinada por su padre en el castillo de La Mota durante 46 años, donde se afirmaba que acabó padeciendo un trastorno de bipolaridad y esquizofrenia: "Yo estoy convencida de que ella en el confinamiento lo que pudo desarrollar como toda persona es una depresión, pero en ningún momento la esquizofrenia que suele decirse. Se solía decir que tenía manías, fobias y comportamientos delirantes, pero hay que ponerse en la mentalidad del momento, lo mismo si hubiésemos conocido a Isabel la Católica también nos podría haber parecido un poco prepotente o presumida y no es porque lo fuese, es que estaba orgullosa de ser la reina y vestía el puesto con sus mejores ropas", explica la autora.

"Juana no reveló ningún trastorno esquizofrénico o bipolar, es que su vida era de grandeza y ruina, era una reina confinada en las peores condiciones. En su propio tiempo habría prisioneros que estarían mejor tratados que ella, ya que no podía elegir sus horarios ni su comida, estaba rodeada de criados y criadas que la maltrataban física y verbalmente".

 

Debido al encierro y vivir en un mundo sin reloj, Juana I de Castilla llegaba al final de sus días sin haber conseguido eso que tanto anhelaba: Su libertad. "Pensemos en lo que supone mirarse a un espejo con 29 años cuando entra en Tordesillas y volver a mirarse con 75 años cuando muere. En su reinado se dió la primera vuelta al mundo; la llegada de Hernán Cortés al Imperio Azteca; que se haya producido la revolución científica, construcción de nuevas ciudades... Y tú eres una reina encerrada sin vivir todo eso".

 

"Al final Juana tuvo que enfrentarse a tres hombres consecutivamente     para poder reinar: Su padre, su marido y su hijo"

 


En el prólogo de la obra, escrito por Laura Lara  «con todo derecho puedo ser Juana I de España o Juana la Sabia (porque su conocimiento rebasaba en mucho a los monarcas de su tiempo), pero se quedó en Juana la Loca, tal vez para no reconocer que una mujer podía saber más que un hombre, que los estudios abren  la puerta del conocimiento, y que una dama no necesita consorte para ser reina, cuando el título le pertenece», se refleja como todo lo que aconteció a la figura de Juana I de Castilla, se ensombreció por haber nacido mujer y por la ambición de todos los hombres de su vida.

"Todas las piezas que hay a su alrededor simulan un tablero de ajedrez: Van girando en torno a la reina y su objetivo es hacer el jaque mate. Yo veo en esa triste dama acorralada por el resto de piezas a la pobre Juana. Al final Juana tuvo que enfrentarse a tres hombres consecutivamente para poder reinar: Su padre, su marido y su hijo".


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