La Conquista Normanda de Inglaterra

Eduardo el Confesor, último rey de la Casa de Wessex

En el año 1042 falleció el rey de Inglaterra Canuto Hardeknut, último exponente de la Casa de Dinamarca en gobernar sobre los ingleses. Los nobles, encabezados por el influyente Godwin conde de Wessex, apoyaron el regreso a Britania de Eduardo el Confesor, quien había sido exiliado a Normandía cuando su padre fue depuesto por los daneses. Este rey fue el último monarca anglosajón en gobernar en Inglaterra. Fue coronado en la Catedral de Winchester, la sede real de los reyes sajones, en compañía de los poderosos condes Leofric de Mercia, el ya mencionado Godwin de Wessex, y Siward de Northumbria.

El reinado de Eduardo marcó el apogeo de la administración anglosajona: se reformó el sistema de earldoms, se reforzó el uso del writ como documento legal sobre la jurisdicción de la propiedad, y más importante, apareció el cargo de shire reeve, quien vendría a ser el representante real en los condados, entre sus funciones destacan la recaudación de impuestos, la manutención de los caminos, la seguridad, la administración de la justicia, y el registro del cumplimiento del reclutamiento militar (este cargo evolucionaría en lo que hoy llamamos sheriff). La mejor administración del reparto y configuración de las tierras llevó a tener un ejército más organizado y con mayores provisiones de tropas; sucedía que por cada cinco hides (unidad de tierra equivalente a 120 acres) se debía proporcionar al menos un soldado equipado para integrar el ejército del rey.

Eduardo el Confesor, rey anglosajón de Inglaterra

Un personaje que jugó un papel importante en este periodo de la historia de Inglaterra fue Godwin, el conde de Wessex, quien a través de sus lazos familiares gobernaba de facto todo el sur de Inglaterra, incluyendo Wessex, Sussex, Essex y Kent. Cuando Eduardo el Confesor se hizo con la corona, su posición era bastante precaria, y si quería prosperar en el conflictuado trono de Inglaterra (por ejemplo debido a las aspiraciones de Magnus I de Noruega, a quien aparentemente Hardeknut le había prometido el trono inglés) debía tener a la influyente nobleza inglesa de su lado. Sin embargo la relación entre Godwin y Eduardo fue problemática, a pesar de que Godwin casó a su hija Edith con el rey.

Es conocida la crisis de 1051, la cual inició cuando Eduardo nombró como nuevo arzobispo de Canterbury al normando Roberto de Jumièges. Dado a que el rey no había nombrado a un sucesor claro, el arzobispo envió una carta al duque Guillermo de Normandía, donde se le prometía el trono de Inglaterra. En paralelo, a finales de ese año ocurrió un levantamiento en Kent provocado por el conde francés Eustaquio II de Boulogne. Eduardo ordenó a Godwin sofocar las revueltas, y ante la negativa de este, el arzobispo Roberto acusó al conde de Wessex de conspirar para matar al rey. De esta forma estalló una guerra civil en Inglaterra, la cual se resolvió con la victoria de Eduardo, quien tenía el apoyo de los condes Leofric de Mercia y Siward de Northumbria.

Godwin fue exiliado a Brujas, en la actual Bélgica, y no se le permitió regresar hasta pagar una importante suma de oro. En ese sentido, el rey despidió a Roberto y a todos los normandos en la corte real, y reinstauró a Godwin en su respectivo condado. No obstante, Godwin falleció en 1053 y sus fortunas y propiedades fueron heredadas por sus hijos, concretamente el poderoso Condado de Wessex fue heredado por su hijo Harold Godwinson. La posición de Harold se solidificó más cuando sus hermanos Gyrth y Tosting fueron hechos condes de East Anglia y Northumbria, respectivamente. Harold Godwinson se convirtió en alguien cercano al rey, fue consejero en la corte, y lideró los esfuerzos militares contra los galeses.

En el 1060, Eduardo el Confesor acabó con la construcción de la Abadía de Westminster, en estilo románico, en la cual sería enterrado junto a su esposa Edith. El rey falleció el 6 de Enero de 1066 dejando una crisis sucesoria que solo podría ser resuelta por las armas. En teoría el trono le correspondía a su sobrino Eduardo el Exiliado, hijo de su hermanastro Edmundo, pero falleció en el 1063 en extrañas circunstancias. En todo caso, el trono le debía corresponder a Guillermo de Normandía, a quien el controversial arzobispo Roberto nombró sucesor, e incluso el propio Harold Godwinson juró a Guillermo sobre reliquias sagradas. Esta ambigüedad en la sucesión encaminó a Inglaterra a un conflicto armado.

Los Tres Aspirantes

El mismo día de la muerte de Eduardo el Confesor, el witan, o consejo real, proclamó a Harold Godwinson como Harold II, rey de Inglaterra. Sin embargo, el trono tenía otros pretendientes, los cuales no se quedarían ausentes de respuesta. Para empezar tenemos al duque Guillermo de Normandía, quien era primo del fallecido rey por vía materna. Guillermo era el hijo bastardo que el duque Roberto I de Normandía tuvo con de Arlette de Falaise, la hija de un curtidor. En 1035, Guillermo heredó el Ducado de Normandía de su padre Roberto. Sus primeros años como duque estuvieron plagados de intentos de asesinato y conspiraciones palaciegas, al punto que tuvo que huir de Normandía y buscar asilo en la corte de Enrique I de Francia. El rey francés se convirtió en su mentor, y lo ayudó en reclamar su trono ducal.

Luego encontramos al rey de Noruega, Harald III Hardrada, sucesor de Magnus I. Su caso se basaba en un acuerdo que hicieron Magnus I y Canuto Hardeknut, último rey inglés de procedencia danesa, en 1038. El acuerdo indicaba que si uno fallecía sin herederos, el otro heredaría sus tierras. Harald III Hadrada era hijo del caudillo vikingo Sigurd Syr, y hermanastro del rey Olaf II de Noruega. Cuando tenía quince años resultó gravemente herido y se impuso un autoexilio. Vagó por Rusia y llegó a Constantinopla, donde se incorporó a la Guardia Varega al servicio del emperador Miguel V. Luchó en varios lugares bajo distintos comandantes: Bulgaria, Sicilia, en el Mediterráneo, Estonia, Tierra Santa, Anatolia, el sur de Italia, etc. E incluso conspiró con la emperatriz Zoé para derrocar a su hijastro, Miguel V, a quien se le cegó y se le recluyó en un monasterio en el 1042. Finalmente volvió a Noruega en el 1046, y fue coronado rey.

Stamford Bridge y Hastings

La invasión más próxima parecía ser la de Guillermo, por lo tanto Harold Godwinson preparó a su ejército en las costas del sur inglés. Sin embargo, el mal tiempo, las precauciones de los oficiales normandos, y el miedo de enfrentar a la flota inglesa durante la travesía por el Canal de la Mancha, demoraron la invasión normanda. Desde el otro lado del canal, el rey Harold no sabía a qué se enfrentaba y mantuvo a su ejército todo el verano de 1066 pendiente de la inminente llegada de la flota normanda, la cual aún no aparecía en el horizonte.

Lo que no esperaba el rey inglés era una invasión noruega en el norte de Inglaterra; sucedió que el 19 de Septiembre de 1066, el rey noruego Harald Hardrada desembarcó con sus tropas cerca de York. Los condes ingleses intentaron detenerlo en la Batalla de Fulford, pero fueron derrotados, permitiéndole a Hardrada ocupar York. Apenas fue informado de la invasión noruega, Godwinson reunió a su ejército y atravesó el país en tan sólo cuatro días.

El ejército de Harold Godwinson se enfrentó al de Harald Hardrada en la célebre Batalla de Stamford Bridge, el 25 de septiembre de 1066. Como su nombre indica, gran parte del combate se desarrolló en un puente situado en medio del río Derwent. Según las crónicas, durante la contienda, una flecha impactó en la garganta de Hardrada. Aprovechando la desorganización de los noruegos, quienes no estaban adecuadamente equipados para la batalla, las fuerzas inglesas lograron infligir una derrota decisiva al invasor noruego. En esta batalla también pereció Tostig, el hermano traidor del rey inglés. Este evento marcó el fin de las invasiones vikingas en Inglaterra y, de manera más significativa, es considerado por la historiografía como el cierre definitivo de la Era Vikinga.

Batalla de Stamford Bridge, 25 de Septiembre de 1066

Con la victoria contra Harald Hardrada consumada, un frente se había cerrado para los anglosajones, solo restaba la inminente llegada del ejército normando de Guillermo. En ese mismo año, el cometa Halley hizo su visita periódica cerca de la órbita terrestre, y Guillermo lo interpretó como una premonición de su victoria contra Harold Godwinson. El 28 de Septiembre de 1066, el ejército normando cruzó el Canal de la Mancha compuesto por 700 barcos y 14000 efectivos.

Los barcos atracaron en la bahía de Pevensy, y viajaron hasta llegar a Hastings donde armaron un campamento. Harold organizó a su ejército y regresó a Londres el 6 de Octubre. Ocho días después, el 14 de Octubre, ambos ejércitos se encontraron en el pueblo de Hastings. Al inicio del enfrentamiento, Harold se instaló en una colina llamada ”cabeza de martillo”, y se mantuvo ahí con su ejército aprovechando las virtudes que otorgaba aquella táctica. Guillermo contaba con una división de arqueros franceses, los cuales dispararon varias rondas de flechas contra los ingleses, quienes intentaron protegerse con sus escudos. El duque normando envió oleada tras oleada, pero nada logró romper con la ”muralla de escudos” de los anglosajones.

Sin embargo, en un momento dado, los normandos emprendieron la (probablemente fingida) retirada, lo que hizo que los indisciplinados ingleses abandonen sus defensas para ir a perseguir al enemigo. En este momento, la caballería normanda contratacó sorpresivamente, rodeando a los desorganizados ingleses. Luego Guillermo preparó otro ataque de sus arqueros, los cuales terminaron fulminando al ejército de Godwinson, quien murió cuando una flecha impactó en su ojo.

Muerte del rey Harold II de Inglaterra

Tras su victoria en Hastings, Guillermo, ahora el Conquistador, marchó imparablemente hacia Londres. La urbe cayó tras un asedio, y a esta le siguieron Romney, Dover, Winchester y Canterbury. A medida que avanzaba y prendía en llamas varias aldeas, los nobles ingleses desistieron pelear, y ciudad tras ciudad cayó ante los normandos. El 25 de Diciembre de 1066 (el día de Navidad) el duque normando fue coronado como Guillermo I de Inglaterra en la Abadía de Westminster, acabando con 500 años de domino anglosajón en la isla.

Guillermo el Conquistador, rey de Inglaterra

Aunque Guillermo el Conquistador fue coronado rey de Inglaterra, varios nobles ingleses se rehusaban a reconocerlo y el control normando era desconocido en varias zonas del país. El nuevo monarca se alió con los condes Edwin de Mercia, Morcar de Northumbria y Waltheof de Northampton, a quienes se les permitió conservar sus tierras y títulos con tal de apoyarle. Además, Guillermo le otorgó tierras a Edgar Aetheling, último heredero de la Casa de Wessex (siendo sobrino nieto de Eduardo el Confesor). Por otro lado, Godwine, primogénito del fallecido Harold Godwinson, huyó a Dublín – en Irlanda – donde instigó rebeliones contra los normandos.

Apenas un año después de su coronación en Westminster, se alzó la primera amenaza contra su corona. Eustaquio II de Boulogne, antiguo aliado de Guillermo, invadió Dover, aunque sin éxito. Luego, ocurrieron grandes rebeliones de los magnates de West Midlands contra la ciudad de Hereford. Y a esta, le siguió una revuelta en Exeter contra la administración normanda. Todo esto mientras Guillermo estaba en Normandía, habiendo delegado el gobierno en la isla a sus oficiales normandos. El rey regresó a Inglaterra y marchó hacia Exeter, sitiándola durante dieciocho días hasta que se rindió en Enero de 1068. Con mayor seguridad, Guillermo invitó a su esposa Matilde de Flandes, ”quién llegó desde Normandía y fue coronada reina de Inglaterra el 11 de Mayo en la Abadía de Westminster”. La siguiente rebelión vino de la mano del hijo en exilio de Harold Godwinson, Godwine; quien desembarcó en Inglaterra en 1068 con una flota de piratas y rebeldes sajones. Llegaron a Avonmouth y marcharon hacia Bristol, pero fueron derrotados por el conde local, quien expulsó a los traidores de la isla.

Mapa de la Conquista Normanda

A propósito de garantizar una mejor resistencia y defenderse de las continuas rebeliones e insurgencias, Guillermo se propuso la construcción de una serie de fortalezas y castillos a lo largo del reino. La mayoría de los castillos ingleses que hoy conocemos fueron construidos durante este periodo. En un principio fueron construcciones de piedra y barro, pero luego fueron perfeccionándose hasta convertirse en grandes castillos. Encontramos, por ejemplo al Castillo Warwick, al Castillo de York, al Castillo de Nottingham, al Castillo de Lincoln, al Castillo de Cambridge, y más importante, a la Torre de Londres. El rey Guillermo I le dio particular énfasis a Londres, la cual rodeó con varios castillos y fortalezas, entre estas fortificaciones destaca el Castillo de Windsor. Entre otras fortalezas normandas encontramos al Castillo de Oxford, al Castillo de Arundel, al Castillo de Durham, o al Castillo de Newcastle.

Los normandos son conocidos por consolidar el feudalismo en Inglaterra, extrapolando el mismo sistema administrativo que regía a Normandía en Francia. Para ello, Guillermo expropió varias posesiones de tierra para cedérselas a sus vasallos, quienes estarían sujetos a una serie de compromisos, que incluían deberes políticos y obligaciones militares, con la corona inglesa. Si algún noble no respondía al llamado de guerra del rey, este podría quitarle sus tierras y entregárselas a un vasallo más leal.

En 1069 estalló otra rebelión, esta vez en York, la cual había sido tomada por sublevados ingleses que proclamaron a Edgar Aetheling como rey de Inglaterra. Cabe resaltar que los normandos habían tenido dificultades para gobernar y controlar el norte, ya que su centro de poder estaba localizado en el sur insular, en Londres. Edgar no había actuado solo, pues tenía el apoyo de Malcolm III de Escocia y Svend II de Dinamarca. Guillermo respondió rápidamente, y arrasó con todo a su paso mientras se adentraba en territorio enemigo. Fueron despiadados, quemaron aldeas y cultivos, a tal punto que la ciudad rebelde de York prefirió rendirse. Fue en ese momento que Guillermo inició la construcción del Castillo de York, como una muestra del poder y la autoridad de los normandos. Aprovechando la inestabilidad en Inglaterra, los daneses de Svend II zarparon con una flota compuesta por 300 barcos, llegaron al noroeste inglés, y saquearon varias ciudades costeras con apoyo de los rebeldes.

Guillermo no se logró deshacer de los daneses hasta que se les pagó un danegeld, como los viejos tiempos (durante las invasiones vikingas de siglos anteriores, los reyes anglosajones comúnmente pagaban un danegeld o soborno a los invasores con tal de que se retirasen). Tras lidiar con los invasores, el rey emprendió una persecución contra el usurpador de Edgar, quien había huido a la corte de su cuñado, el escocés Malcolm III. En el invierno de 1070, Guillermo inició su letal campaña de ”hostigar el norte”. Se trataba de una táctica polémica, en la cual los invasores arrasaron con toda tierra que se topaban, lo que incluía quemar ganado, cosechas y equipo de labranza. El rey no dio por terminada su campaña hasta llegar a los montes Peninos y derrotar al último reducto rebelde en Shrewsbury y levantar castillos en Chester y Stafford. En el 1072, Malcolm y Guillermo firmaron la paz, y entre muchas cuestiones se garantizó el exilio de Edgar.

Las últimas grandes rebeliones que enfrentó Guillermo fue la rebelión de Ely, encabezada por Hereward el Proscrito – aliado con Svend II de Dinamarca – , y la rebelión de los condes de 1075, liderada por Ralph de Gael, conde de Norfolk, y Roger de Breteuil, conde de Hereford. Ambas fueron sofocadas con grandes esfuerzos, y tras numerosos avatares que tuvieron lugar en Britania, los normandos lograron demostrar a toda la isla que ellos habían llegado para quedarse.

Su conquista tuvo grandes impactos en la cultura inglesa, ejecutando cambios importantes para el país que marcaron la transición entre la Alta Edad Media y la Baja Edad Media. Cabe destacar la notable evolución que sufrió el idioma inglés en este periodo, ya que el idioma normando que hablaban los conquistadores era un dialecto del francés antiguo; mientras que el inglés antiguo que se hablaba en Inglaterra en aquellos tiempos, derivaba de una curiosa fusión entre el anglosajón, el latín, los dialectos célticos y el danés. Como resultado de esta fusión lingüística, nació el inglés medieval, o anglonormando. Cabe hacer énfasis que si bien es cierto el inglés se considera una lengua germánica, una porción significativa de su vocabulario es de origen latino.

Los normandos impactaron enormemente, y marcaron un importante antes y después con su victoria en Hastings. Tras la muerte de Guillermo I en 1087, llegaron sus hijos Guillermo II y Enrique I. Cuando falleció este último llegó un periodo de anarquía y guerras civiles, la cual no cesó hasta la consolidación en el trono de Enrique II, hijo del conde Godofredo V de Anjou, quien instauró la centenaria dinastía de los Plantagenet.

Referencias Bibliográficas

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